Allí estaba ella, vistiéndose para el funeral de otra inocente víctima de aquel caso. Se miró al espejo. Le habían dado el alta hacía casi una semana, dos días después de volver a ver a su ex, por última vez. Sin embargo, había permanecido en el hospital alguna noche más, cuidando a una de las personas más importantes de su vida, al hombre de su vida. A pesar de que Castle había disparado, matando, al supuesto médico después de que éste matara a Josh de un solo balazo, él había alcanzado a Richard en un costado. Por suerte, la bala no había tocado ningún órgano vital y tras una pequeña operación, lograron sacarlo adelante. Kate había vuelto a sufrir otro ataque de ansiedad al ver a Rick tirado en el suelo, sangrando y con lágrimas en los ojos. Se había acercado a él pero no había podido reaccionar y tapar su herida. Sólo le había salido llorar, mirarle a los ojos y decirle que no se marchara, que ella le necesitaba, mientras su respiración se dificultaba cada vez más.
El equipo del hospital corrió a atender a Castle y a ella se la llevaron a otra habitación para tratar de estabilizarla. Cuando consiguieron que se calmara, le realizaron las pruebas pendientes para saber si el golpe que se había dado en la cabeza le había dejado alguna secuela. Afortunadamente, todo estaba bien. Así que en cuanto sacaron al escritor de quirófano, los pusieron en la misma habitación. Kate debía quedarse dos días más en observación y no lo haría si no era con él en la misma habitación. Permaneció a su lado, todo el tiempo, sin se pararse de él más que lo justo. Ni Jim, ni Martha, ni Alexis habían hecho algún comentario al respecto, pero los tres sabían que entre el escritor y la inspectora ocurría algo. Y evidentemente todos sospechaban que al fin estaban juntos.
Volvían a tener seguridad en la puerta. Esta vez, eran tres hombres los que custodiaban la habitación, y si Beckett tenía que ir a cafetería o a casa a por ropa, uno de ellos siempre iba con ella; a pesar de que la inspectora se había negado a que un hombre la vigilara y la acompañara a todo. La insistencia de su padre y de Castle cuando se despertó, la había acabado por convencer.
Alexis y Martha también habían estado todo el tiempo con su padre e hijo respectivamente. Se iban alternando yéndose de vez en cuando alguna a casa para descansar. También ellas tenían vigilancia, al igual que Jim.
Aquella noche, todos habían insistido en que Kate se fuera a casa a descansar. Llevaba días durmiendo en la butaca de aquella habitación y tenía mala cara. Necesitaba dormir a gusto, descansar en condiciones. Además, no estaba comiendo en condiciones. Así que Jim la acompañó a su casa y se quedó a dormir con ella. Mientras se vestía en su casa, no podía dejar de recordar aquella conversación que había tenido con Castle justo antes de irse del hospital. No habían hablado del caso hasta aquel día.
-RECORDANDO-
Kate llegaba a la habitación de Castle tras haber bajado a la cafetería a por un café. Le había dejado charlando con su hija. "Ya estoy aquí". Sonreía al escritor y ampliaba su sonrisa al ver que estaban solos. Alexis debía de haberse ido a casa. Ella había pasado por los aseos y se había maquillado ligeramente tratando de ocultar su mala cara. La herida de la cabeza estaba prácticamente curada y no le había vuelto a dar ningún ataque de ansiedad. Sin embargo, había pasado unos días bastante triste y algo fría a causa de la muerte del médico. Se sentía culpable, pero al final Castle consiguió borrar aquella culpabilidad de su cabeza. "¿Me has echado de menos?". Se sentó en el borde de la cama en el lado derecho, el opuesto al que él tenía la herida.
"Uhumm..." Asintió Castle mirándola a los ojos. "Un poquito". Le sonrió ligeramente mientras cogía su mano y le dejaba tiernas caricias en ella. "¿Y tú a mí?". Le besó la mano acariciándole los nudillos. En su cara se notaba un pequeño gesto de seriedad y preocupación. Kate no preguntó, simplemente se dedicó a demostrarle el amor que sentía por él.
"He de reconocer que, desde hace tiempo, cada vez que me he separado de ti te he echado de menos, pero siempre negaré haberlo dicho". Le sacó la lengua de forma graciosa y después le robó un suave beso de sus labios sonriéndole con ternura. Después del miedo que ambos habían pasado, Beckett había decidido intentar no ocultarle nunca nada más a Richard. Dejaría que poco a poco su muro fuese derramándose del todo hasta poder mostrarle todos y cada uno de sus sentimientos, fuesen de alegría, miedo o tristeza.
"¿Sabes? Me encanta esta nueva faceta suya, inspectora". Se quedaron mirando unos segundos, con profundidad, en silencio.
"Yo también estoy descubriendo una nueva Beckett". Kate le acarició la mejilla con suavidad. "Y...". Se mordió el labio haciendo una pequeña pausa, dirigiendo su mirada hacia la ventana de la habitación. Un par de segundos después, volvió a mirarle a él y se acercó lentamente a sus labios para susurrarle. "A mi también me gusta mi nuevo yo". Terminó aquella frase atrapando sus labios en un beso cargado de amor y cariño.
Ambos cerraron los ojos para disfrutarlo aún más, y Castle la atrajo más a él agarrándola con cariño de la nuca. Se tuvieron que separar cuando les empezó a faltar el aire y se miraron con una sonrisa. Permanecieron en silencio un rato, observándose, dedicándose pequeñas caricias, perdiéndose en sus miradas, hasta que Castle bajó su mirada hacia sus manos que volvían a estar entrelazadas. Soltó el aire lentamente y levantó de nuevo la cabeza para mirarla a los ojos. Ella lo miraba atenta. Sabía que había algo que le preocupaba y quería saber qué era.
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Cuando Te Veo
FanficBeckett está en un caso en el que el asesino es una sombra de su pasado y su relación con Castle no está en su mejor momento. ¿Podrá Beckett superar sus miedos? ¿Aguantará su mentira sobre aquél fatídico día? ¿Podrá Castle perdonarla?