Dioses

TYR: EL LEGISLADOR

Tyr, la encarnación de los ideales imposibles de la humanidad. Poderoso guerrero perdió una mano en nombre de la justicia.

El hombre es una criatura maleable, pero un Dios es de piedra, en forma única por el duro clima de la expectación. Y ninguno tiene una mayor carga de la expectativa de Tyr, porque él es Coraje, es Honor. Él es Justicia.

 El valor no es la ausencia de miedo, sino la voluntad para enfrentar el miedo.

Fenrir, el poderoso lobo, fue predicho para causar tal devastación en los dioses así que ellos trataron de atarlo. Tyr, vestido de coraje, trajo a la bestia a su prisión, donde los Dioses prepararon los grilletes.

Honor no es un juramento terco, esta siempre antes que la integridad en pro de defender lo que es correcto, incluso cuando no es fácil.

Bajo la apariencia de una prueba de fuerza, los dioses doblegaron a Fenrir y lo ataron, pero él se liberó ambas veces. En el tercer intento, Fenrir sintió un truco y exigió a uno de los dioses poner su mano en su boca. Si la unión resultaba mágica, Fenrir tomaría la mano. Ningún dios tuvo el valor pero Tyr estuvo de acuerdo.

Justicia no es apego a la ley, sino un código de justicia y moralidad.

 Obligado por la cinta mística, Fenrir devoró la mano de Tyr. Era el precio a pagar. Y Tyr lo pago de buena gana. Pues incluso Fenrir merecía tener justicia. 

Tyr es objeto de culto como un pináculo de la justicia, exhortó por su valor en la batalla, el equilibrio en la ley, y la fortaleza para enfrentar lo imposible. A medida que se ennegrece el mundo, y el miedo se apodera de la gente, Tyr se inclina por el peso de las expectativas. Con arma en mano, se toma el campo. Porque él es el valor. Es Honor. Él es Justicia.