Capítulo 43: ¿Qué es todo esto?

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Capítulo 43: ¿Qué es todo esto?

Y poco a poco nuestro beso se fue esfumando a medida que los flashes acababan con mi intriga por saber qué era.

Los dos juntamos nuestras frentes mientras Mateo me atraía más hacia él, pero giré la cabeza para ver qué eran esos flashes, y me quedé aún más alucinada.

Blanca, Marco, Bruno, Dina y Dylan no paraban de hacer fotos y aplaudir diciendo bobadas de que al fin hemos acabado juntos. Pero eso no es lo que más me alucinó, sinó que habían un montón de cámaras grabando nuestra escena como si fuera una película y la sala ahora estaba llena de directores asintiendo por el buen trabajo que habíamos hecho. ¿Qué se suponía que era todo esto?

Miré a Mateo que aún seguía con su mirada en mis ojos.

-¿Mateo que...? -Empecé a preguntar pero él me interrumpió.

-¿Quieres ser mi novia?

Me quedé mirándolo fijamente, él ya sabía la respuesta. Agité la cabeza mirando para otro lado y luego lo volví a mirar a él.

-Claro que sí. -Me encogí de hombros y él volvió a intentar acortar la distancia entre los dos, pero giré la cabeza y no me pudo besar.

Su cara era para hacer una foto, sonreí y él frunció el ceño.

-Con una condición. -Dije y él abrió los ojos bien grandes. Como si fuera poco lo que había hecho por mí. Solo necesitaba un pequeño detalle más por saber. - ¿Qué diablos es esto?

Mateo miró alrededor, rió mientras negaba la cabeza y luego me volvió a mirar mordiéndose el labio.

-No te lo vas a creer. -Se encogió de hombros y yo abrí la boca para hablar pero rápidamente la cerré y suspiré.

-Ahora mismo no hay nada que no me crea. -Mateo rió por mi respuesta.

Antes de hablar, suspiró profundamente mientras yo no le quitaba la vista de encima.

-Bueno... Escribí esta canción para ti, principalmente, pero la subí a internet y unos discográficos me contrataron para hacer un vídeo oficial. -Abrí los ojos muy grandes y alcé la cejas. Era increíble la suerte que había tenido Mateo, muy pocos en el mundo los contratan para hacer un vídeo oficial de su canción. Que va dedicada para mí. -Acepté y empezamos hace varias semanas, nos dejaron una sala del cine solo para nosotros y para grabar tu reacción y colgarla en YouTube. -Sonrió y yo seguía paralizada con lo me acababa de decir. ¿Una canción suya se haría famosa?

Y... ¿Ya he dicho que la canción está dedicada para mí?

-Es increíble, Mateo. Nadie habría conseguido lo que tú en solo unas semanas. -Me encogí de hombros mirando a los directores sonrientes y las cámaras que aún seguían grabando, sonreí y volví mi vista hacia Mateo. -Y, pues... ¿Te vas a dedicar a esto?

-Supongo que la música es lo mío. -Sonrió un poco tímido y yo asentí. De un momento a otro, me encontraba rodeada por sus brazos y mi cabeza en su pecho. Le había vuelto a abrazar perdiendo el control por completo, pero ya no me importaba, él era mi novio.

Me aparté de él lentamente y caminé hacia el equipo de grabación y mis amigos.

Corrí a abrazar a Marco, pero mientras le estaba abrazando, intentaba ahogarlo por no haberme dicho nada de todo esto.

-Sam... Me ahogas. -Murmuró él mientras le arañaba la espalda.

-Eso es lo que pretendo. -Me aparté de él para dejarle respirar un momento y él abrió la boca indignado. -¿Por qué no me dijiste nada? -Fruncí el ceño y puse morritos como una niña pequeña.

-¿Quieres que tu mejor amigo se quede calvo? Por que eso es lo que habría pasado si te lo hubiese dicho. -Apretó los labios y yo instantáneamente empecé a soltar carcajadas.

Marco rodó los ojos sonriendo y cruzándose de brazos. Paré un momento de reír y abrí mi boca nara decir algo.

-No creo que sean tan mala gente. -Torcí el labio y me giré para ver a Mateo y a la resta del grupo.

Marco agitó la cabeza varias veces seguidamente y ya entendí. Eso significaba un "No te creas". Reí, lo cogí de la mano y lo arrastré hasta la multitud.

-¿Y vosotros por qué no me dijisteis nada? Se supone que los del grupo no tenemos secretos.

-¿No te ha gustado lo que hemos hecho? Oh, my lady, perdónanos por ser tan niños buenos por una vez en la vida y hacerte un regalo como este. -Ironizó Dylan como si estuviese rezando para que no lo tirara al suelo a patadas.

Todos reímos y yo negué con la cabeza. Sé que estaba de broma, pero me sentó mal que me ocultaran algo. Nadie del grupo tiene que ocultar secretos.

-¿¡Te gustó!? ¡Oh, por favor, dime que sí! ¡Estuve trabajando en esto dos semanas seguidas y me salté todos los exámenes que tenía! ¡Di que te gustó! ¡Dilo! DILO. -Me aparté de Dina instintivamente, le había afectado ser niña buena. Asentí por dos cosas. Primero, por que tenia la cara de Dina a tan sólo 3 milímetros de la cara y daba muy mal rollo, y la segunda, por que, en realidad, no me había gustado, me había encantado, era la cosa más bonita que alguien había hecho por mí nunca.

Amaba a Mateo, a pesar de sus imperfecciones que lo hacían cada vez más especial para mí.

Mateo se colocó a mi lado y me rodeó el hombro con su brazo. Lo miré y le sonreí mientras él me devolvía la sonrisa.

Seguimos hablando todos juntos hasta que el director se acercó a nosotros junto con dos personas más a su lado e interrumpió nuestra conversación.

-Bueno, Mateo Sellers, ¿Aceptas el contrato definitivo?

Miré a Mateo y él a mí. Asentí varias veces muy rápidamente con la cabeza mientras hacia pucheros como una niña infantil y él volvió su mirada al director medio riendo.

Puse la mejor sonrisa que había hecho en mi vida al escuchar su respuesta.

-Claro. ¿Donde firmo?

Rompiendo Mis Reglas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora