Cuando acabaron de comentar todos los papeles y fotografías que había, McCalister miró fijamente a Beckett. "Lo siento inspectora. Parte de la culpa de que todo esto haya pasado, incluyendo el asesinato de su madre, es mía. Aquel casó me tocó muy hondo y a partir de entonces, decidí comenzar a ser mejor inspector. Pero todo aquello no tendría que haber pasado. Ni tampoco todo lo que les he contado ahora". Suspiró bajando la mirada con verdadero arrepentimiento.
"Mire, lo que hicieron esos hijos de puta, no tiene justificación. Nada de lo que hicieron la tiene. No se culpe. Habrían encontrado la forma de acabar haciendo lo mismo, con o sin usted. Ahora tenemos la oportunidad de hacerles pagar por todo. ¿Qué nos dice?". Contestó Beckett mirando un segundo a Castle y después al exagente.
Tras unos largos minutos de silencio, aquel hombre, al fin habló. "Está bien... Pero debemos hacerlo cuanto antes y sin que lo sepa nadie más". Los miró a ambos. "Y lo más seguro es que cuando nos escondamos, lo hagamos separados. Usted por un lado inspectora, y yo por otro". Beckett asintió sabiendo que tenía razón. "Y nadie de su familia puede enterarse de nada. A ser posible, ni de que se van".
Kate volvió a asentir lentamente y después miró a Castle. Éste tenía los labios apretados y la mirada seria. Pero no decía nada. La inspectora intentó adivinar qué significaba su expresión, pero no lo consiguió. Volvió a centrarse en McCalister. "Bien. Tenemos que volver a Nueva York. Allí acabaremos con todo y después, nos esconderemos". Frunció el ceño al decir aquello último. No le gustaba tener que hacer eso, pero no tenía elección. Si quería salvar su vida, la de su padre e incluso la de la familia de Castle, tenía que hacerlo.
Antes de que nadie pudiera decir nada más, se oyó un golpe en la puerta principal de abajo y varios pasos corriendo por la estancia. Los tres, asustados y prevenidos, cogieron sus armas y las empuñaron en dirección a la puerta de esa habitación. La abrieron y salieron de ella apuntando hacia las escaleras. Por ellas, aparecieron a toda prisa los guardaespaldas de Beckett y Castle.
"¡Rápido, tenemos que irnos! Hay tres coches sospechosos por la zona". Aquellos agentes miraron a Beckett y a Castle esperando que reaccionasen y se moviesen para irse con ellos.
Castle se giró a mirar a Beckett y a McCalister. "Recojamos todo y vayámonos".
Ellos asintieron y corrieron de nuevo a la habitación. Guardaron todos los papeles y fotografías con premura en varias carpetas. Apenas tardaron 5 minutos. Cuando tenían todo, bajaron al piso de abajo por detrás de los guardaespaldas. Éstos comprobaron que no había nadie en la casa y salieron hacia los coches. Castle, Beckett y McCalister se montaron en el coche que Castle había alquilado y los guardaespaldas en el de detrás. Cuando fueron a arrancar, dos coches grandes y negros con las lunas tintadas, llegaron a toda velocidad y frenaron bruscamente delante de ellos. 4 hombres armados bajaron con prisas y apuntaron tanto al coche de alquiler como al de los agentes.
"¡Quietos y nadie saldrá herido!". Gritaron aquellos hombres todos vestidos de negro mientras se acercaban más a los coches. Dos en cada coche. "¡Levanten las manos donde podamos verlas y después tiren esas carpetas hacia nosotros!". Todos levantaron las manos.
Castle miró a Beckett y ésta le miró a él. El escritor habló."¿Para qué quieren las carpetas?. Sólo contienen fotografías de la nieta del señor". Señaló con la cabeza a McCalister.
Aquellos hombres endurecieron el rostro y se miraron entre ellos con ciertas dudas. "¡Hagan lo que les hemos dicho!". Contestó uno de ellos.
Castle agarró la carpeta que el llevaba y se la lanzó. Beckett le miró horrorizada. No podía creer que les hubiera dado parte de la información del caso. Sin embargo, Castle no la miró y centró la mirada en el hombre que recogía la carpeta. Ese hombre, dejó la pistola apoyada sobre el capó del coche y abrió la carpeta. Cuando vio el interior, abrió los ojos de golpe, sorprendido. Los otros, al verle, se acercaron también a ver lo que había en el interior, olvidándose por un momento de apuntarles con las pistolas. Los guardaespaldas y Castle aprovecharon esa distracción para coger sus armas y apuntar a aquellos hombres.
Cuando ellos se dieron cuenta de que les habían tendido una trampa y volvieron a empuñar sus armas, fue demasiado tarde. Castle disparó a uno de ellos haciendo que se cayera al suelo. Los guardaespaldas hicieron lo mismo con los otros dos. Y Beckett, cuando reaccionó, apuntó, sin disparar, al que tenía la carpeta y aún no había cogido la pistola.
"¡Ni se te ocurra cogerla o acabas como tus compañeros!". Gritó ella saliendo del coche seguida por McCalister y los guardaespaldas. Castle se quedó en el coche y cogió toda la documentación verdadera del caso. La carpeta que les había tirado, como había dicho, tenía fotos de la nieta de McCalister. Las había cogido rápidamente de un cajón y pensó que les podría venir bien por si algo así ocurría.
Ataron las manos de aquellos hombres, comprobaron que las heridas que tenían no eran muy graves, los dejaron en el suelo a los cuatro, llamaron a una ambulancia para que fuera a atenderlos y volvieron a montarse en los coches alejándose de allí lo más rápido posible. En dirección al hotel de Castle y Beckett. Los tres del coche que conducía Beckett iban en silencio.
Cuando estaban llegando, Castle se irguió en el asiento y miró a Beckett que conducía. "¡Espera espera! No te acerques más al hotel".
Beckett le miró sorprendida con el ceño fruncido y tomó la salida hacia el hotel. Aún quedaban unos cinco minutos. "¿Qué? ¿Por qué Castle?".
"Si venían cuatro hombres, era porque sabían que estábamos nosotros aquí. Entonces, puede que sepan dónde nos alojamos y nos estén esperando. No podemos entrar así sin más al hotel". Contestó el preocupado y serio, sin dejar de mirar a Beckett. "Será mejor que llame al hotel y les pida que recojan todas nuestras cosas, incluidos los pasaportes. Que alguien del hotel nos lo acerque todo a una zona segura". Miró a la inspectora preguntándole con la mirada si le parecía bien aquella idea.
"Creo que tienes razón". Contestó ella volviendo a centrarse en la carretera y volvieron a permanecer en silencio.
Castle avisó a los guardaespaldas del nuevo plan y después llamó a la recepción del hotel avisando de lo que necesitaban. Les aseguró que les daría una buena propina si les hacían ese favor. Por supuesto, el hotel accedió y quedaron en una zona a 10 minutos en coche del hotel. Allí, recogieron sus cosas y pusieron rumbo al aeropuerto. Quedaba a unos 30 minutos. Por el camino, Castle reservó 5 billetes de avión para esa misma tarde.
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Cuando Te Veo
FanfictionBeckett está en un caso en el que el asesino es una sombra de su pasado y su relación con Castle no está en su mejor momento. ¿Podrá Beckett superar sus miedos? ¿Aguantará su mentira sobre aquél fatídico día? ¿Podrá Castle perdonarla?