Capítulo 36

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"Kate...". Susurró el escritor releyendo las notas de Johanna. "Esto es del día de su muerte. Tal vez tenga algo que ver...". Propuso mientras veía cómo la inspectora dejaba las fotos y se acercaba de nuevo a él para leer lo que había anotado para aquel día.

"Habíamos quedado con ella para cenar en el restaurante. Pero no apareció". Tenía la vista fija en la letra de su madre.

"Hay algo borrado debajo de esto". Castle llevaba un par de minutos intentando averiguar que era lo que la madre de Kate había escrito previamente.

"Déjame ver.." Kate se tensó al oír aquello y le cogió la libreta de las manos para mirarla de más cerca. Aquello podría significar una nueva pista, un nuevo hilo del que tirar. Empezó a decir en voz alta lo que podría poner. "¿Mon... Monte?" Frunció el ceño y continuó intentándolo, sin éxito. Gruñó frustrada.

"Espera. Vamos a probar con algo". Se levantó y fue a su despacho, cogió un lápiz y volvió a sentarse junto a ella. "A lo mejor quedó marcada la página de debajo y podemos leerlo mejor". Kate le dio la libreta dedicándole una pequeña sonrisa ante aquella gran idea.

Richard pasó la página y marcó con el lápiz suavemente. Quedaron marcadas dos frases. La que perduraba escrita en la hoja anterior y la que había sido borrada. Ahora se podía leer más fácilmente. Ambos se miraron con cierto nerviosismo y se acercaron más al papel para tratar de leer.

"No es "monte", es... ¡Montgomery!" Exclamó Kate al conseguir descifrarlo y miró a Castle extrañada por aquella anotación. Rick frunció el ceño mirándola a ella intentando averiguar por qué había escrito el nombre del detective Montgomery. Beckett volvió a mirar la hoja. "Hay algo más escrito después..." Susurró entrecerrando los ojos para intentar leerlo mejor.

Castle se acercó más al papel e imitó a la inspectora tratando de adivinar qué ponía. "¿Elefante?". Frunció el ceño con fuerza. Aquello sí que no se lo esperaba y en su cabeza, no tenía sentido. "¿Pone eso?". Miró a Kate que se había quedado callada sin dejar de mirar el papel.

Su expresión era seria pero sus ojos no dejaban de moverse por todo el papel para intentar saber si había algo más que se les estaba escapando. Suspiró al no encontrar nada más. "Yo qué sé. Será otro de sus códigos". Se apoyó en el respaldo del sofá cerrando los ojos cansada y llevándose la mano a la frente para frotársela.

Castle dedicó unos minutos más a mirar aquella hoja y pensar en las palabras que había escritas. Suspiró frotándose la sien. No encajaban. Dejó la libreta sobre la mesa y se apoyó él también en el sofá, al lado de Kate, que permanecía con los ojos cerrados. Richard sin decir nada, pasó su brazo por los hombros de ella y la atrajo a él, pegándola a su cuerpo y dándole un suave beso en el pelo. Al principio, Kate quiso separarse de él y dejar de sentirse vulnerable. Hizo un amago de alejarse del abrazo, pero Rick, intuyendo lo que le pasaba, apretó más el abrazo evitando que ella se apoyase sobre su herida, pero pegándola más a su pecho y sujetándola con firmeza. Ella se rindió y se abrazó a él cerrando los ojos intentando aguantar sus lágrimas. Era absurdo querer separarse de él, del hombre que le daba fuerzas para superar todo.

Tras un buen rato en aquella postura y en silencio dedicándose suaves caricias, Richard comenzó a quedarse dormido. Las molestias que sentía de vez en cuando en el costado le hacían sentirse agotado. Cuando Beckett notó que la respiración del escritor se iba ralentizando, comprendió que se estaba durmiendo. Sonrió muy levemente aún apoyada en su pecho y sólo entonces dejó que varias lágrimas brotaran de sus ojos. Se dedicó esos minutos para ella, para liberar la angustia que sentía, abrazada a el escritor, su escritor. Después, se secó las lágrimas, le dio un dulce beso a él en el pecho y se deshizo del abrazo con cuidado de no hacerle daño. Recogió las copas y metió todas las cosas en la caja de madera. Después, volvió al sofá y se sentó a su lado, acariciándole la mejilla para comenzar a despertarlo y acompañarlo a la cama. El sofá no era el mejor sitio para que durmiera.

"Rick... cariño...". Susurró ella con ternura, dado suaves besos en sus labios. "Despierta anda, que si duermes en el sofá te dolerá todo luego. Y a ver quién te aguanta quejándote todo el día". Sonrió mordiéndose el labio y recordando que muchas veces, es peor que un niño.

Castle se movió ante los besos y las palabras de Kate y sonrió al escucharla decir aquello último. Se desperezó estirándose con cuidado de que no le tiraran los puntos "¿Me llevas a la cama?" Puso morritos sin abrir los ojos todavía, haciendo reír a Beckett.

"Anda, no me hagas sacar la pistola para conseguir que te levantes". Le dio un dulce beso en los labios y se levantó tendiéndole su mano. "Venga, que yo te ayudo". Castle alargó su mano hasta agarrar la de ella y con su ayuda se levantó aún adormilado. "Vamos a la cama". Sin soltar su mano, se dirigió a la habitación del escritor, pero a mitad de camino, éste se paró en secó haciendo que ella también tuviera que parar. Se giró a mirarle extrañada. "¿Qué pasa?".

Castle trataba de controlar la enorme sonrisa que quería mostrar desde que ella había dicho de irse a la cama, juntos. "¿Te vas a quedar?". Los ojos le brillaban mientras se mordía el labio.

Beckett sonrió al darse cuenta de ello y se acercó a él sin soltar sus manos. "Uhum... Eso tenía pensado, pero si no quieres, no tienes más que decirlo y me iré a mi apartamento, sola... A darme un relajante baño de espuma, a la luz de las velas...". Le miraba con intensidad y suspiró al perderse en su mirada. Era increíble lo rápido que conseguía que se olvidara de todo lo malo y sonriera.

"De eso nada inspectora". Él la agarró de la cintura atrayéndola a su cuerpo. La miraba con intensidad. Sus palabras habían conseguido subir la temperatura. "No hay nada en este momento que desee más que pasar la noche junto a ti..." Susurró con sensualidad y se acercó al oído de ella. "Y no necesariamente... durmiendo..." Agarró el lóbulo de su oreja suavemente con los dientes, lo que hizo suspirar y ahogar un pequeño gemido a Kate.

"¿Y... y tu herida...?" Beckett se sentía totalmente excitada. Él sabía perfectamente cómo conseguirlo en apenas segundos. Le deseaba, como nunca había deseado a nadie. Pero temía hacerle daño.

"La herida está perfectamente". Castle seguía muy pegado a ella, susurrándole al oído y dejando dulces besos en su cuello. "Con tener un poco de cuidado, bastará". Terminó de decir aquello mordiéndole ligeramente entre el cuello y la clavícula.

"Mmmm..." No logró contenerse y aquel gemido se escapó de sus labios mientras cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia el otro lado para darle mayor acceso a su cuello. "Si sigues así, no voy a poder controlarme..". Su voz sonaba entrecortada por la excitación.

"Eso es precisamente lo que quiero: ¡Que no te controles!". La pegó más a él haciendo que ella notara la excitación del escritor, lo que la hizo volver a gemir, esta vez, más fuerte.

Cuando Te VeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora