Capítulo 13

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Dos años después

-Oliver, amor... llegué, ven a ver a papi

Preparaba la cena, mientras escuché que mi esposo llegaba y llamaba a nuestro pequeño Oli, al principio me sentía muy celosa de nuestro hijo, porque Ignasi siempre cuando llegaba me llamaba a mí, pero ahora tenía un consentido, su hijo. Siempre me dice que me ama muchísimo mas por haberle dado un hijo, por ser tan valiente en la hora del parto (me tocó llamar a una ambulancia y di a luz literalmente sola) luego comprendí que Oli era nuestro amor por completo. Que era el niño más dichoso del mundo, porque tenía a dos personas que lo amaban inmensamente.

El pequeño Oli, que caminaba tambaleándose, corrió hacia los brazos de su papá cuando lo escuchó, aunque la vieja Handy le había ganado, Ignasi besó a nuestro hijo por doquier y cerró la puerta a su paso y luego se acercó hacia donde estaba apoyada en la pared y me dio un beso, metió la mano a su bolsillo y me dio los caramelos de chocolate que tanto amo, allí estábamos... Oliver en brazos de su papi mientras besaba a su mami y Handy corriendo a nuestro lado. Era feliz, inmensamente feliz.

-Cariño, mañana tengo que viajar- me dijo Ignasi mientras cenábamos.

-¿Donde? -pregunté mientras le daba cucharaditas de comida a Oli. -¿Me llevas? porque necesito viajar, es irónico que soy la dueña de una empresa de viajes y no viaje, estar en casa me está matando. ¿Verdad Oli? tú también quieres viajar ¿Verdad que si?

-No, no puedo llevarlos, sabes que no voy a disfrutar, es asuntos del trabajo.

-En los votos de matrimonio debimos haber prometido ir a todos los viajes juntos -bromee mientras entrecerré los ojos y le seguía dando de comer a mi hijito.

-Voy a Filipinas- dijo con tanta nostalgia... Filipinas le recordaba a su madre.

-Con más razón, debemos ir contigo.

-No te preocupes, no estoy mal por lo de mamá... es solo que vamos a una aldea a prestar servicio médicos, están pasando por un grave virus y nos necesitan; me necesitan. Hay muchos niños muertos y ancianos con graves heridas.

-Entonces no regresarás pronto... ¿Cuantos días estarás por allá?

-Me temo que un mes... no iba aceptar, no puedo dejarlos solos a ambos por un mes completo. Pero... soy el más capacitado para esa gente. Terminé aceptando-podía ver tristeza en sus ojos mientras se debatía el mismo.

-Hiciste lo correcto, mi vida. Aunque ya no estemos activando en los Scouts, sabes que una vez scout, scout siempre, mantener nuestra promesa de servir en todo lugar. Nosotros estaremos bien, solo será un mes ¿no? esteremos bien sin ti, pero esas personas no lo estarán si no vas.

-¿Segura? no tendremos comunicación. De verdad no puedo perderme un mes sin mi hijo. Sin ti.

Se nos había acabado el apetito, en especial a mí, no quería estar lejos de mi esposo por un mes completo, aunque él le estuviera salvando la vida a los demás, pero no podía ser egoísta-Se me ocurrió una idea.

-¡Que idea? me asusta tu mirada... es una mirada con una idea loca, te conozco mujer....no , en definitiva no te llevaré en la maleta

-Estoy madurando con mis ideas locas.-nos reímos porque Oli metió la mano en la comida y me la lanzó en la cara

-Parece que Oliver sacó tus locuras, hahaha

-Y de ti lo guapo. Bueno, me idea era en que grabes un mensaje para que Oli te vea todos los días. Así no te eche de menos mucho, y nosotros te grabaremos un mensaje también, para darte fuerzas cuando estés sirviendo allá. Y las personas nos conozcan. ¡Qué dices? -le hice un baile con mis cejas, pero el se reía- Hay! no te rías, es en serio

-Me gusta mucho tu idea, me rio es porque te vez graciosa con comida en la cara. Ven-se levantó de la mesa y se dirigió a limpiarme la cara con una servilleta de tela, luego le limpió las manitas a su hijo y me dio un beso en la frente mientras se llevó a Oli a bañarse. (Otra cosa que hacían juntos y me excluían)

-Mami también necesita un baño- hice un pucherito que había aprendido de mi hijo cuando no le dábamos la brújula de juguete. (Era todo un explorador con los dulces)

-Ven mai -movía su manita para que fuera con ellos y fue una dulzura, Oli no hablaba mucho, pero cuando lo hacía, era una completa ternura.

