Capítulo 6: Tiempo con mi hermana
-¡NADIA, POR FAVOR, DÉJALO YA! -Oí a mi padre discutir con mi madre.
Eso nunca me había gustado.
-¡DAVID, DÉJAME UN MOMENTO EN LA VIDA A SOLAS! -Eso fue lo último que oí después de un gran portazo de la habitación de mi madre.
Alguien tocó a mi puerta y me levanté para escuchar quién era.
-¿Puedo pasar, hermana? -Esa voz me hizo darme cuenta de que era mi hermana pequeña y la abrí la puerta.
-No me gusta que se peleen, ya llevan así unos meses. -Esther se sentó en mi cama con las piernas cruzadas jugando con sus dedos.
-Lo sé, a mi también. -Me senté a su lado y la abrazé.
-¿Por qué pelean? -Esther me miró y tenía unas lágrimas en sus ojos azules, que ahora se veían casi negros.
-No lo sé. -La miré y la volví a abrazar.
-¿Hacemos algo para distraernos? -Pregunté olvidándome de la discusión de mis padres.
-Sí, me gusta estar contigo, ¡Hecho de menos a la Samantha divertida! -Esther me abrazó más fuerte en un punto que ya no pude respirar.
Fingí que me moría sacando la lengua y cerrando los ojos.
-¿Sam? ¿¡Sam!? ¡SAM! -Me agitó con esa fuerza tan pequeña, y yo ya me estaba empezando a reír, cuando sentí un pequeño codazo.
-¡SAM! ¡No vuelvas a hacer eso! ¡Me tenías preocupada! -Empecé a carcajarme.
-Eso te pasa por llamarme aburrida. -Le guiñé el ojo y le devolví el codazo.
-Vamos. -La empujé de la cama hacia arriba y la subí a mis espaldas.
-¡No soy una niña pequeña! -Se quejó dándome puñetazos en la espalda.
-¡Para mi sí, hermanita! -Bajé las escaleras corriendo haciendo que la pobrecilla de mi hermana casi se desmayara.
Por suerte, no.
Ella lo único que hizo fue reír, y yo con ella. Cuando llegamos a la entrada la bajé de mi espalda.
Abrimos la puerta y nos fuimos a dar una vuelta las dos solas.
Qué raro, hacía tiempo ya que no hacíamos eso.
-Te quiero, Sam. -La pequeña me abrazó el brazo y cerró los ojos.
-¿Cantas conmigo? -Saqué mi móvil y lo agité poniendo una sonrisa.
-¡¡Sí!! -A Esther le encantaba cantar, y más por la calle, según ella, si cantabas por la calle a lo mejor alguien reconocería tu talento y te harías famosa, más fácil que subir un vídeo en youtube y esperar semanas para que se haga viral.
En seguida sonó su canción favorita y la empezó a cantar y bailar por la calle mientras la gente nos miraba sonriendo.
-I live my day as if it was the last
Live my day as if there was no past
Doin' it all nite, all summer
Doin' it the way I wanna
Yeah, I'mma dance my heart out 'til the dawn
But I won't be done when morning comes
Doin' it all nite, all summer
Gonna spend it like no other...La canción se llamaba "Lush life" de Zara Larsson.
Que gran hermana soy, de lágrimas a cantar y bailar, Esther cambia mucho de actitud si está a mi lado.
Al final me apunté con ella y canté:
-It was a crush
I kept saying I'mma stay in touch
But that thing went bust
So I gave it up
No tricks, no bluff
I'm just better off without them cuffs
Yeah the sun won't set on usWent low, went high
Still waters run dry
Got to get back in the groove
I ain't ever worry
Went low, went high
What matters is now
Getting right back in the moodEsther se rió de mi voz, hacía tiempo que no la veía tan feliz, y si así mejoraba, seguiría cantando mal.
-¿Qué hacemos en casa? -Esther se paró de repente y su rostro pasó a uno serio.
-No lo sé, pero vamos a entrar, es tarde. -La empujé la espalda para que entrara y las dos entramos dentro.
La casa parecía congelada, estaba muy fría, casi que se estaba mejor fuera de casa que dentro.
Cerramos la puerta principal detrás de nosotras y caminamos por la casa, no parecía haber ni una alma.
-¿Hola? -Preguntó Esther con cara de miedo. -Oye Sam... ¿Les dijimos que nos iríamos un rato?
Me quedé en blanco mirando a la nada e imaginándome la bronca que me iba a caer.
-¿Hijas? -Nadia, mi madre, preguntó desde su cuarto. -¿Donde estabais?
Fuimos directas a su habitación y nos disculpamos con ella.
-¿Y papá? -Preguntó Esther preocupada.
-Esther, Samantha, ¿Podéis contestar a la pregunta, por favor?
Esto empezaba a no gustarme.
Cambiar de tema es una táctica de apartar el tema del que no quieres hablar.
-Hemos estado de paseo, necesitábamos un poco de aire, ahora, ¿Donde está papá? -Esther me miró y asintió a nuestra madre.
-Se fue. -Dirigió la vista al televisor mientras Esther y yo nos quedábamos con la boca abierta.
¿Qué diablos había pasado? ¿Tan malo ha sido irse de casa un rato con mi hermana?
Oh, no.
Espero que no se refiera a que está en el cielo.
-¿Cómo que se fue? -Esther me leyó la mente y mi madre la miró fijamente, luego volvió a retirar la vista de nuevo al televisor.
-Se fue. Discutimos y se fue. Cosas de mayores. -Seguía con la vista clavada en el maldito televisor.
-¡Ya soy mayor, mamá! -Esther se quejó y dio un fuerte golpe de pié en el suelo.
-¿Quieres parar de gritar? Vas a despertar a todo el vecindario. -Algo malo había pasado como para que mi madre contestara así.
-¡No! Mamá, ya tengo edad suficiente para saber qué ha pasado, ¡Así que dínoslo ya! -Esther frunció el ceño, oh no, mi hermana enfadada, no me gustaba nada eso.
-No es de vuestra incumbencia, mañana lo hablaremos. -Cambió de canal y suspiró.
-¿Donde. Está. Papá? -Esther hizo pausas que parecían amenazantes.
Oh, mamá, yo de ti se lo diría ya, antes de que su puño acabe en tu cara.
-Iros a dormir. -Replicó mi madre.
Veía la furia en la mirada de Esther, debería calmarla, pero ella era una experta, sabía que se lo sacaría a mi madre.
-No me da la gana. -Oh, que madura Esther, me esperaba más.
Pero sirve, gracias hermana.
-Mañana hacemos los papeles de divorcio.
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Rompiendo Mis Reglas ©
Teen FictionIba tan concentrada en mis cosas que sin verlo venir, me estampé contra una puerta de las aulas de ese maldito instituto nuevo. Pero algo o alguien me cogió e hizo que no me cayera de culo al suelo. -¿Eres nueva, verdad? Aun que para ser nueva no ha...