Capítulo 14: Otra vez tú

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Capítulo 14: Otra vez tú

Hoy era lunes de nuevo, no había vuelto a hablar con Dina desde que me dijo sus sentimientos hacia Dylan, y decidí que era mejor que lo arreglaran ellos y yo no entrometerme.

Entré en el instituto saliendo del coche de Blanca, ahora ella me venía a buscar por las mañanas junto a Dina. Ventajas de tener amigas.

-Hola. -Una chica de cabello rubio teñido y ojos marrones se posó delante mío con una sonrisa de arpía en su rostro y saludando con la mano derecha como una falsa.

-¿Que quieres, Amanda? -Antes de poder responder, Blanca se interpuso diciendo eso cruzando los brazos como una diva imitándola y yo reí.

-Contigo no estaba hablando. -Apartó a Blanca de un empujón haciendo que ella quedara delante mío.

Rodé los ojos y apoyé todo mi peso en una pierna.

-No vengo a molestarte. -Rodó los ojos, y explotó la burbuja de chicle asqueroso que tenía en la boca delante de mi cara. Mira si será...

-Qué raro, siempre lo haces. -Amanda ya me tenía arta, deseaba que se fuera a no sé donde y no volviera nunca más.

-¿Podemos hablar luego? -¿Qué? ¿De qué? ¿Y por qué no ahora? ¿Que quería esa niñata? Pero no respondí nada de eso.

-Como quieras. -Y dicho eso, cogí a Dina y a Blanca del brazo y nos adentramos hacia el instituto dejando atrás a Amanda. Ni siquiera me había dicho dónde, pero ya se las apañaría para buscarme.

Dina miró hacia atrás cuando pasamos de largo por al lado de unos chicos, me giré junto con ella y pude ver que era el equipo de fútbol. En él, estaba Marco, Mateo, Dylan entre otros chicos del equipo, y me preguntaba ¿Donde estará Bruno?

-¿Interesante? -Miré a Dina quién seguía con la mirada fija en ellos y ella rió tímida.

-Vamos. -Dijo ella y nos volvimos a girar las dos hacia clase de historia. ¿Por qué me tenía que tocar historia? Para mí que esos cadáveres de los que hablamos en clase ya no importan, para qué hablar de ellos cúando están muertos, digo yo, podríamos dejarles que descansen en paz.

Entramos en la sala y me senté junto a ellas, como siempre desde que vine.

Una profesora alta mayor con gafas entró en la sala y no dijo ni hola ni nada. Me empezaba a caer mal para ser la sustituta.

-Chicos, me presento, soy Olivia Heart, la nueva sustituta de historia, y de aquí hasta fin de curso estaréis conmigo en esta clase. -Asentimos todos un poco indignados, ni siquiera ahora que había empezado a hablar, había dicho un simple hola. Empiezo a pensar que en su vocabulario no existen palabras con educación. Me cae bien. -Bien, empezaremos copiando todo el tema 2 en la libreta. -Retiro lo que dije antes, me cae fatal. ¿¡Todo el tema!? Esta profesora, literalmente está mal. Toda la clase grita de frustración y la señorita Heart nos manda callar. Nada que ver con su apellido, ella no tiene corazón.

Las clases se pasaron súper lentas, intentaba pensar en lo que quería decirme Amanda, ¿Qué será? De verdad, que no tengo ni idea.

Me encontraba en el pasillo con Dina, Bruno, Marco y Blanca hablando, bueno, más bien, ellos hablaban, yo miraba a la nada.

-¿Samantha? -Escuché la voz de Bruno y levanté la cabeza rápidamente para fijar mi vista en sus ojos azules. Me encantaban sus ojos.

Blabuceé cosas sin sentido nerviosa y después de unos segundos todos se empezaron a reír.

-¿Qué pasa por esta cabezita? -Dijo Blanca aún riéndose. No tenía gracia. Amanda me tenía manía y la cosa esa que me quería decir, podría ser mala. Muy mala.

Como vieron que yo no me reía, ellos pararon y Marco pasó un brazo por mi hombro apoyándose.

-¿Qué te pasa, Sam? -Le miré, el novio de Dina, a quién ella no sabía si quería...

-Nada. -Aparté la mirada rápidamente fijándola en Dina quién se encontraba sonrojada y mirando al suelo.

-¡Hola, amiga! -Una voz muy conocida y chillona detrás mío hizo sobresaltarme y girarme deshaciéndome del agarre de Marco.

-Yo no soy tu amiga. -Rodé los ojos y me crucé de brazos.

-¿Qué coño quieres, Amanda? -Contestó mal Bruno acercándose a mí y me rodeó con su brazo mi hombro lo que me hizo escalofríos. No había sentido lo mismo con Marco.

-Veo que haces novios rápido. -Rodé los ojos pero Bruno no quitó su brazo de mi hombro, ni tampoco lo negó, más bien, estaba paralizado y sonrojado.

-Véte, Amanda. -Ordenó Bruno y yo seguía mirando como se había quedado antes.

-No puedo, he de hablar con ésta. -No presté atención a la frase de Amanda, seguía embobada en la cara de Bruno, pero Amanda me cogió la cabeza y me la giró forzosamente y cuando quedé delante de ella sonreí nerviosa.

-¿Pueden estar ellos? -Pregunté refiriéndome a Blanca, Dina, Marco y Bruno.

Amanda asintió y empezó a hablar.

-¿Por qué te pusieron esa lista de reglas? -¿¡Qué!? ¿¡Como sabía eso Amanda!? Me quedé con la boca abierta lista para que entraran moscas en ella, pero por suerte, no hubo.

-¿Cómo lo...? -Pero antes de dejarme terminar, Amanda abrió su estúpida boca.

-No preguntes. Lo sé y ya está. ¿Por qué te pusieron esa lista? -Aseguró. Yo no estaba muy segura de eso. ¿Quién se lo había dicho? Volteé a ver a mis amigos pero todos negaron con la cabeza y también parecían sorprendidos, sobretodo Dina.

No pensaba decirle el por qué, y menos a ella, primero me tendría que decir quién se lo había dicho.

-Dime quién te lo ha dicho. -Eso sonó más bien una orden en plan modo militar pero no me importó, quería saberlo y en esos momentos estaba muy furiosa con la persona que se lo había dicho, pero no se me ocurría nada.

-Primero dímelo tú. -Me estaba cansando de esta niñata.

-¡QUE ME DIGAS QUIEN TE LO DIJO! -Exigí ganándome unas miradas de toda la gente del pasillo.

-Oh, bien, ¿Quieres saberlo? Ahí está. -Amanda señaló detrás de mí y me giré.

No podía ser. Imposible.

Ese chico de cabello castaño y ojos oscuros como la noche... Oh, no. Esto no podía estar pasando.

-¿Kevin?

Rompiendo Mis Reglas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora