Capítulo 60

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Kate permaneció unos minutos en silencio, mordiéndose el labio y al final, asintió secándose las lágrimas que resbalaban por sus mejillas. "Sí papá.. Creo que sí". Volvió a asentir sonriendo mientras más lágrimas volvían a caer. Su padre le sonrió con cariño. "Y esta vez... voy a dejarme llevar, ver adónde me llevan mis sentimientos". Le sonrió ella también a su padre. "Quiero a Castle. Se ha convertido en una persona muy importante para mí, incluso cuando yo intentaba alejarlo de mi lado. Él siempre ha estado ahí y sé que sin él, jamás habría conseguido atrapar a Bracken".

Jim se acercó más a Kate y sin que ella se lo esperara, la abrazó con fuerza. "Me alegro mucho cariño. Parece un buen hombre y sé que te quiere mucho". Le acarició el pelo mientras ella apoyaba su cabeza en su hombro.

"Gracias papá...". Susurró Kate dejándose abrazar por su padre. Respiró hondo varias veces para calmar las lágrimas y después se separó ligeramente de él para mirarle. "Es un buen hombre y sé que él jamás dejaría que me pasara nada". No pudo evitar una pequeña sonrisilla tonta que, por vergüenza, trató de ocultar delante de su padre, bajando la cabeza y mordiéndose el labio.

"Lo sé Katie, lo sé. Pero sabes que aún así, todo esto sigue siendo muy peligroso. Ya sé que no voy a convencerte de que pares, pero por lo menos, prométeme que irás con cuidado...". Le agarró el mentón tiernamente haciendo que ella le mirara.

"Prometido". Sonrió Kate y se abrazó fuerte a su padre.

Continuaron charlando un rato, pero ésta vez de diferentes temas, más banales. Kate miró el móvil y comprobó que eran las doce de la noche.

Su padre vio el gesto de su hija. "Es tarde, debería ir yéndome. Aunque me quedo más tranquilo si estás con alguien hija". Se levantó del sofá llevando las dos copas de vino que habían usado a la cocina.

"Voy a avisar ahora a Castle y seguramente se presente aquí en menos de veinte minutos". Sonrió mientras se levantaba ella también y le escribía un mensaje al escritor diciéndole que su padre se iba ya.

"Vaya... ¿O sea que ya vais en serio?". Sorprendió Jim a Kate con aquella pregunta.

Beckett le miró unos segundos torciendo los labios ligeramente y con los ojos entrecerrados. Después, sonrió. "Sí, parece que sí papá. Aunque yo todavía necesito un pequeño tiempo para adaptarme a todo esto y no encerrarme, como siempre. Así que, por favor, de momento no digas nada de nuestra relación, ¿vale?". Su padre asintió mientras se ponía la chaqueta. "Y menos a la gente del trabajo".

"Son vuestros amigos. ¿Qué problema hay en que ellos lo sepan?". Jim estaba ya junto a la puerta con la chaqueta puesta.

"Bueno, a veces pueden ser muy plastas y muy metomentodos. Y quiero asegurarme del todo primero. Además que no se puede enterar la capitana, o es probable que no nos deje trabajar juntos". Se acercó a la puerta para despedir a su padre.

"Escucha a tu corazón Katie". Le sonrió su padre abrazándose a ella y dándole dos besos de despedida.

"Lo haré papá". Correspondió a su abrazo y se despidieron. Kate se quedó en la puerta viendo cómo su padre iba hacia el ascensor y saludó al agente que vigilaba a Beckett.

Después, la inspectora se metió en casa y recogió los platos y las cosas de la cena. Terminó a los cinco minutos de haberse ido su padre así que se sentó en el sofá a esperar a Castle, con su pistola al lado. Empezó a dar vueltas a todo el caso de su madre, a lo mal que lo habían pasado en esos años y no pudo evitar reprimir las lágrimas.

Castle, cuando recibió el mensaje, estaba en su despacho con la pantalla encendida y revisando una y otra vez toda la información del caso de la madre de Beckett. Tenía una idea en la cabeza y quería sopesarla antes de hablarla con Kate. Cuando leyó su mensaje, sonrió, apagó la tele y le contestó que estaría allí en pocos minutos. Condujo con cierta rapidez hasta el apartamento de Kate. A esas horas no había mucho tráfico por Nueva York. Llegó a su edificio, aparcó lo más cerca que pudo y subió a su piso. Saludó al agente y llamó a la puerta de Kate.

Beckett, al oír su puerta, se sobresaltó, a pesar de que sabía que Castle tendría que estar al caer. Se secó las lágrimas como pudo, cogió su arma y fue a la puerta abriéndola de golpe y apuntando al exterior con la pistola.

Castle, al ver la pistola pegó un bote hacia atrás y levantó las manos con los ojos muy abiertos. "Eh, eh, eh! Que soy yo... baja la pistola, por favor". Se llevó una mano al pecho en señal de que se había asustado bastante.

"Perdona Castle. Estoy muy susceptible últimamente". Confesó bajando el arma y adentrándose en su apartamento. Vio cómo el escritor la seguía y cerraba la puerta tras de sí. Se había dado cuenta de los ojos enrojecidos de Kate.

Se sentaron en el sofá, en silencio. Beckett tenía la vista fija en unas fotografías que había sobre la mesita pequeña. Eran de su madre, de cuando era joven. De la boda con su padre e incluso con Kate de niña. Castle dirigió la mirada hacia aquellas fotos y sonrió con tristeza. Acarició la espalda de Kate suavemente, haciéndole saber que estaba con ella. Esperaría a que ella le contase qué tal había ido la charla con su padre.

Al sentirle, la inspectora levantó la vista de las fotos y miró a Castle con los ojos llenos de lágrimas. "¿Qué pensaría mi madre si me rindiera antes de encontrar toda la información y poder encerrar a Bracken de por vida?". Susurró más para sí que para Castle.

Richard colocó detrás de su oreja un mechón de pelo que caía por su frente. "Pensaría que tiene la hija más valiente del mundo. Que ha llegado a conseguir justicia y que ha sabido rendirse a tiempo antes de que arruinen su vida". Le dio una suave caricia en la mejilla mientras le dedicaba una pequeña sonrisa.

"Siento que se lo debo Rick. Que le debo mucho más de lo que he conseguido darle". Volvió a dirigir su triste mirada a las fotografías.

Cuando Te VeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora