Capítulo 12: Primer encuentro con Bruno

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Capítulo 12: Primer encuentro con Bruno

Esa voz, ese rostro... Lo conocía.

Alcé mi vista hacia unos ojos extremadamente azules y cabello rubio claro.

Al momento le reconocí. Solo lo había visto una vez, pero su rostro se me quedó grabado.

-Sam... ¿Te encuentras bien? -Volvió a preguntar Bruno ya que no respondí a su pregunta. Estaba tan concentrada mirándole que no sabía que esperaba una respuesta por mi parte.

-Eh... Sí, sí. -Respondí confunfida y permanecí en el suelo, hasta que Bruno se sentó también conmigo y empezó a susurrar.

-¿Segura? -Me pasó la mano por la mejilla secándome las lágrimas y me entró un cosquilleo por todo el cuerpo.

-Sí. -Le sonreí y pude ver como su rostro se sonrojaba, aun que estaba oscuro, y no pude distigirlo. Desvié la mirada por unos segundos y luego la volví a dirigir a esos ojos tan bonitos de Bruno.

Espera, ¿Qué acabo de decir? ¿Bonitos? Oh, por favor, esta no soy yo.

-¿Que haces aquí, Bruno? -Pregunté un poco asustada por que a él le hubiera pasado algo parecido a lo mío, pero era muy poco probable, sólo yo tenía esa tan mala suerte.

Quitó la vista de mis ojos para dirigirse a la casa de la fiesta.

-Cada vez que entra alguien nuevo en el grupo, hacen una fiesta sin la persona que ha entrado, para despedirse del antiguo. Es como una tradición que tienen Dina, Blanca y Mateo, ellos fueron los primeros. -Dirigí la mirada hacia la casa, realmente mis amigos... ¿Estaban haciendo una fiesta sin mí? -Ahora la están celebrando sin ti. Están alegres de haberte encontrado. -Me miró fijamente y sonrió. -Y yo también.

Ahora lo entendía, yo era algo nuevo, tenían que dejar atrás todas sus cosas y empezar a incorporar a alguien nuevo en el grupo haciendo que se sintiera cómodo, pero "tus amigos" nunca celebrarían una fiesta sin ti, y eso me pareció feo, pero también les entendía. Yo no había tenido fiestas desde hace un año o por ahí, ni siquiera de despedida, por que ya era demasiado tarde y no quería decir adiós.

Solo había hablado con Bruno dos veces y ya me parecía majo, es muy tímido pero mono.

¿Pero qué digo? De verdad que lo de mis padres me está afectando demasiado.

No, estoy bien. Hay que reconocer que es mono.

-¿Sam? -Me sobresalté por oír a Bruno decir mi nombre y él se asustó alejándose de mí. -¿En qué piensas? Sabes que puedes confiar en mí, ya eres del grupo. -No estaba segura. -Y mi amiga.

Sonreí y él me la devolvió. Me hacía feliz que estuviera dentro del grupo, y ni siquiera me habían pillado aún.

-Supongo que tengo que volver... -Murmuró Bruno y yo allí, pero antes de levantarse e irse, dijo algo que...-Y... No llores, Sam. -Me secó las lágrimas y sonrió, debo admitirlo, me sonrojé. Seguido de eso levantó su trasero y se dirigió a la "Fiesta" del grupo.

Espera, yo tenía que hablar con Dina, ¿No es así? ¿Por qué está saliendo con Marco y no me ha dicho nada aún? Somos amigas ya, ¿No? Esa niña se va a enterar.

-¡Bruno! -Grité haciendo que él se girara ya a unos metros de mí.

Asintió con la cabeza para que hablara, y eso hize.

-¿Puedo... Ir? -Pregunté dudosa, después de todo, esa no era una fiesta a la que yo estuviera invitada, pero tampoco eran mis enemigos ni nada parecido, solo amigos.

-No... No lo sé, si quieres ven... -Contestó igual de confundido que yo y le tomé el brazo sonriendo como una niña pequeña para ir con él hacia la "Fiesta en mi honor sin mí".

Caminamos hasta llegar a unas luces que iluminaban una casa, se podía ver que había muy poca gente ya que era solo una fiesta para los rebeldes no para todo el curso.

-¡Mateo! ¡Mira a quién tengo al lado! -Bruno gritó y Mateo giró los talones confundido pero en cuanto me vio, una sonrisa se formó en su rostro.

-¡Enana! -Vino corriendo a abrazarme y me solté del agarre de Bruno. Bueno, no vino a abrazarme, vino a alzarme por el aire o algo parecido, aun que mi estómago estuviese a punto de potar, lo aguanté y sonreí lo mejor que pude.

-No puedo resp... -Y ahí creí que mi vida se acababa cuando de repente Mateo me bajó y me desató del abrazo. Parecía... Preocupado.

-Lo siento, lo siento. -Él suplicó y yo sonreí de nuevo esta vez respirando calmada. -¿Qué haces aquí? -Preguntó confundido una vez yo me recuperé.

-He venido a hablar con Dina. -Intenté adelantar el paso adentrándome en la fiesta, pero Mateo me lo impidió poniendo su cuerpo trabajado delante mío. -Y tranquilo, sé que hacéis una fiesta sin mí. -Mateo fulminó con la mirada a Bruno y decidí pasar cuando se interpuso otra vez. -¿Te puedes apartar? Solo vengo a hablar con ella.

-Está bien... -Al fin me dejó pasar, empecé a buscar a Dina pero no la encontraba por ninguna parte. Era extraño ya que la fiesta no estaba muy llena, pero había gente que no conocía. O Bruno me había mentido, o ahí se había colado gente.

-¡Sam! -Escuché un grito detrás de mí y me giré rápidamente para ver a Dina correr hacia mí.

Cuando llegó hasta mí, se abalanzó como si me conociera de toda la vida para darme un gran abrazo. Si ellos eran los rebeldes, eran demasiado alegres.

Pero de repente se paró y se separó de mí poniendo sus manos en mis hombros, ladeó la cabeza y frunció el ceño. Me encantaba cuando hacía eso, se la veía graciosa.

-¿Qué haces tú aquí? -Suspiré rodando los ojos.

-Vine a hablar contigo. -Frunció aún más el ceño y ladeó más la cabeza haciéndome sentir una estúpida, ella no sabía de qué hablaba, pero tenía que hacerlo, tenía que hablar con ella sobre Marco y por qué no me había dicho nada antes. Cuando vi que no contestaba a lo que dije antes, volví a rodar los ojos y dije la frase. -Quiero hablar sobre Marco.

Rompiendo Mis Reglas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora