Capítulo 71

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"¿Qué ha pasado?". Preguntó Beckett angustiada.

"El otro taxi ha intentado despistar al todoterreno yéndose hacia el puente. Quien quiera que vaya en el coche, quiere empujarlos al agua". Era la primera vez que el guardaespaldas estaba nervioso.

Beckett vio que sus compañeros acababan de llegar a comisaría. "¡Ryan, Espo!". Ambos la miraron sorprendidos de verla allí y sobre todo, por su voz. "Nos vamos al puente. McCalister va en un taxi que quieren arrojar al agua. Avisad a una patrulla y preparaos para lo peor".

"Estamos en ello". Ambos se pusieron a llamar rápidamente al equipo que necesitarían para rescatar el coche si finalmente consiguen tirarlos al agua.

"Señor, tenemos que ir. Se trata de un exagente de policía, un guardaespaldas y un taxista. Además, tiene el resto de documentos necesarios para lo que le acabo de contar". Habló Beckett atropelladamente. "Guarde esos informes muy bien. Si quiere vaya echándoles un ojo, pero espéreme para actuar". Paró un segundo cogiendo aire. "Señor, no puede enseñárselo a nadie más". Corrió hacia el ascensor siguiendo a sus compañeros que ya estaban montados. Gates se quedó boquiabierta.

Castle también los siguió y en unos minutos que se les hicieron eternos, estaban en el puente. El taxi y el todoterreno estaban a mitad del puente, más o menos. Había mucho tráfico. Les iba a costar llegar hasta ellos. Mientras se acercaban lo más rápido que podían, pudieron presenciar cómo el taxi era empujado hasta el agua y el todoterreno, pensando que no sobrevivirían, huía. Cuando llegaron, vieron el maletero sumergirse en el agua. El morro del coche ya no se veían.

Tras un buen rato, consiguieron sacar el coche. Por suerte, aunque había entrado agua dentro, pudieron aguantar hasta que la policía los rescató. Una vez a salvo, y mientras los demás agentes se encargaban del taxi, el taxista y el papeleo, McCalister con Beckett, Castle y los detectives, seguidos por los guardaespaldas, volvieron a comisaría.

Habían pasado horas hablando con Gates. Explicándole todo el caso de Bracken. Toda la información que tenían y por qué habían querido acabar con sus vidas. La capitana se mostró muy sorprendida por todo lo que le contaban. No se esperaba en absoluto que hubiera más pasado oscuro tras el senador Bracken. Felicitó a los tres por el trabajo que habían hecho y por supuesto les ofreció su apoyo en la "huída". Les dijo que ella se encargaría de hablar con protección de testigos para que les echaran una mano. Pero era de noche ya y hasta el día siguiente no podría hacerlo. No podían ir a sus casa, probablemente las estarían vigiando puesto que habían conseguido huir del todoterreno negro. Decidieron ir a un hotel en el que pudieran pagar en efectivo y sin tener que dar sus nombres para no dejar rastro. Un par de coches de la policía los acompañó. McCalister se quedó en una habitación y Castle y Beckett en la contigua. Así estarían cerca por si algo pasaba. Castle le dio a McCalister un teléfono prepago que había comprado con dinero en efectivo. Ellos tendrían otro y se comunicarían por ahí si fuera necesario. El día siguiente iba a ser muy intenso: tenían que planear la forma en la que se esconderían hasta que el juicio se hubiera celebrado. A lo sumo, serían un par de meses.

"¿Sabes lo peor de todo esto?". Comentó Castle mientras se sentaba en el borde de la cama y comenzaba a desabrocharse los botones de las mangas. Beckett le miró mientras se quitaba las botas. "No poder comunicarme con mi madre o Alexis. Decirles que estoy bien, que estamos bien". Soltó el aire despacio y después terminó con una pequeña sonrisa. "Pero sé que todo esto acabará pronto y volveremos a casa, sanos y salvos".

Beckett se había quitado ya las botas y se sentó también en el borde de la cama. Cogió un brazo de Castle y le ayudó a soltarse los botones de la otra manga. "Lo siento, no sabes cuánto... Que estés implicado en todo esto por mí. Que tu vida también corra peligro... Si... si algo te pasara...". Negó con la cabeza cerrando los ojos después de soltarle los botones. No quería ni imaginarse que aquello sucediera.

"Ey...". Él giró su cuerpo sentándose de costado en la cama, mirando a Kate. "Nada va a pasar. Es muy probable que ni siquiera nos busquen más. Ahora tendrán que centrarse en intentar construir una buena defensa para el juicio. Aunque les va a ser imposible". Agarró las manos de la inspectora con cariño haciendo que ésta le mirara. "Nos esconderemos por si las moscas. Tómatelo como unas vacaciones, Kate. Conmigo...". Susurró con ternura y le dio suaves caricias en los nudillos. Ella sonrió ligeramente y se acercó más a él sin deshacer el contacto de sus manos. "¿Dónde te gustaría ir?". Rick se mordió el labio mirándola a los ojos.

"Me da igual. Por mucho que lo intente, no lo voy a ver como unas vacaciones. Así que el sitio me da igual". Notó cierta decepción en los ojos del escritor e inmediatamente sintió una fuerte opresión en el pecho. "Lo importante es que tú vas a estar conmigo...". Susurró apretando sus manos para intentar animarle. Él se estaba esforzando en mejorar esa situación en la que se encontraban, pero su cabeza no podía dejar de pensar en que huían, se alejaban de sus familias. Y que corrían peligro.

"¿Acaso crees que te dejaría sola? ¿En algo así?". Kate negó ligeramente con la cabeza, con una pequeña sonrisa, indicándole que no lo creía. "Ven aquí anda..". Su voz sonó tranquila, calmada. Tiró suavemente de sus manos para que se acercara a él.

Kate sonrió más y sin dudarlo, se acercó al cuerpo de Castle. Éste la abrazó y la acurrucó entre sus brazos. La inspectora apoyó la cabeza en el hombro de Castle, mirando hacia su cuello. Inspiró hondo y cerró los ojos dejándose relajar. "Qué gusto...". Murmuró cuando él empezó a acariciarle la espalda lentamente.

Se tumbaron en la cama y sin quitarse la ropa ni nada, se quedaron dormidos. Había sido un día duro. Mucho estrés, demasiadas emociones. Y el viaje. Durmieron abrazados.

Cuando Te VeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora