Capítulo 39

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Después de desayunar ambos en la cama tranquilamente, dedicándose pequeñas caricias, suaves besos y miradas intensas, Kate se había ido a casa a por ropa para ir a trabajar, sin separarse del policía.

Castle se preparó para ir también a la comisaría. Beckett le había insistido en que se quedase en casa y descansara, por su herida. Pero él la había convencido de que su herida estaba perfectamente y que quería volver a la comisaría. Además, había añadido que de esa manera, no pasarían tanto tiempo separados. Esa idea les gustaba a los dos. Antes de irse, la inspectora le había vuelto a insistir a Castle de que actuara con normalidad, que nadie debía darse cuenta de que mantenían una relación íntima si querían seguir trabajando juntos. Suponían que sus compañeros se olían algo, sobre todo por cómo se habían cuidado mutuamente mientras habían estado en el hospital. Sin embargo, como habían estado dos semanas casi sin verse y nadie sabía que esa noche habían estado juntos, imaginaban que los detectives y la forense pensarían que habían vuelto a distanciarse. Aquello les daba ventaja a ellos para esconder su relación y que eso no supusiera la expulsión del escritor de la comisaría.

Kate dudó una y otra vez qué ropa ponerse y finalmente optó por una de sus camisas y una americana. Unos pantalones a juego y cómo no, unos zapatos de tacón. Se maquilló ligeramente sin querer llamar demasiado la atención. Las dos semanas anteriores apenas se había maquillado. Sólo lo justo para ocultar sus ojeras. Se miró al espejo varias veces y se sonrió a sí misma. Le encantaba el brillo que tenían sus ojos desde aquella noche. Le sería difícil ocultar la sonrisa al volver a tener a Castle allí, pero tenía que hacerlo. Tomó aire fuerte y cogiendo su móvil, placa y arma, salió de casa camino del coche para ir a comisaría.

Castle había ido en taxi. Llegó unos minutos antes que Beckett. Se montó en el ascensor para ir a la 12 con su café en la mano. Entonces fue cuando se dio cuenta de que no le llevaba el café a Kate, como había estado haciendo cada mañana desde hacía varios años. Sabía que ella ya se había tomado el suyo en su casa, y por eso no se lo había comprado. Se le abrieron los ojos de par en par imaginándose la cara que pondría la inspectora al verle sólo con un café y pensó en volver a bajar y comprarle uno a ella antes de que los demás sospecharan nada. Entonces, se abrieron las puertas del ascensor y cuando iba a volver a pulsar el botón para bajar, se encontró de frente a Espósito y Ryan.

"¡Castle! ¡Hermano!" Casi gritó Espo al verlo allí y entró en el ascensor abrazándole y dándole un par de palmadas en la espalda.

Después Ryan hizo exactamente lo mismo."¿Qué haces aquí? ¿No te queda aún una semana de reposo?".

Castle se había quedado de piedra, con un único café en la mano, sin salir del ascensor. Entonces, rápidamente pulsó el botón de la planta baja y los miró tratando de ocultar su nerviosismo. "Sí, así es. Pero me aburro tantoo..." Alargó aquella palabra haciendo reír a sus compañeros. "Además, estoy perfectamente, dispuesto a volver a cazar a los malos". Los miró poniendo su mejor cara de malo.

"En ese caso, bienvenido". Chocaron los tres los puños en el momento en el que el ascensor llegaba abajo. Ryan miró el café de Castle y frunció el ceño al ver que sólo traía uno, pero no dijo nada. Después se lo comentaría a Javier.

Castle rezó porque Beckett no estuviera ahí y poder comprarle el café antes de que llegara. Cuando se abrieron las puertas comprobó que no había rastro de ella todavía y soltó el aire que había contenido durante unos segundos. Sus compañeros salieron con paso rápido y él algo más lento. No sabía que decirles sin levantar sospechas.

"Bro, ¿no subías arriba?. Beckett no tardará en llegar". Espo se había parado a la altura de su coche y le miraba extrañado pero sonriéndole al mencionar a la inspectora.

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