Capítulo 28: Juzgué a Dylan sin conocerlo
Entré en casa de Dina sin picar y al momento me arrepentí.
Pillé a Dina y Dylan besándose en el sofá sin a penas ropa.
-OH, DIOS. -Dije tapándome los ojos y girándome.
-¿Es que no sabes picar? -Se quejó Dina con tono gruñón y yo no me moví del sitio. Estaba paralizada con lo que acababa de ver.
Dylan y Dina se levantaron de prisa y se vistieron rápidamente. Dina se acercó a mí y yo cerré los ojos nerviosa. A saber lo que me esperaba.
-Espero que sea algo importante por lo que hayas venido. -Ya empieza la borde. Pues la verdad es que no, Dina, no he venido por nada importante, solo para deterte con Dylan. Aún no he acabado de procesar todo lo que he visto. Pero no le iba a decir que he venido para nada por que sino me mataría.
-Eh... Venía a hablar contigo. -Intentaba ganar tiempo diciendo que Dylan se fuera para que nos dejara hablar a solas y explicar mi falsa razón por la que estaba allí. -A solas.
Dina hizo una señal a Dylan y éste cogió su chaqueta y se dirigió a la puerta. Me dio un poco de pena. ¿Por qué siempre lo estropeaba todo?
-¿¡SE PUEDE SABER QUÉ DEMONIOS HACÍAS CON DYLAN EN ESE SOFÁ!? -Grité alterada y ella se tuvo que tapar los oídos. Sí, yo gritaba mucho, igual que mi hermana.
-¡Sh! ¡Callate! ¡Nos puede oír! -Se quejó Dina y una mano suya acabó en mi boca.
Cuando reaccioné, saqué la lengua haciendo contacto con la palma de su mano. Dina apartó la mano de mi boca en el primer segundo de ponerla y puso cara de asco.
-Guarra. -Dijo mientras restregaba su mano por mi chaqueta. Me lo merecía.
-Ya me puedes contestar. Dime, ¿Qué hacías con Dylan? -Me crucé de brazos mientras un silencio algo incómodo se iba formando.
No hubo respuesta de su parte. Y el silencio ya lo dijo todo. No me lo podía creer. ¿A pesar de lo que le había hecho Dylan, le escogía?
-No me digas que estáis juntos. -Ella me miró fijamente y asintió con la cabeza mordiéndose el labio arrepintiéndose al momento de haberlo hecho.
Me acerqué a ella amenazante y ella se cruzó de brazos.
-Sam, no es lo que tú crees. Todo fue un malentendido. Por favor, antes de que me pegues una ostia, déjame explicártelo. -Alzó las manos mientras yo contenía el puño en su sitio.
Tenía que escucharla. Puede que me hubiese equivocado con Dylan. Y puede que no sea otro idiota más.
-Él... Estuvo saliendo con Brittany, sí. Y también con Amanda y con casi todas. Pero eso ahora no importa. -Sacudió la cabeza mientras yo intentaba contener el puño. No tenía que pegarla a ella, tenía que pegar a Dylan. ¿Qué estaba haciendo? -El caso es que... Él cortó con Brittany hace semanas. Y ese por qué, soy yo. Yo soy la razón por lo que Dylan renunció a todas las chicas que tenía detrás de él y solo fue a por una. A por mí. -Mi puño se fue calmando y la vena que tenía en la frente ya no la notaba. Reconocía que Dylan me pareció muy buena persona desde el primer día que lo conocí, así que... Puede que yo solo estuviese equivocada sobre él y le hubiera juzgado sin conocerlo bien. A mí nunca me había pasado eso, hasta ahora. -Se me ha declarado dos veces ya y... Dicen que a los ex novios lo único que les hace falta es una buena patada en los huevos, pero yo creo que no todo tiene que ser así. Le di otra oportunidad, Samantha. Sé que no me va a defraudar. -Se paró y suspiró antes de acabar. -Confío en él.
Me aparté de ella rápidamente. Me había equivocado. Había cometido un grave error. Y puede que Dylan se hubiese enterado de lo que le había hecho. Él se merecía mil disculpas y yo unas cuantas ostias. Era estúpida. Todo esto era estúpido. Nunca volvería a juzgar a nadie sin conocerlo.
-¿Howard? -Dina pasó una mano por delante de mi cara y yo sacudí la cabeza volviendo a la realidad.
Miré el salón. Sin duda esto parecía propiedad de Dina. A ella le iban las cosas vintage, y estaba claro que la casa estaba llena de adornos así.
Me estaba yendo del tema.
-¡Samantha Howard! -Dina volvió a decir mi nombre aún con más fuerza y yo me sobresalté perdiendo el equilibrio y casi cayendo al suelo.
-Sam, ¿Donde estás? Últimamente estás muy distraída. ¿Qué te pasa? -Me ayudó a estabilizarme y yo cerré los ojos suspirando profundo.
-No es nada. -Sacudí la cabeza y aparté la mirada de sus ojos. Realmente tenía que hablar con Esther.
Me despedí de Dina inventándome una excusa para irme a mi casa y poder hablar con Esther.
Cuando llegué, esperaba estar soñando, por que lo que estaban viendo mis ojos, tenía que ser mentira.
Esther paró de correr detrás de Brittany con un cubo en cuanto abrí la puerta y las dos entreabrieron la boca sorprendidas.
Esther llevaba un cubo en la mano derecha y Brittany tenía el pelo de color verde. ¿Qué diablos...?
-¿¡Qué es todo esto!? -Le grité a mi hermana enfadada y ella sonrió tranquila.
Podía estar pensando en las miles de excusas que Esther se iba a inventar, pero no tenía tiempo de pensar eso ahora, en esa situación. Brittany me miraba con espanto, como si fuese un zombi que quisiera su cerebro. Sin duda, la pobrecilla estaba aterrada.
Lancé una mirada fulminante a mi hermana poniéndome las manos en la frente y suspiré mirando al techo. Ya iba siendo hora de rezar más a menudo.
-Dios, ¿Qué te he hecho?
Obviamente, no hubo respuesta por parte de Dios, aun que esperaba que fuera así, lo único que se escuchó en la sala fue la irritante voz de mi hermana.
-¿No es lo que querías, Samantha? Querías venganza, pues aquí la tienes. -Esther señaló a Brittany y a su cabello verde. -Denada. -Me guiñó un ojo y yo solo suspiré torciendo el labio.
Ay, pobre hermana, la de tortas (y no de las fritas) que le esperaban por parte de Brittany.
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Rompiendo Mis Reglas ©
Teen FictionIba tan concentrada en mis cosas que sin verlo venir, me estampé contra una puerta de las aulas de ese maldito instituto nuevo. Pero algo o alguien me cogió e hizo que no me cayera de culo al suelo. -¿Eres nueva, verdad? Aun que para ser nueva no ha...