Capítulo 62

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Había pasado casi una semana desde que se les había ocurrido la pista de McCalister. Beckett había insistido a sus compañeros en que no dijesen nada a Gates o no la dejaría seguir investigando. Sin embargo, la capitana se olía algo. La inspectora seguía teniendo protección a todas horas y sin que sus compañeros lo supiesen, Castle no se había separado de ella ni un minuto desde que salían de comisaría. Habían dormido en el piso de Kate. Ella insistió en que no quería poner en riesgo a la familia del escritor, que bastante era que él también estuviera en peligro al estar con ella. Castle cedió. Por supuesto que no pensaba dejarla sola en ningún momento.

La investigación de McCalister no estaba resultando nada fácil. No había ni rastro de él desde hacía unos años. Ni domicilio, ni teléfono... Nada. Aquello tenía a Beckett desesperada. No quería darse por vencida tan pronto. Su humor no era el mejor. Se sentía irritada y saltaba ante cualquier chorrada. Castle intentaba tener paciencia con ella. Sabía que no conseguir nada del expolicía era la razón por la que Kate estaba así. Aunque a veces le resultaba muy duro tener que aguantar sus desplantes. Sin embargo, cuando llegaban a casa, conseguía relajarla con un buen baño y una deliciosa copa de vino. Alguna noche, incluso le dio un masaje. Sólo en su apartamento, el estado de ánimo de Kate mejoraba.

Aquel día no habían tenido más que un caso muy sencillo que habían resuelto fácilmente. Kate estaba haciendo papeleo en su escritorio. Ryan y Espo se tomaban un café y Castle estaba sentado en su silla jugando con su móvil, junto a la mesa de Beckett. Ambos permanecían en silencio. Acababan de tener un pequeño rifirrafe de nuevo debido al humor de perros de Beckett.

De repente, el teléfono de la mesa de Beckett comenzó a sonar. Ella lo cogió con rapidez. "Beckett". Escuchó lo que le decían al otro lado de la línea y frunció el ceño. "¿Cuándo ha ocurrido?". Volvía a escuchar atentamente a su interlocutor y miró a Castle mordiéndose el labio. Castle la miraba atento. "Bien, gracias por avisarme. Vamos ahora mismo". Colgó el teléfono y se levantó de la mesa yendo rápidamente a la sala de descanso donde estaban Ryan y Espo. Castle la siguió dejando una distancia prudente entre ellos. "Chicos, me acaban de avisar. Han entrado en la casa de Montgomery. Parece que buscaban algo. No sé si han encontrado lo que buscaban. Gracias a Dios, las niñas no estaban en casa. Sólo su mujer, que ha debido de alcanzar al ladrón con un disparo. Pero huyó". Contó a toda prisa mientras ellos se quedaban atónitos, igual que Castle.

"¿Por qué te han llamado a ti? Quiero decir, no ha habido ningún homicidio...". Frunció Castle el ceño formulando aquella pregunta.

"Bueno, puse a un par de hombres a vigilar la casa de Montgomery. Supuse que los hombres de Bracken irían a por esa información y probablemente no sabrían que Roy se la dio a alguien. Los agentes, cuando han llegado esta mañana, han visto a más policías en la casa y se han acercado a preguntar. Casualidad, esta noche, era la que tenían libre. No podía obligarles a estar frente a la casa día y noche durante toda la semana". Suspiró la inspectora torciendo los labios en señal de fastidio. "Ellos me han avisado a mí. Si no queréis venir, lo entiendo. Pero yo voy a ir". Confesó ella con seriedad mirando sólo a los detectives. Castle permanecía en silencio.

"No jefa, nosotros también vamos". Contestó rápidamente Espo, seguro de lo que decía. Ryan asintió corroborando lo que su compañero decía. Ambos miraron a Castle. Éste asintió respondiendo que también iba.

Los cuatro se dirigieron a sus coches para ir a casa de Montgomery. Espo y Ryan en uno y Castle y Beckett en el otro. Por supuesto, como siempre, conducía ella. Beckett tamborileaba en el volante con sus dedos mientras conducía sin apartar la vista de la carretera. Sin embargo, su mente estaba muy lejos de allí. Recordaba los momentos vividos con el capitán Montgomery y cómo él dio su vida por proteger a ella. Miró por el retrovisor y comprobó que los agentes que la protegían, les seguían de cerca. Castle iba sin decir ni una palabra, mirando a través de la ventanilla, con sus manos entrelazadas sobre su regazo.

"¿Qué crees que buscaban en casa de Montgomery?". Preguntó la inspectora sin soportar más el silencio.

Castle la miró sopesando un momento su respuesta. "O la misma información que buscamos nosotros, o a la persona que la tiene". Contestó sin dejar de mirarla.

"Ya..." Suspiró Beckett. "Pues si encuentran a McCalister antes que nosotros, jamás daremos con la información y no podré acabar del todo con Bracken". Retiró su vista de Castle y se centró de nuevo en la carretera.

"Le encontraremos nosotros antes". Contestó Rick seguro, colocando su mano sobre la pierna de Kate.

Ella le dedicó una pequeña sonrisa rápida en señal de agradecimiento y aparcó justo delante de casa de Montgomery. "Vamos". Apagó el motor y se soltó el cinturón.

Antes de que ella saliera del coche, Castle le agarró la mano con cariño y le acaricio suavemente los nudillos. "No estás sola, ¿vale?".

"Lo sé, gracias". Le sonrió ella. "Y te prometo que cuando todo esto acabe, te recompensaré". Se mordió el labio con picardía y salió del coche seguida por Castle.

"Le tomo la palabra, inspectora". Sonrió él colocándose a su lado mientras llegaban a la casa.

Allí, hablaron con la viuda de Montgomery y le preguntaron qué era lo que había pasado exactamente. Ella les contó que hacia las dos de la madrugada había oído ruidos en casa y se sorprendió mucho porque sus hijas no se encontraban en la estancia. Bajó al piso de abajo con la pistola de Roy y en el despacho de su marido, se encontró a un hombre recogiendo y guardándose informes policiales. También había cogido el ordenador de él. Cuando la vio, agarró los últimos papeles y salió por la ventana, pero ella consiguió dispararle en el hombro izquierdo mientras huía. No tenía ni idea de por qué alguien querría robar esas cosas.

Tras hablar un rato más con ella, los detectives volvieron a sus coches para volver a comisaría y poder ver si encontraban al hombre que había irrumpido en la casa de Montgomery.

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