No hace ni un año que llevo saliendo con Mateo y ya quiero pasar el resto de mi vida con él.
Este verano me lo he pasado genial, pero ya es hora de volver a la rutina.
También estoy preocupada por mi abuela, la ingresaron en el hospital hace dos semanas y mi hermana Esther lo está pasando muy mal. Ella es como su ojo derecho.
-Hola, enana. -Saludó Mateo desde la ventana de mi habitación.
Mateo empezaría su carrera como cantante este año. Estará bastante ocupado pero también dedicará tiempo a estar conmigo.
Ahora se había acostumbrado a escalar las paredes de mi habitación por que mi padre seguramente no le dejaba entrar. Simplemente lo dejaba fuera. Aun sigo enfadada con él y no le hablé desde el día de la venganza, y espero que perdure toda la vida así. Viviendo bajo el mismo techo, siendo invisibles.
No dije nada y fui corriendo a abrazarle.
-¿Qué? ¿Ahora ya no das ni un beso?
Reí con su comentario. Mateo era la luz de mis días. Junté su rostro al mío y le di un casto beso en los labios.
-Ya ha pasado demasiado tiempo. -Suspiré alejándome de él y dejándome caer en la cama. -Ya se ha acabado todo.
Sacudí los brazos en el aire y Mateo se acercó a mí estirándose a un lado de la cama.
-No más padres, no más castigos... Y no más reglas. -Dije suspirando de nuevo, recordando mi último año. -Se me ha pasado muy rápido. -Mateo suspiró profundamente y asintió diciendo que a él también. Menos mal, pensé que solo era cosa mía.
-¿Ahora qué se supone que vamos a hacer? -Murmuró Mateo, se levantó peinándose el pelo y yo hice lo mismo sin tocarme el pelo. No me importaba como me viera él.
Suspiré varias veces seguidas, la respuesta estaba bastante clara, pero yo no lo acababa de asimilar.
-Creo que ya todo ha terminado.
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Rompiendo Mis Reglas ©
Teen FictionIba tan concentrada en mis cosas que sin verlo venir, me estampé contra una puerta de las aulas de ese maldito instituto nuevo. Pero algo o alguien me cogió e hizo que no me cayera de culo al suelo. -¿Eres nueva, verdad? Aun que para ser nueva no ha...