OSIRIS: EL DIOS QUEBRADO DEL MAS ALLÁ

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Nunca ha habido, ni habrá un rey más perfecto que Osiris.

 Hijo del Dios de la Tierra y el Cielo, Geb y Nut, Osiris era de realeza divina por nacimiento, y toda la tierra era su derecho de nacimiento. La benevolencia y la prosperidad eran las señas de identidad de su reinado. Él fundo la nación egipcia, y la volvió un gran imperio, enseño leyes y costumbres buenas a los hombres. 

Él había sido dejado para dar forma al mundo, pero los celos de su hermano, Set, cambiaron el curso del destino.

Buscando como lograr usurpar el trono, Set engañó y mató a su hermano, desgarrando su cuerpo en pedazos y arrojándolos al gran rió Nilo. Isis, esposa de Osiris, en secreto huyó mientras Set sumió al reino en la oscuridad.

Durante años ella trabajó para volver a armar su marido, mientras que su forma de espíritu, su Ba, soportaba el tiempo. Sin embargo, a pesar de su búsqueda, ella no podía encontrar cada parte de él, e Isis se vio obligada a reanimar incompleto a Osiris. Embalsamado con ayuda de Anubis, fue reanimado con la poderosa magia de Isis. Aunque no era lo suficientemente fuerte como para desafiar Set en esta forma incompleta, Osiris dio a Isis un hijo, el poderoso Horus, que derroco al tirano Set y restauro el equilibrio de Egipto.

Lo que queda de Osiris es un fragmento de lo que alguna vez fue. Despojado de su corona sobre la tierra, él  ahora gobierna el reino de los muertos con la misma benevolencia con que gobernó a los vivos. El da juicio sobre las almas que entran al Inframundo, asegurándose de que por sus acciones en vida reciban lo mismo en la muerte. Reuniendo lo último de su fuerza y ​​espíritu, Osiris busca cambiar el curso del destino, por la luz sobre la oscuridad.




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