Capítulo 20: Esther y Brittany ¿Enemigas?

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Capítulo 20: Esther y Brittany ¿Enemigas?

La chica pelirroja se acercó caminando rápidamente con aires de diva y en ese momento no pude prevenir nada bueno.

-¿Qué hace ella aquí? -Preguntó la tal Brittany un poco fastidiada. Pude apreciar el marrón tan oscuro de sus ojos al igual que el oscuro de los ojos de Vero.

-Oh, ella es Esther, tu hermanastra. -Dijo Vero, que se suponía que era su madre, por el parecido increíble, y nuestra madrastra.

-¿¡Hermanastras!? -Gritaron Esther y Brittany a la vez. Mi cara estaba llena de confusión. ¿De qué se conocían esas dos? Algo me había perdido yo, aquí.

-Parece que ya se conocieron. ¡Eso es genial! -Dijo Vero sorprendida y sonrió a Esther y a Brittany mientras que en la cara de mi hermana Esther, solo pude ver más que fastidio.

-No, es fatal. -Susurró mi hermana a mi oído sin intención de que la oyeran, y por suerte, no la escucharon. Ella me tenía que explicar muchas cosas.

-Vamos, Brittany os enseñará la casa. ¿Verdad, Britt? -Vero se dirigió a Brittany y ésta suspiró cansada y empezó a caminar hacia la casa sin avisarnos ni hacernos señas para que la siguiéramos. Pero supuse que la teníamos que seguir, así que Esther y yo fuimos tras ella.

Ninguna de las tres dijo nada en el trayecto del jardín hasta casa, pero cuando llegamos, Brittany interrumpió el silencio parándose en frente de la entrada ocupando todo para que no entráramos. Pero no teníamos intención alguna, al menos yo, a mi hermana le iba a estallar esa vena de la frente de un momento a otro.

Se giró con una sonrisa balanceando rápidamente su cabello y me miró principalmente a mí.

-Bueno, primero me presento, solo para la hermana de Esther... -Su cabeza dio vueltas, (Literalmente) y yo le acabé la frase.

-Samantha.

-Para Samantha, por que Esther ya sabe quién soy. Me llamo Brittany, como habrás oído, y tengo 12 años. -Extendió los brazos y entró dentro de casa haciéndonos una señal para que entráramos nosotras también.

Mientras entrábamos, encontré el momento perfecto para disimularle un poco la vena de la frente de Esther.

-¿No es demasiado mayor como para tener 12 años? -Susurré y ella rió flojo.

-Parece más mayor que yo, y no lo es. Luego te cuento. -Dijo rápidamente antes de que Brittany posara su vista sobre mí y yo me encogí nerviosamente. Era 6 años menor que yo, no tenía por qué preocuparme. Yo podía con ella, aun que su apariencia fuera como una chica de 18 años, como yo.

-Bien, arriba hay 4 habitaciones libres, escoged la que queráis. -Brittany nos señaló las escaleras. ¿Escoger habitación? ¿No se suponía que eso lo hacían sólo los ricos? Además, solo éramos las hijas del marido de su madre. ¿Qué tenía que ver con que nos dejara escoger habitación? Igualmente, yo subí decidida pero Esther se me adelantó.

Cuando acabé de subir las largas escaleras me encontré con 4 puertas en frente. Una ya estaba abierta, estaba en una esquina del piso, y cuando vi a Esther salir de esa, supe que se la había cogido como habitación. Así que decidí cogerme la de al lado, me gustaba estar con mi hermana y aún no me había acostumbrado a esto nuevo.

Descargue todas las maletas en la cama, el camión de la mudanza llegaría pronto y primero debía colocar la ropa en su sitio.

Cuando acabé, fui a la habitación de mi hermana y toqué a la puerta dos veces. Cuando escuché el sonido de permiso, entré decicida en su habitación. Tenía que hablar con ella y ella me tenía que contar muchas cosas.

-¿De qué la conoces? -Pregunté refiriéndome a Britt y ella no tardó en suspirar y contestar sin mirarme.

-Larga historia. Además... Te darías cuenta de algo. -Fruncí el ceño y ella miró por la ventana señalando. -El chico moreno y alto, que el otro día te acompañó a casa... -No me acordaba de nada de lo que estaba diciendo mi hermana, pero la única vez que me había visto con un chico, era con Mateo. Así que tenía que probar.

-¿Mateo?

-Sí, exacto, vive allí en frente. -Señaló una casa que estaba justo en frente de la nuestra. Esto tenía que ser una pesadilla. ¿Mateo y yo, vecinos? Ahora sí que odiaba la mudanza.

Mi boca estaba entreabierta observando mejor la habitación de Mateo que quedaba a la vista, cúando de repente alguien entró y yo me tiré al suelo por instinto.

-Tranquila, tampoco es para tanto. Ni que fuera un atracador. -Esther rodó los ojos y yo reí sarcásticamente.

Me asomé por la ventana otra vez después de unos segundos y vi que no estaba, así que me levanté del suelo y me dispuse a caminar hacia Esther.

-Bueno... Tengo tiempo, cuéntame qué pasó con Brittany. Por lo que se ve, no empezasteis con muy buen pié, que digamos. -Me encogí de hombros y Esther suspiró para encontrar las palabras adecuadas para explicarlo.

-Bueno... La verdad es que la conozco desde hace poco. Hace unos... 3 meses, yo iba con mi mejor amiga por la calle tomando un zumo de naranja, y entonces ella y un chico peliblanco se cruzaron por mi camino y sin querer le estampé todo el zumo en la blusa de Brittany. Intenté arreglarlo pero a veces era peor, y cuando lo limpié, en su blusa ponía bordado "Brittany" así que deduje que ese era su nombre. Cuando me giré para verla, vi que se estaba besando con un chico peliblanco. Debía de ser su novio o algo así. -Me detuve y paré de escuchar en cuanto oí la frase "Ella y un chico peliblanco". Peliblancos habían muy pocos en el mundo, y más si es solo en un barrio, tenía que preguntar y asegurarme de que no era el chico peliblanco que yo conocía.

-Espera, espera, espera. ¿Un chico peliblanco? -Fruncí el ceño y ella hizo lo mismo intentando recordar el nombre.

-Sí... No me acuerdo de su nombre, sólo sé que empezaba por D. -Era, definitivamente, Dylan. ¿Qué hacía él con Brittany? ¡Se llevaban 6 años! ¡Y ni siquiera podían conocerse por que iban a diferentes cursos! ¿Y Dina? Ahora mismo estaba hecha un lío. Necesitaba saber si era verdad que Dylan sentía algo por Dina y qué significaba que Brittany y él estuviesen juntos.

-Dylan. -Contesté finalmente asintiendo y dirigiendo la mirada al techo mientras apretaba tanto los labios que podía jurar que acabaría con una herida en ellos.

-Sí, creo que ese es su nombre. Dylan. -Dijo finalmente mi hermana, aun que no hacia falta que me lo aclarara, estaba más claro que nada.

Dylan estaba engañando a Dina.

Y me cagaría en él en cuanto lo viera.

Rompiendo Mis Reglas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora