Ya llevaban casi un mes "huyendo". Después de Barcelona, habían visitado Valencia, Sevilla y Madrid. Antes de que se marcharan, Gates les había aconsejado que no se quedaran en una misma ciudad. Que se movieran, siempre viajando en turista, con sus nombres falsos y pagando en efectivo para evitar que les siguieran el rastro. Y así lo habían hecho.
Se encontraban en el hotel de Madrid. Habían ido a pasear un rato por la ciudad. Llevaban allí tan sólo un par de días y todavía no la habían visto de noche. Tras un corto paseo por la Gran Vía, la Puerta del Sol y Callao, volvieron al hotel. Castle llevaba casi una semana algo más callado de lo normal. Ambos estaban cansados de tanto escapar y cambiarse de ciudad, pero también es cierto que habían estado disfrutando de cada rincón que habían visitado. Sin embargo, el escritor no podía sacarse una cosa de la cabeza: en tres días sería su cumpleaños, el primero que iba a pasar lejos de su madre y su hija. Aunque lo pasaría con Kate, y eso le encantaba. Pero no podía parar de pensar en su familia, en cómo estarían. Sólo les habían podido decir que se tenían que marchar, por el bien de todos. Kate había intentado hablar con él, que se abriera a ella. Pero Rick no quería preocuparla y hacer que se sintiera culpable. Aunque al no contarle la verdad, ella estaba empezando a preocuparse seriamente.
Aquella noche, se habían duchado separados. Kate estaba todavía acabando en el baño. Rick se acercó a la cama, retiró la colcha y se metió tapándose hasta la cintura. Se incorporó apoyando la espalda en el cabecero y apagó la luz general encendiendo sólo la de su mesita de noche. Cogió un libro de los que se había comprado allí. Pensó que le vendría bien practicar su español, aunque todavía no lo había empezado a leer. Intentó concentrarse en la lectura y olvidar sus pensamientos.
Pocos minutos después, Kate salía del baño vestida sólo con unas braguitas y una camiseta de tirantes un poco amplia. Hacía calor ya en esa época del año. Le vio leyendo y no pudo evitar sonreír. Estaba tan guapo recién afeitado y concentrado... Suspiró mordiéndose el labio. Algo le pasaba y quería saber qué era. Aunque lo cierto era que ella ya intuía el por qué de ese bajo estado de ánimo del escritor. Y había estado preparando una sorpresa. Se acercó a la cama, retiró la colcha y se introdujo en la cama, sentándose al lado de él. Se tapó ligeramente y cogió su móvil para comprobar una vez más que nadie había llamado. Sus móviles originales habían tenido que dejarlos en Nueva York y con ellos llevaban dos de prepago comprados, cómo no, en efectivo y sin posibilidad de se rastreados. Únicamente Gates tenía ese número de móvil y sólo los llamaría cuando pudieran regresar a casa. Kate suspiró pensativa. Ella también deseaba volver cuanto antes a casa. Estaba preocupada por su padre y también por Martha y Alexis.
"Rick...". Habló bajito para no interrumpir de golpe su lectura. Le acarició el ante brazo con ternura mirándole, sin sonreír. Él la miró con una pequeña sonrisa y al ver que ella no sonreía, su sonrisa se borró de inmediato, preocupado. "¿Me vas a contar qué es lo que te pasa?". Ella le interrogó con la mirada, observando cada movimiento y cada gesto de él. "Y no me contestes que nada, porque te conozco y sé que te pasa algo. Creo saber qué es, pero quiero... necesito... que seas tú quien me lo cuente". Le cogió la mano con cariño haciendo que él soltara el libro y lo dejara sobre la mesita de noche. "Se supone que somos una pareja, ¿no?". Rick asintió despacio. "Y las parejas se cuentan los problemas, las preocupaciones...". Le fue acariciando los nudillos y los dedos, uno a uno. "Si fuera al revés, si fuera yo la que llevara una semana cabizbaja y pensativa, tú te habrías preocupado y habrías intentado hablar conmigo... Ahora lo intento yo. Por favor, cuéntame qué te pasa". Le dio un tierno beso en la mano.
Richard contempló cómo lo acariciaba y sonrió ligeramente. Después, elevó la cabeza y la miró a los ojos. "Echo de menos a mi madre y a Alexis". Hizo una pequeña pausa y apretó la mano de Kate. "No me malinterpretes. Soy feliz contigo, me encanta estar contigo y estoy disfrutando de nuestra pequeña escapada. Pero ellas han sido mi única vida durante muchos años y las echo en falta". Suspiró bajando la mirada mordiéndose el labio. "Además, nunca he pasado un cumpleaños separado de ellas. Me gustaría, aunque fuera, saber que están bien. Sólo pido eso. El no saber nada de ellas me está matando".
Kate le agarró la mano con las dos suyas y se la llevó a la boca, dándole un tierno beso en el dorso. "Lo sé... A mi me pasa algo parecido con mi padre". Susurró y miró a las sábanas. Inevitablemente, se sentía un poco culpable de toda esa situación. Si él no estuviera con ella, no tendría por qué huir él también. Suspiró despacio.
Rick, al oírla, la miró y se acercó más a ella. La abrazó con fuerza. La cara de Kate quedó a la altura del cuello de él y ella no dudó en acomodarse sobre su cuerpo. "Por esto mismo no quería decírtelo... Sabía que, aunque no debes, te sentirías culpable". Le besó el pelo y continuó. "Kate, no es tu culpa. Fui yo quien removió todo lo de tu madre, quien siguió investigando aunque tú me lo negaras, quien te llevó casi a la muerte...". Susurró con pánico al volver a recordar uno de los días más dolorosos de su vida: cuando dispararon a Beckett. "Estoy aquí porque quiero, ¿vale?. Tú no eres la culpable de esta situación. Y yo tampoco". Le fue acariciando el pelo suavemente. "Perdóname... me he estado comportando como un crío enfurruñado estos días. Prometo que estaré más animado. Saber que tú estás a mi lado, me da fuerzas, ¿sabes?".
Kate elevó la cabeza para mirarle y le sonrió con cariño. Había permanecido callada todo ese rato. No porque no tuviera nada que decir, sino porque se le acababa de ocurrir otra pequeña sorpresa para el cumpleaños del escritor. Le dio un tierno y apasionado beso en los labios y volvió a acomodarse sobre su cuerpo. "No quiero separarme de ti, nunca". Susurró cerrando los ojos aún con sus manos entrelazadas, jugando con sus dedos.
"Y nunca lo harás. Nunca nos separaremos. Te lo prometo". La apretó más entre sus brazos y al poco rato, ambos se quedaron dormidos.
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Cuando Te Veo
FanfictionBeckett está en un caso en el que el asesino es una sombra de su pasado y su relación con Castle no está en su mejor momento. ¿Podrá Beckett superar sus miedos? ¿Aguantará su mentira sobre aquél fatídico día? ¿Podrá Castle perdonarla?