Capítulo 16: Ayuda inesperada

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Capítulo 16: Ayuda inesperada

Había pasado una tarde más y no sabía nada de ellos. Ninguna llamada, ningún mensaje, ni siquiera de Mateo. Supongo que estarían enfadados conmigo y no les culpo.

Hoy era martes, tendría que pasar otro día más en el instituto, solo que hoy, sin nadie.

Me vestí con unos leggings negros, una sudadera corta y unas vans cómodas. No me gustaba maquillarme así que iba como una chica normal.

Cogí mi mochila y sin desayunar, me fui de casa, hoy iba a ser un día muy largo.

Cuando llegué, encontré a Kevin con Amanda cogidos de la mano. Oh, mierda. Los evité todo lo que pude, lo peor ya me lo había imaginado, si ellos estaban juntos, podrían acabar con mi vida, sobretodo Kevin que lo sabía todo sobre mí.

-¡Eh! ¡Tú! ¡La morena falsa! -¿¡Morena falsa!? ¿Quien se atrevía a llamarme así?

Giré los talones frustrada y vi una inocente cara de Amanda. Ella sí que era falsa, y su sonrisa. Oh, Amanda, no tuviste que decir eso, quien se mete conmigo no sabe lo que está haciendo...

Me acerqué lentamente con el ceño fruncido, no estaba segura de si ir allí o quedarme.

-¿Qué quieres, Amanda? -Pero yo no era una cobarde.

-¿Qué tal te va con tus mentiras? -De verdad que iba a golpearla, de no ser por una mano que me cogió la muñeca justo cuando me iba a tirar enncima de ella.

-¿¡Qué haces!? -Me giré cabreada y vi a la persona morena que siempre me fastidiaba en cualquier momento. Mateo. Ahora que recuerdo... ¿Él no estaba enfadado conmigo?

-Salvarte de una humillación. -Fruncí el ceño sin entender, ¿Una humillación? Eso ya no me importó justo cuando Mateo me situó detrás de él y yo hice un quejido. -Me lo agradecerás.

Mateo se giró para enfrentar a Amanda, bueno, no sólo a ella, a Kevin, quien supongo que ahora es su novio... Y a sus amigas arpías.

-¡Dejadla en paz! No os va a servir de nada meteros con ella. Solo ocasionará más problemas. -Medio gritó Mateo hacia Kevin y Amanda.

-Oh, ahora ve a defender a tu enana. -Sonrió Amanda, no la aguantaba. ¿Como se había enterado de mi apodo por el que siempre me llamaba Mateo?

-Mirad, no quiero problemas, y menos contigo Kevin, eres nuevo y no quiero llevarme mal con nadie nuevo. -Agitó la cabeza intentando hacer razonar a Kevin, y por unos momentos pensé que iba a ponerse de nuestra parte, pero no, yo le conocía y él no era así.

-Pues que pena, por que así será. -Contestó él alzando ambas cejas.

-Vámonos. -Dijo Mateo mientras me empujaba fuera de esa situación.

El pobre estaba muy equivocado si se pensaba que me iba a ir de allí sin haberle arrancado los pelos a Amanda.

-No. ¿Qué está pasando, Mateo? ¿Por que me iban a dejar mal? -Pregunté firma en el suelo con los puños resistiéndose abajo.

-Rélajate, Sam... -No podía mas, quería saber lo que estaba pasando.

-¡NO! ¡DÍMELO YA! -Ordené y él estalló a gritos.

-¡PUES POR QUE TIENEN UN VIDEO TUYO Y DE KEVIN QUE TE PODRÍA PERJUDICAR! -Me quedé en blanco parada en el sitio. ¿Un... Vídeo? ¿Qué vídeo? ¿Como lo sabía él? -Vamos... No hay mucho tiempo. -Me empujó de nuevo lejos pero yo me detuve.

-¿De qué es ese vídeo? ¿Por que dices que me dejará en ridículo? -Mateo suspiró cansado.

-¿Quieres verlo? Pues ves allí y pídeselo a Amanda, pero luego no digas que no te lo advertí. -Me señaló detrás de él girándose y yo asentí avanzando hacia ellos.

¿¡Estás loca!? ¡Te van a dejar en ridículo! ¡Ya oíste a Mateo!

La curiosidad me mataba. No podía esperar a ver ese vídeo.

Cuando llegué, me paré delante de ellos y me crucé de brazos. A ver qué es lo que tenían tan ridículo.

-Yo que tú haría caso a Mateo... -Avisó Amanda. -Pero como no soy tu amiga, no te lo impediré. Mira el vídeo, si quieres.

Asentí haciéndome la chula pero no tendría que haberlo hecho, en el momento en que ese vídeo se puso en marcha me quería morir.

No era un vídeo cualquiera de cosas ridículas de mí... No, era un vídeo sobre como Kevin me rechazaba justo cuando le quería besar a los 6 años. Lo peor es que grabaron como él me rechazó y no grabaron como él se disculpó al día siguente y quería estar conmigo. Ahora todos creerían que era una estúpida.

No quise seguir allí.

Huí con mis piernas corriendo hacia un escondite o un sitio donde nadie me encontrara. Ni siquiera Mateo. Hoy me iba a saltar clases. Decidido.

Una vez escondida no comencé a llorar como lo harían las delicadas, cosa que yo no soy. Solo era un simple vídeo de como Kevin me rechazaba con 6 años. ¿Me oís? ¡6 años! No me daba cuenta del error que estaba cometiendo. Kevin siempre fue un chico malo.

-Hey... -Alcé la vista y vi unos ojos oscuros, al darme cuenta de quién era, escondí la cabeza otra vez. -Estás conmigo. No pasa nada. -Mateo se sentó lentamente conmigo y me rodeó los hombros con sus musculosos brazos. -Kevin es un idiota.

No dije nada. Estuvimos así por minutos, o incluso me parecieron horas, pero no me molestó, el silencio de Mateo me tranquilizaba y no quería separarme de él. Estaba muy cómoda en ese abrazo.

-Y lo peor es que aún siento algo por él. -Rompí el silencio de una manera un poco brusca. Al ver la reacción de Mateo juro que habría estallado a carcajadas si no fuera por que ese era uno de los momentos mas vergonzosos de mi vida.

Me apartó rápidamente y deshizo su abrazo. Eso no me gustó.

-¿¡Como!? ¿¡Después de como te ha tratado y sigues sintiendo algo por él!? ¿¡Es que no puedes fijarte en otro que encima está delante tuyo!? -Lo último creo que se le escapó, e inconscientemente reí.

-Nunca dije que fuera algo bueno. -Dije confundiéndole aun más. -Lo que siento por él... -Apreté los labios. -Es asco.

Mateo sonrió aliviado y me volvió a abrazar... Pero había algo que no me había quedado muy claro. Se había puesto... ¿Celoso?

Rompiendo Mis Reglas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora