Eran las ocho y media cuando el despertador que Beckett había puesto, interrumpía el placentero silencio de la estancia. Castle se desperezó y alargó el brazo cogiendo el móvil de Kate para apagar la alarma. Suspiró y se volvió a acomodar en la cama. Ella apenas se había movido. Tan sólo intentaba abrir despacio los ojos acostumbrándose a la luz que entraba por la ventana.
"¿Cuánto hemos dormido?". Susurró ella pegándose más al cuerpo de aquel hombre.
"Poco. Unas 5 horas o así". Se frotó los ojos con una mano mientras con la otra atraía más a Kate hacia él.
"Necesito una buena ducha para espabilarme". Soltó despacio el aire. Estaba muy cómoda en esa postura con él.
"Sí, yo también". Empezó a darle besos en el cuello, apartando su pelo con suavidad. "¿Me puedo unir a ti en la ducha?". Susurró sensualmente.
"Mmm.." Kate estiró el cuello ligeramente dándole más acceso. "No tenemos tiempo Castle. Cuanto antes desayunemos y alquilemos el coche, antes llegaremos y acabaremos con todo". Cerró los ojos unos segundos antes de volver a abrirlos para girarse entre sus brazos y quedar cara a cara.
"Está bien. Pediré que nos suban el desayuno a la habitación. Me ducharé en la otra habitación. Para cuando nos duchemos habrán subido el desayuno y habremos ganado tiempo". Le sonrió acariciándole la mejilla tiernamente.
Kate sonrió y acercó su cara a la de él. Besó sus labios con cierta intensidad y después se separó para mirarle a los ojos. "Buenos días, por cierto...". Susurró cariñosamente y le dio otro beso, esta vez, más corto y menos intenso.
"Así, todos los días son buenos, sí". Sonrieron con complicidad y Rick le devolvió el beso.
"Anda, vamos a la ducha" Kate, sin dejar de sonreír, se desperezó sentándose en la cama. Estiró sus brazos, su espalda y su cuello. "Dios mío. Anoche me vino genial el masaje. Gracias". Se giró para mirarle con cariño y le volvió a dar un beso rápido.
Rick sonreía como un tonto. "No hay de que". Alargó la mano y acarició suavemente la espalda de Beckett, bajando la mano hasta las caderas de ésta. "Venga, a la ducha". Le dio un beso en la espalda y se levantó estirándose el también.
Beckett se metió en el baño de aquella habitación y Castle salió al salón a telefonear para pedir el desayuno. Pidió un par de cafés, al gusto de ambos, algo de fruta, unas tortitas y una tortilla francesa grande para los dos. También un par de zumos de naranja. Después, se fue corriendo al baño a darse una ducha rápida y poder estar a tiempo para abrir la puerta al servicio de habitaciones.
Quince minutos después, Castle salía al salón sólo en albornoz. Beckett estaba en la puerta abriendo al servicio de habitaciones que en aquel momento acababa de llamar a la puerta.
Pasó el carrito con el desayuno hasta el centro del salón y cuando el hombre que les había subido el desayuno se fue, comprobó que los guardaespaldas seguían allí. Pero eran otros a los que habían estado con ellos el día anterior. Reconoció sus caras. Castle le había enseñado unas fotos de todos para que ella supiera siempre si los que los seguían eran los hombres correctos. Supuso que los otros debían de haberse ido a descansar y estos los suplían. Cerró la puerta y sonrió al ver a Castle allí, sólo con albornoz. Ella estaba igual, con el pelo empapado. Ambos albornoces eran de color crema.
"Veo que te me has adelantado" Le sonrió el escritor acercándose al desayuno y cogiendo un trozo de fresa. Se lo llevó a la boca y lo masticó con ganas.
"Me he dado una ducha rápida. Necesitaba mi café cuanto antes". Sonrió ella acercándose también y cogió un trozo de tortita comiéndolo sin dejar de mirarle a él.
"Te sienta muy bien ese color...". Susurró el escritor mirándola de arriba abajo mordiéndose el labio.
Beckett inclinó la cabeza hacia un costado abriendo los ojos y soltó una pequeña carcajada. "Castle, ¡céntrate!". Le reprendió sin poder dejar de sonreír. Soltó el aire de golpe debido a la risa y se sentó en el sofá acercando el carro con la comida a sus piernas. Dio un pequeño sorbo de café y continuó comiendo.
Castle se sentó a su lado y comenzó a comer también. "Está bien, pero cuando todo esto acabe, pienso encerrarnos en una habitación con jacuzzi y no salir de ahí en al menos, dos días". Alzó la mirada al techo imaginándoselo con una sonrisa enorme, llena de picardía.
Beckett le dio un suave manotazo en el brazo para que dejara de hacer aquello y rió ante esa actitud del escritor. "Suena tentador, la verdad". Reconoció llevándose un trozo de tortilla a la boca. "¡Por Dios! Esto está delicioso..." Comentó con la boca llena riéndose.
Desayunaron rápido y después fueron a vestirse. Cuando estuvieron listos, cogieron todo lo que iban a necesitar para encontrar la casa y para cubrirse las espaldas si lo necesitaran y bajaron a la recepción del hotel. Allí pidieron alquilar un coche y media hora después, estaban los dos montados en un precioso descapotable rojo.
"¿No había otro coche más llamativo?". Comentó Beckett mientras se abrochaba el cinturón.
"¿No te gusta el coche?". Preguntó arrancando y soltando una sonora risa cuando el motor rugió. "¡Me encanta el ruido del motor! ¡Vámonos!". Se ató el cinturón y comenzó a mover el coche.
Beckett le dio un suave manotazo. "Castle, no estamos de vacaciones. Céntrate, ¡por el amor de Dios!". Suspiró. Le gustaba ver así a Rick, pero estaba nerviosa por lo que podrían encontrarse a su llegada a la casa de McCalister.
"Perdona...". Se mordió el labio al oírla suspirar y decidió dejar de ponerla más nerviosa. "Sólo quería relajar el ambiente. No pretendía ponerte más nerviosa...". Colocó una mano sobre la rodilla de la inspectora mientras conducía con calma por la ciudad.
Beckett le miró con cariño y apoyó su mano sobre la del escritor. "No es culpa tuya... Pero nos jugamos mucho Rick... Entre ello, nuestras vidas". Dijo sin dejar de mirarle.
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Cuando Te Veo
FanfictionBeckett está en un caso en el que el asesino es una sombra de su pasado y su relación con Castle no está en su mejor momento. ¿Podrá Beckett superar sus miedos? ¿Aguantará su mentira sobre aquél fatídico día? ¿Podrá Castle perdonarla?