-Ya voy, alzaré los platos de la mesa primero, me dejan un lugarcito en la bañera.

-Metiche-me dijo Ignasi-te esperamos, no demores.

Mientras recogía los platos de la mesa recordé la primera vez que Ignasi le dio un baño a nuestro hijo, estaba aterrado en si lo hacía caer, o le entraba champú a sus ojitos, pero por demorarse mucho, Oli le hizo pis en la cara, fue una momento epico. Corrí hacia nuestra habitación, me preparé para entrar a la bañera y allí estaban, jugando con un patito de hule y mucha espuma.

-Parece que se divierten mucho sin mí.

-Mai, pai, patito, ven-me volvió a llamar con su manita y entre en la bañera con mi ropa interior. Estaba helada el agua y dio un grito. Ignasi sabía que odiaba el agua muy helada, por lo que lo hicieron al propósito, Oliver se reía mucho por la broma que había planeado con su papá.

-Son unos niños malos. Pero están perdonados, si usan barbas de piratas.- Agarré espuma entre mis manos y se las coloqué en su cara en forma de barba.

-Y la mami será una vieja canosa-Ignasí tomó mucha espuma entre sus manos y las colocó en mi cabeza, formando una cabellera blanca. Permanecimos jugando y riendo en la bañera los tres por un buen rato, luego nos bañamos respectivamente y nos fuimos a colocar nuestros pijamas.

-Mami, quielo acalpa

-Mi pequeño, papi tiene que viajar mañana, necesita dormir bien en su cama, para trabajar muy bien.

-Ely, se me antoja acampar.

-Solo por consentirlo, pero está bien... yo también quiero acampar.

Construimos la tienda de campaña en la habitación, Oli le encantaba ayudar armarla, aunque la verdad solo la desarmaba más, pero él tenía el escultismo en la sangre y no había cosa que me hacía más feliz que eso. Pusimos nuestras cobijas, almohadas y entramos los tres. Hicimos una oración antes de irnos a dormir, pidiendo que nuestra familia siguiera unida por mucho más tiempo y que cuidara a Ignasi en su viaje de trabajo.

Cuando estábamos acostados, Oli se lanzó un gas y el muy sin vergüenza se reía muchísimo, Ignasi me decía que Oli se había robado una gran parte de mi humor, porque ya no era como cuando tenía 17, pero así es la vida. Cuando uno es madre, muchas cosas cambian, muchas cosas mejoran y estaba muy contenta de tener la familia que tenía.

-Amor, ya que Oli se durmió, te necesito-susurró Ignasi en mi oreja- te extrañaré demasiado. ¿Qué dices? -estaba muy tentadora la oferta, porque lo que accedí. Me giré silenciosamente y besé sus labios- Deberíamos ir afuera- salimos de la tienda de campaña muy despacito, dejando a Oli dormir. Cerramos la puerta de la habitación mientras salimos al patio.

-Espera falta una manta-le dije y regresé a ver unas mantas para el frio.

Esa noche, hicimos el amor a la luz de la luna en nuestro patio. Esa noche estaba muy segura que Ignasí si era el hombre de mi vida entera, no podía vivir sin él, y saber que no estaríamos cerca por un tiempo, es lo que hizo de ese momento uno más especial. En nuestros años de matrimonio sería la primera vez que estuviéramos lejos. Nos sentíamos muy extraños.

-Nunca me cansaré de decirte de lo grandiosa que eres y lo que tanto te amo.-me dijo Ignasí

-De igual manera yo tampoco me cansaré de decirte lo mucho que te amo. Deberías dormir ya.

-¿Aquí afuera? Oli si no nos ve llorará.

-Obvio que en nuestra cama, tonto.

Recogimos las mantas y regresamos a nuestra habitación, rendidos de sueño, nos quedamos profundamente dormidos.









Bitácora de un ScoutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora