La lluvia es la vida. Torrentes desde arriba bañan la tierra, alimentando las semillas que crecen en frutos preciosos y granos. El hombre y la bestia por igual se sustentan en este ciclo. Sin lluvia, este mundo sería estéril y todos los seres vivos se convertirían en polvo. Así es el poder de Chaac, Dios de la lluvia. Pero, como todo gran poder, no vino sin un gran costo.
En los primeros días de la humanidad no había agricultores, por lo que los hombres se morían de hambre bajo el sol. Durante días, Chaac buscó una manera de darles de comer. En lo profundo de las montañas, descubrió una piedra de oro y la partió con su poderosa hacha. Dentro estaba el maíz, preciosa cosecha que cambiaría para siempre al pueblo maya, y Chaac fue venerado y adorado por ello, como un salvador y dador de alimento.
Ebrio de orgullo, Chaac buscó el objeto de su deseo más profundo, la esposa de su hermano El Dios del sol. Durante un tiempo, su relación se mantuvo en secreto, pero no iba a durar. El hermano de Chaac, los descubrió. Sin decir una palabra, ella obedientemente volvió a su marido y Chaac, dándose cuenta de lo que había hecho, dejo que se fuera, pero una grieta tan grande formada entre dos hermanos nunca se cura. En su dolor, Chaac condujo su hacha hacia el cielo, y de la herida cayeron lágrimas de arrepentimiento.
Desde entonces, Chaac ha optado por una vida libre de orgullo y egoísmo, dedicándose sólo a la humanidad. Como recordatorio de su mayor fracaso, él continúa para dar la lluvia de los cielos, en el lavado de la tierras, y sostener las aguas.
Así lo hacen los cultivos que crecen. Así lo hacen las personas que sobreviven. Así es el poder de Chaac, Dios de la lluvia.
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Dioses
FantasiMitología... ¿Que es el humano sin sus mitos? ¿sin sus leyendas? ¿sin sus creencias?.. Simplemente no es humano, nuestros mitos nuestras historia son nuestra cultura. La cultura nos hace humanos, la búsqueda de dar una explicación a lo que no entend...