Capítulo 53 (+18M)

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Permanecieron un buen rato en aquella postura, dedicándose besos, caricias y miradas. Al móvil de Richard había llegado un mensaje de Ryan pero no lo habían oído debido a que el teléfono se había quedado en el bolsillo de la chaqueta.

Castle se levantó despacio y agarró la mano de Beckett. "Ven, vamos a darnos un buen baño. Ambos necesitamos relajarnos". Ella le sonrió en forma de respuesta y se levantó sin soltar su mano.

Juntos prepararon la bañera, llenándola lo justo para poder meterse los dos sin derramar agua al suelo. Después añadieron unas sales aromáticas y colocaron algunas velas alrededor. Mientras Castle fue a llenar sus copas, Beckett se desnudó dejando la ropa tirada en el suelo. Cuando iba a meterse en la bañera, se miró al espejo y se fijó en el colgante que llevaba en el cuello con el anillo de su madre. Llevó una mano hasta él y lo cogió, observándolo a través del espejo. Lo palpó, giró y acarició con la vista fija en él. Así la encontró Castle cuando volvió. Sin decir nada, dejó las copas cerca de la bañera, se desnudó él también y se acercó a Beckett apareciendo entonces en la imagen del espejo. Se abrazó a ella por la espalda, colocando sus manos en el abdomen de Kate. Ella, al verlo y al notarlo junto a su cuerpo, se dejó abrazar acurrucándose entre sus brazos. Ambos miraban el anillo que aún seguía entre la mano de Beckett.

"Creo que es momento de empezar a vivir, de centrarme mi vida...". Susurró ella concentrada mirando el anillo. "Desde aquel día, no he vivido". Castle la tenía agarrada y le iba depositando suaves y húmedos besos en el cuello y el hombro. "Me he centrado en atraparle, en conseguir justicia y no he tenido ni tiempo, ni ganas ni fuerzas de vivir, de disfrutar, de buscar mi felicidad... Tú trajiste alegría a mis días y ahora, poco a poco, me vas haciendo feliz". La mirada de ambos se encontró en el espejo. Ambos sonreían. Castle le dio un tierno beso en la mejilla, muy cerca de la comisura. "Quiero vivir Castle, quiero disfrutar de mi trabajo, pero también de mi vida cuando salga de él. Te necesito, en el trabajo, y en mi vida". Le sonrió con cariño y él correspondió apretándola más a él. "Me va a costar, pero quiero centrarme en ti, en mi, en nuestra relación, en nosotros... Y también en hacerte feliz a ti... ¿Me ayudarás?". Giró su cabeza para poder mirarle directamente a los ojos.

Él asintió sin dejar de mirarla, le dio un dulce beso que ella alargó. "Siempre". Se sonrieron aún más volviéndose a besar. "Pero yo ya soy feliz con verte sonreír, así, pegada a mí..." Le vuelve a dar un beso en los labios. "Aunque... haciéndote rabiar un poquito también soy feliz". Bromeó él poniendo cara de pillo y ella puso los ojos en blanco, aunque no pudo evitar reírse.

"Anda, vamos a bañarnos antes de que se enfríe el agua". Susurró ella en sus labios y le dio un intenso beso en los labios, provocándolo. Después, se separó de él y se introdujo en la bañera sensualmente, consciente de que había conseguido captar toda su atención.

Rick soltó el aire lentamente sin dejar de mirarla, mordiéndose el labio. "No te preocupes que con la temperatura que acaba de coger mi cuerpo, la vuelvo a calentar en breves". Se metió detrás de ella abrazándola y acurrucándola en sus brazos mientras ella se reía ante la broma.

"¿Y qué es lo que ha hecho que tu temperatura corporal aumentara?". Estiró el cuello para susurrarle aquello cerca del oído y morderle el lóbulo de la oreja.

"Oh Dios, ¡Kate!". Jadeó él ante aquello. Le iba a ser difícil controlarse si ella seguía así. "¡Qué no, quién!" La apretó más hacia él y entonces ella pudo notar cómo su miembro comenzaba a aumentar de tamaño. "Y ese quién eres tú. Tú con tu cuerpo, tu pelo, tus preciosos ojos... Tus largas piernas..." Decidió jugar un poco el también y comenzó a acariciarle las piernas, despacio, subiendo hacia arriba. "Tu ombligo...". Susurró en el oído de ella dándole un beso en el cuello, en su punto débil y subiendo sus manos hasta su abdomen, saltándose su parte más íntima.

"Ummm..." Un ligero jadeo se escapó de los labios de Kate mientras estiraba el cuello reposando la cabeza en el hombro del escritor.

Rick sonrió y continuó. "Tus pechos...". Subió ambas manos hacia los pechos de Kate y los acarició lo más suavemente que pudo, logrando que sus pezones se volvieran erectos y ella gimiese de forma más audible. "Tu cuello...". Siguió con aquellas caricias hasta su cuello donde fue dejando varios besos. "Tu cara...". Le dio también varios besos por la cara mientras acariciaba su cabeza suavemente. "Y tus labios...". Giró su cabeza con ternura para poder besarla con pasión.

Ambos correspondieron intensamente a ese beso. El juego había conseguido aumentar no sólo la temperatura de sus cuerpos, sino la del ambiente también.

"Uumm... Uff.. Rick..." Jadeó Kate entrecortadamente cuando notó las manos de Castle acariciar todo su cuerpo sin dejar de besarse.

Rick se centró en sus pechos, rozándolos, acariciándolos, masajeándolos mientras intensificaban el beso y sus lenguas comenzaban un juego peligroso, haciendo que ambos se excitaran aún más. Kate no pudo seguir conteniendo los gemidos y en aquel momento agradeció mentalmente que no estuvieran ni Martha ni Alexis en casa. Castle mantuvo una mano en su pecho izquierdo, acariciándolo y masajeándolo mientras su mano derecha bajaba despacio por su torso, su abdomen hasta llegar a la zona más íntima y preciada de su musa. Un gemido aún mucho más fuerte salió de los labios de Beckett al notar cómo su mano acariciaba circularmente su clítoris. Todo su cuerpo se tensó y sus caderas se elevaron ligeramente para sentir más la fricción de la mano del escritor. Cada jadeo o gemido de Kate, excitaban aún más a Rick, que no podía soltar de vez en cuando algún gemido cuando ella se movía sobre él. Sin que ella se lo esperara, Castle introdujo con fuerza un dedo en su vagina y comenzó a moverlo con maestría sin dejar de rozar su clítoris. Sus caderas se arquearon y abrió más sus piernas sacándolas de la bañera y apoyándolas en el borde para darle mayor acceso. Ante eso, Rick introdujo otro dedo en su interior y comenzó un baile con sus dedos, dentro de ella mientras con la otra mano, acariciaba de arriba abajo todo su cuerpo, logrando que Beckett se estremeciera y gimiera con más fuerza.

"¡Ohhh Riickk! ¡Sigue! ¡Quiero más!". Gritó ella echando más hacia atrás su cabeza.

Castle comenzó a sacar y meter sus dedos con agilidad y fuerza. "Déjate llevar cariño". Susurró él en su oído dándole besos en el cuello y haciéndole algún que otro chupón sin darse cuenta. "Suelta todo lo que tienes dentro..".

Y... dicho y hecho. Kate no pudo aguantar más y se dejó llevar, estallando en un sonoro orgasmo, que retumbó como una feliz armonía en los oídos de Castle. Rick suavemente sacó los dedos de su interior, bajó sus piernas de nuevo al agua y la atrajo hacia él abrazándola mientras se calmaba.

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