Las leyendas hablan de un tomo de magia y hechizeria, donde se pueden encontrar todos los secretos del mundo, donde se escriben todos los hechizos para cambiar el tejido de la realidad y donde se traza el conocimiento para dominar hasta la misma muerte.
Las leyendas siempre subestiman la realidad.
Tan poderoso es este libro que el mero salto de páginas pone a los dioses al límite de sus asientos.
Este léxico de prestidigitación, no es producto de la casualidad. Cada encantamiento, cada hechizo fue cuidadosamente elaborado por un Dios más allá de la comprensión, quien lo hizo es un ser de una sabiduría tan trascendente, él es Thoth, el poderoso y sabio dios con cabeza de Ibis, el Escriba de los Secretos.
Tres grandes batallas han existido, y en cada una, Thoth estuvo presente, ayudando a las fuerzas del orden a triunfar sobre el caos.
Cuando Ra enfrentó a la serpiente del mundo Apep por última vez, los hechizos de Thoth protegieron a Ra contra el venenoso reptil.
Cuando Osiris fue desmembrado por su hermano Set, Thoth enseñó a Isis los encantamientos para revivirlo.
Cuando Horus, hijo de Isis y Osiris, luchó contra Set una vez más por el control del Reino, los rituales sagrados de Thoth limpiaron al joven de los venenos más viles de Set.
Todos los secretos, el poder, la sabiduría del universo, Thoth los ha colocado en este libro. Él es el guardián de este conocimiento, invocándolo sólo para salvar al mundo, para evitar que caiga en desorden.
Pero ahora, el mundo está cayendo en el caos. El temblor de los cielos, la tierra estremeciéndose, los mares se hirviendo y los mortales gritando. Si alguna vez hubo un tiempo para que Thoth rompiera la encuadernación de su libro, es ahora.
Este mundo no está preparado para los secretos que revelará...
ESTÁS LEYENDO
Dioses
FantasiMitología... ¿Que es el humano sin sus mitos? ¿sin sus leyendas? ¿sin sus creencias?.. Simplemente no es humano, nuestros mitos nuestras historia son nuestra cultura. La cultura nos hace humanos, la búsqueda de dar una explicación a lo que no entend...
