Narra Elyse
Recuerdo la primera vez que conocí a Ignasi, lo detestaba porque era un novato que creía que éramos vendedores de galletas y todo ese tipo de estereotipos que la gente da. Lo detestaba porque era guapo-y ahora muchísimo más guapo- pero existía algo que me hacía rechazarlo, tal vez mi subconsciente sabia y tenía muy en claro lo que él me hacía sentir y por instinto al no querer enamorarme me hacía odiarlo. Bueno, odiarlo es un término fuerte. Me caía mal, estaría mejor. En todo caso, Ignasi me transformó la vida. Ignasi me sacó todo el lado cursi e espiritual que poseía sin saberlo. A Ignasi le debo muchísimo, es que el tan solo saber que dejó tanto en busca de mí, de que me amó durante años que yo ni sabía de su existencia, que aún sin ser nada, él me era fiel, que me esperó, que me enamoró, que ha cumplido cada una de sus promesas, pero lo que mas me agrada de él, es que no me vino a cambiar mis metas, vino ayudarme a cumplirlas. A Ignasi le agradezco por ser mi confidente, por estar allí cuando pasé por el peor rato de mi vida, con lo del secuestro y todo eso, él me ayudó a superarlo, su manera de hacerme sentir la mujer más dichosa es impresionante. Mi compañero eterno de campamentos. Es que ¡Dios! Amar el escultismo y amar a una persona que tenga la misma pasión que tú, es completamente otro nivel. No, no me canso aún de decirle a cada rato que le amo, que es mi cielo, mi luz y mi seguridad. No, bajo ninguna circunstancia eh dejado de quererle menos, en cambio le amo cada vez más.
Si me preguntaran cual es el momento más significativo para mí, al lado de mi esposo, pues pensar en una sola respuesta me llevaría horas y quizás días, y la razón es porque él hace de cada momento uno grandioso, por ejemplo, cuando tenía ocho semanas de gestación, a él le dieron antojos de algo que yo no sabía cocinar y estoy segura que no existe tal preparación culinaria, en fin hice un caos en la cocina y él dijo que iba por unos limones a la tienda. Una hora y media más tarde me trajo serenata y los limones para la ensalada también. Me hizo llorar porque pensé que había olvidado alguna fecha importante, además que fui un desastre en la cocina y encima si me trajo limones.
Ahora lo extraño, han pasado dos días para el mes que dijo que regresaría, siento que me falta algo, es la misma o parecida sensación, cuando vas a una activación del grupo sin tu uniforme, sin tu pañoleta hermosa, mientras que todo el distrito está en perfecta formación y vestimenta. Me hace tanta falta, y me sentiría sola si no estuviera con mi pequeño Oliver. No ha parado de llorar por su papi, no me ha querido ni comer. Hoy en la tarde vino Joanne y Martí, ellos son scouters en el grupo, están a cargo de la tropa y como en repetidas ocasiones me motivan a que yo también haga el curso de capacitación para scouter, pero con Ollie tan chiquito, no lo quiero descuidar y espero ansiosamente que crezca para integrarlo al grupo. Si ya me lo imagino recibiendo sus insignias al mérito. No no no, ya me puse toda *muriendo de ternura*
Han sido los años más felices de mi vida. Soy la Señora de Rushher. Esposa de uno de los Doctores más guapos y profesionales de la ciudad. Estoy felizmente enamorada de mi hijo, de mi familia. Estoy agradecida con mis amigos porque a pesar de la distancia, el tiempo, las circunstancias, siempre estamos allí, ya no tan igual como antes. Pero aún somos como un clan.
Pienso que el ser scout, el vivir como tal, teniendo siempre presente nuestro lema, nuestra ley, nuestra promesa, viviendo los principios, y cumpliéndole el sueño a nuestro amado fundador Powell de dejar el mundo en mejores circunstancias de cómo lo encontramos y de toda cosa que deseó de nosotros, su legado. Cuando en realidad vives de tal forma que cumples con todas estas cosas, no se puede decir NO SOY SCOUT, por solo no ir activar, por no acampar, por no usar el uniforme, no. Yo no he dejado de ser Scout, por ser mamá, esposa, profesional, por ya no tener 11 años. Yo sigo siendo Scout, porque el escultismo es mi estilo de vida, es mi diario vivir. Mi todo.
Un amor scout, no es solo tener un novio en tu mismo grupo, tomarse las manos en cada caminata, llevarle la mochila de acampar, o hacerle una fogata en la noche fría, no es cocinarle pan de cazador sin utensilios, ni ir a todos los campamentos juntos, no es solo besos y escribirse todo el día.
Un verdadero amor scout, no es una historia donde dos personas se enamoraron, es cuando dos personas comparten la misma pasión, cuando se aman a pesar de todos los errores y mal entendidos, es cuando se es una luz cuando la del otro, la vida la apaga. Un verdadero amor scout es sufrir, llorar, maldecir, vivir todas esas peculiaridades de la vida cotidiana, un verdadero amor scout, no dura solo la adolescencia, dura toda la vida y hasta la eternidad.
Por ser un Scout, no todo el tiempo tengo que ir cantando el himno, ni haciendo nudos por doquier –aunque es difícil ver una soga y no hacer nudos- o que mi vida solo gire en torno al grupo, ni que hable todo el día, de aquel campamento que se realizó en tal lugar y que hicimos tal cosa que estuvo genial y muy paranormal. Y contar todas las ocurrencias que hacemos o hacíamos cuando éramos jóvenes. No tengo porque ir contando a todos mis compañeros de clase o del trabajo una y otra vez de los scouts-aunque vuelvo y repito es difícil dejar de hablar de los scouts porque somos y hacemos cosas geniales- pero hay que saber controlarnos cuando hablamos.
Por ser Scout, eh visto la vida diferente, soy ecologista, deportista y socorrista. Me gusta mucho ahorrar y encontrar técnicas de emprendimiento. Mi trabajo está muy bien organizado, porque gracias a los scouts aprendí a ser una líder y no una jefa. Aprendí a ser una amiga y no solo un adulto. Aprendí a sonreír pese a las dificultades. Gracias a los campamentos aprendí que a veces se comer rico y a veces malo. Aprendí a ver a toda la sociedad con igualdad aunque sean tan diferentes. Aprendí a organizar, mas que todo a sentirme útil.
Y ahí está Ignasi, acompañándome en todo este trayecto. Acompañándonos el uno al otro. Siempre me eh preguntado qué sería de mí, sin él. Y simplemente no puedo. Me duele el tan siquiera imaginarlo.
Escucho sonar el celular y cuando me dirijo a contestar perdí la llamada por estar tan concentrada en mis pensamientos por ver todo ese baúl lleno de recuerdos para cuando estemos viejos.
20 llamadas pérdidas- ¡Oh santos cielos!
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Bitácora de un Scout
Novela JuvenilAcompáñame en este largo viaje, no tengo idea de cómo será; no puedo prometerte nada. Solo puedo prometerme algo a mí; haré que mi historia valga la pena. Que vivir valga la pena. Acompáñame hasta el final.