Capítulo 23: Incumpliendo más reglas
Ya lo tenía todo planeado.
Cogí un top negro de mi armario y unos tejanos degradados cortos con unas vans blancas. Decidí ponerme una chaqueta para tapar un poco el ombligo y no enseñar tanto. Quizás allí me la quitara por el calor que hacía en las fiestas.
Abrí la ventana de mi habitación y antes de saltar con una cuerda, miré que todo estaba en su posición. El cuerpo de mentira debajo de las sabanas siempre funcionaba, así que cogí una muñeca y la puse debajo.
También miré en el escritorio, había una nota que ponía que me había quedado dormida estudiando y que no tenía hambre. Si me veían que "Yo" estaba durmiendo, me dejarían en paz, por que sé como es mi padre.
Cuando acabé de revisar toda la habitación salté por la ventana con cuidado y algo salió mal, y acabé estampándome con el duro suelo.
Mierda.
No había agarrado bien la cuerda y ahora me parecía tener un brazo dislocado.
Aún así, me levanté, recogí la cuerda y la dejé escondida tras unos matorrales antes de irme del jardín hacia la fiesta.
La casa de Dylan se veía a unas cuantas calles y el sonido de la musica ya se escuchaba lo suficientemente alto como para saber guiarme hasta llegar allí.
Me aproximé a la casa y al primero que vi fue a Bruno tomando un chupito en el jardín con una chica, aun que ese momento duró poco, ya que la chica se le lanzó encima y empezaron a besarse. Aparté la mirada de esa dirección.
Me centré en la puerta, el ruido de la música estaba bastante alto pero conseguí localizar a Dina y a Marco bailando en la pista.
-¡Marco! ¡Dina! -Exclamé y me uní a ellos bailando. Ellos se sorprendieron.
-¡Mejor amiga! ¡Menos mal que viniste! -Dijo Marco por encima de la música y yo fruncí el ceño. -En la barra está Mateo, te lleva esperando hace como unas 3 horas, el pobrecillo está muy desesperado, cree que no ibas a venir. -Me giré y vi a Mateo solo esperando en la barra. Me acerqué a él, pero alguien se me adelantó.
Amanda ya estaba coqueteando con él y Mateo simplememte no hacía más que rodar los ojos. ¿Qué hacía Amanda coqueteando con Mateo si Kevin era su novio? Oh, se me había olvidado que es una perra.
Mateo se cansó de Amanda y fijó la vista en otra persona. Más bien, yo.
-¡Enana! -Dijo gritando y se acercó a mí, dejando sola a Amanda. Eso me gustó.
-Hey. -Respondí en cuanto Mateo estuvo delante mío.
-¿Quieres beber algo? Te estaba esperando. -Oh, que mono, así que era verdad...
-Sí, ya me di cuenta. -Reí un poco y no tardé en responder a su pregunta. -Estoy un poco sedienta.
-Vamos a la barra y escoge lo que quieras.
Caminamos hasta la barra y nos sentamos en unos taburetes, no sabía que la casa de Dylan fuera tan grande.
-Quiero vodka con limón. -Le dije a Mateo y él se encargó de pedírselo al asistente de unos 20 años con cabello rubio.
Estuvimos hablando de muchas cosas hasta que llegaron dos copas de vodka.
Cogí la copa y bebí un poco de vodka, la boca se me amargó al notar ese líquido tan asqueroso en mi garganta.
Estreché los ojos y continué hablando con Mateo.
-¿Que tal con tu nueva familia? -Preguntó algo cansado, él ya había terminado de beber y por lo visto no iba a pedir más.
-Bueno, pues mal. Mi hermanastra es Brittany Lee. No sé si la conoces, como todo el mundo la conoce... -Ironizé.
-Oh, sí, es del tipo de Dylan, ha salido con casi todos los chicos de MacMahon. -Rodó los ojos y yo le miré atónita. ¿Pero en qué diablos pensaba la gente? ¡Brittany solo tenía 12 años!
Tragué otro sorbo de vodka.
-Sí, la muy perra también ha estado con Dylan.
No sabia ni lo qué decía, ese tema no tenia por qué saberlo Mateo, y menos ahora, estaba en mi segunda fiesta, esta vez había bebido, y era peligroso.
Otro sorbo de vodka.
-Lo sé, pero eso ya fue hace tiempo. -Argumentó él, pero no le di importancia. Seguía pensando que estaban juntos.
Otro sorbo de vodka.
Ya llevaba no se cuántas copas de vodka y no me estaban sentando muy bien, mañana tendría resaca.
Bebí otro sorbo de vodka.
-¿Qué tal con tu lista? -¿Mi lista? Él no sabía ni siquiera que yo tenia una lista de reglas. ¿Como se había enterado? Mi pregunta quedó resuelta en menos de un segundo. -Me lo dijo Dina, sé que tienes una lista de reglas, no estoy mal de la cabeza. -Rió y yo solo asentí. -Bueno, ¿Y piensas romper alguna? -Preguntó el con curiosidad, de momento, no tenía ni idea.
Otro sorbo de vodka.
-Ya he roto dos. Total, aún no me han pillado, si sigo así podre romper las otras tres que me quedan, y lo estoy deseando. -Apreté los labios y lo que dijo a continuación, por alguna razón, me lo esperaba.
-¿Me puedes decir las reglas? A lo mejor yo te puedo ayudar...
Asentí y empecé a dictarlas de nuevo a otra persona.
-Regla N° 1: Nunca hacer algo tan malo como para que me expulsen.
Regla N° 2: Estudiar y sacar buenas notas.
Regla N° 3: Contestar educadamente y no decir palabrotas y no beber alcohol o drogas.
Regla N° 4: Obedecer a mis padres cuando ellos me lo digan.
Regla N° 5: No enamorarse ni traer a ningún chico a casa hasta los 20.
La cara de Mateo era igualita a la de Esther y a la de Dina y Blanca cuando escucharon por primera vez lo injusto que parecían esas reglas. Sí, pues yo había estado conviviendo con ellas desde muy pequeña.
Otro sorbo de vodka.
-Wow, eso es... Exagerado. Tus padres están locos.
-Si me la pusieron fue por alguna razón. -Él ya sabía la razón, más bien, la sabía todo el instituto McMahon.
Otro sorbo de vodka.
Mateo se desvió del tema al verme beber tantas copas de vodka.
-Sam, ¿Cuántas copas llevas?
-6 o 7, creo... -Intenté acordarme pero en realidad estaba segura de que llevaba más de 7.
E intenté de nuevo tragar otro sorbo de vodka, pero alguien me quitó la copa antes de que pudiera beberla.
-Sam, para de beber. -Se quejó Mateo y me apartó la copa bien lejos de mí. Me quejé y grité como una niña pequeña para que me la devolviera, pero no me hizo ni caso.
Y lo último que recuerdo, es que me desperté en la cama de una habitación medio desnuda con un chico al lado. Y ese chico era Mateo.
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Rompiendo Mis Reglas ©
Teen FictionIba tan concentrada en mis cosas que sin verlo venir, me estampé contra una puerta de las aulas de ese maldito instituto nuevo. Pero algo o alguien me cogió e hizo que no me cayera de culo al suelo. -¿Eres nueva, verdad? Aun que para ser nueva no ha...