Capítulo 49

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Castle se quedó unos minutos sin mover el coche, pensativo, con la mirada perdida en el coche de delante. No quería perder a Kate, la amaba demasiado. Tenía que contarle todo y apoyarla. Intentar convencerle de que lo mejor es alejarse de la ciudad un tiempo. Al menos hasta que todo estuviese tranquilo y Bracken en la cárcel. Cogió aire con fuerza y arrancó de nuevo el coche en dirección a la comisaría.

Mientras tanto, en comisaría, el interrogatorio había durado algo más de lo que en un principio pensaron. Beckett y Gates salieron de la sala, cansadas. Aquel hombre era capaz de agotarlas mentalmente. Espo, Ryan y Lanie salieron de la sala contigua a la vez que la capitana y la inspectora. Habían estado comentando la salida de Castle y lo que les había pedido. Y los tres habían llegado a la misma conclusión: no sabían cómo ni por qué, pero el escritor sabía algo que ellos no, y no parecía nada bueno; probablemente Beckett estaba en peligro. Sino Castle no les habría pedido que se mantuvieran junto a ella en todo momento. Decidieron salir a la vez que ellas abandonaban la sala de interrogatorios y no comentar nada de Castle.

"¿Creéis que a pesar de las pruebas va a lograr librarse?". Preguntó Lanie una vez se puso a la altura de Beckett y Gates, frente a la pizarra que tenían blanca.

Beckett se giró al oírles y frunció el ceño al no ver a Castle, pero no dijo nada, no delante de la capitana. "Tiene contactos, eso está claro. Pero las pruebas son más que evidentes. Confió en la justicia. Espero que pase una buena temporada entre rejas". Suspiró dejando el informe sobre su mesa y sentándose para acabar el papeleo.

"La inspectora tiene razón. Las evidencias, son las evidencias. Y todo está en su contra. Esperemos que el juez haga bien su trabajo y no se deje acobardar por Bracken". Le entregó un par de hojas más a Beckett para adjuntar al informe y continuó hablando. "Nuevamente, buen trabajo inspectora, muy buen trabajo. A usted y a sus compañeros, que estoy segura de que le han ayudado". Les sonrió a los cuatro y se metió en el despacho.

"Creo que le ha gustado que una de sus inspectora encierre a un pez gordo". Le sonrió Espo y ella tras mirarle un segundo con una pequeña sonrisa, volvió a bajar la vista centrándose en los papeles que tenía sobre el escritorio.

Ryan, Espo y Lanie se miraron sin saber qué hacer. En situaciones normales cada uno se habría ido a hacer su trabajo, pero no querían dejar sola a Beckett, por si sus sospechas se confirmaban y ella estaba en peligro.

La voz de Beckett les sacó de sus pensamientos. "¿Y Castle?". Comentó sin levantar la mirada de los papeles que estaba rellenando. No quería parecer ansiosa por verle, aunque en realidad lo estuviera.

"Ha ido a por su madre y su hija al aeropuerto. Acababan de llegar y no había ningún taxi para volver a casa. Toda la ciudad está como loca después de lo del senador". Le informó Ryan observando detenidamente, como sus otros dos compañeros, la reacción de Kate. Los tres sospechaban que estaban juntos, aunque no lo dejasen ver.

"Bien". Fue la única respuesta de Beckett, que intentado concentrarse en los papeles, torció los labios ligeramente en señal de tristeza. Deseaba tanto mirarle a los ojos y que su dulce mirada la tranquilizara... Quien se lo iba a decir a ella. La fuerte y segura inspectora Beckett necesitando sentirse protegida y mimada por Richard Castle. Sonrió ligeramente al pensar en ello. Cada día le importaba menos sentir la necesidad de que él la cuidara, protegiera o mimara. Siempre y cuando, también respetase sus límites y su privacidad.

Con una mirada, el resto de compañeros decidieron alejarse un poco de ella mientras terminaba el papeleo. Así no sospecharía y a la vez, la tendrían vigilada. Ryan y Espo fueron a sus mesas y fingieron trabajar, y Lanie optó por ir a tomarse un café. De momento no tenía trabajo que hacer en la morgue y al ser ya casi mediodía no creía que fuese a tener trabajo hasta la tarde. Beckett levantó la mirada cuando los sintió alejarse y frunció el ceño. Los notaba raros, pero no sabía por qué. Suspiró pensando que serían imaginaciones suyas.

Pocos minutos después, con Lanie charlando con Espo y Ryan junto a las mesas de los detectives y Beckett terminando el papeleo, salió Castle del ascensor con una bolsa de comida china en la mano. La había comprado de vuelta a la comisaría. Había para Ryan, Espo y Lanie también. Su rostro reflejaba seriedad y preocupación, pero trató de disimularlo cuando se acercó a la mesa de la inspectora, bajo la atenta mirada de los demás.

"Hey". Saludó el escritor al llegar a la altura de Kate, forzando una pequeña sonrisa.

"Hey". Correspondió ella también al oírle, y levantó la mirada sonriéndole, hasta que notó algo raro en su mirada, en su expresión. Pero no preguntó. "¿Ya has llevado a Martha y a Alexis a casa?". Vio como Rick tomaba asiento en su silla.

"Sí. Estaba imposible hoy la carretera, ¡lo mío me ha costado! Había coches por todos lados, y ni un taxi libre. Lo siento...". Susurró eso último mirándola a los ojos con verdadera tristeza. Pero más que por haberse tenido que ir, por la llamada que había recibido. "¿Cómo ha ido? ¿Habéis conseguido algo?".

"No te preocupes. Habría sido igual aunque te hubieras quedado todo el rato". Suspiró un poco cansada e intentado descifrar qué era lo que le pasaba a Castle. "No ha hablado prácticamente. Sus abogados no le han dejado. Pasará la tarde aquí hasta que vengan a llevárselo a la cárcel a la espera del juicio". Informó Kate mientras cerraba el informe ya terminado.

"¿Tienes hambre? ¿Te apetece comida china?". Le sonrió, esta vez con más naturalidad que antes y le enseñó la bolsa que traía.

La sonrisa de Beckett se ensanchó de inmediato. "Creo que me has leído el pensamiento. Gracias...". Susurró mirándole con intensidad. Esa última sonrisa del escritor la había tranquilizado un poco. A lo mejor sólo era que él también lo había pasado mal con todo ese caso.

Castle le sonrió algo más y respiró hondo girándose para mirar a sus compañeros, quienes no les habían quitado el ojo de encima. "¿Quién quiere comer?". Les enseñó a ellos también la bolsa y todos se apuntaron.

Fueron a una sala, libraron la mesa y se sentaron todos a comer. Cómo no, la conversación se centró en el caso de la madre de Beckett y en la detención del senador Bracken. Kate estaba muy agradecida. Sus compañeros siempre la habían apoyado y ayudado mucho en ese tema. Y qué decir de Castle, él siempre había estado a su lado en aquel tema. Mientras Espo y Ryan recordaban algo de una de las investigaciones que hicieron años atrás a cerca de Bracken, Beckett centró su mirada en Castle, que estaba absorto mirando el bote de su comida. Apenas había probado bocado y casi no había abierto la boca. Algo muy extraño en él. Pero es que ese tema de conversación le ponía de los nervios. El simple hecho de que a Kate le pasara algo, le revolvía el estómago. Soltó todo el aire de golpe y levantó la mirada un momento, encontrándose con los ojos interrogantes de Kate. Él le dedicó una pequeña sonrisa y desvió rápidamente su mirada de ella. Beckett suspiró. No sabía qué le pasaba y le estaba empezando a preocupar seriamente.

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