-Maldita sea, reflexiona -suplicó Nevin-. El cuchillo lo empuñó uno de los nuestros.
-Ya estoy cansada de esto. Continuamente me vienen quejas y lamentaciones de los hesperanos y siempre somos nosotros los que tenemos que ceder. He sido blanda y condescendiente en todo para evitar problemas, y mira para lo que ha servido: ahora creen que les debemos hasta el nombre.
-Setenme, era el primo del rey.
-¿Y qué? ¿Acaso no vestía la armadura, como cualquier otro? ¿Como lo haces tú, que eres mi hermano?
-Un soldado puede morir en batalla y lo acepta con honor; en ser apuñalado por un aliado no hay ninguno. Es humillante para el muerto, y vergonzoso para el asesino.
-¿Sabemos acaso por qué se dio la refriega?
-Fue una riña más, una de tantas.
-Y tal vez el instigador fue el otro, en cuyo caso ¿de quién es la culpa?
-No podemos dejar que nuestros soldados resuelvan sus asuntos a cuchilladas.
-Ya basta, no estoy dispuesta a recibir lecciones de ti, precisamente.
-¿Qué quieres decir?
-¿No te pedí que atajaras todo esto? ¿No te dije que no iba a tolerar que se me acusara de nada? Pues ahora se me está acusando.
-Mis órdenes fueron perfectamente claras, pero no puedo controlar personalmente lo que pasa en cada patrulla.
-En ese caso el culpable es quien lo hacía por ti. ¿Era uno de nuestros capitanes o de los suyos?
-Sucedió durante uno de los turnos a su cargo.
-Ahí lo tienes. No tengo nada de qué disculparme; que Aram castigue a su capitán como le venga en gana. Este asunto se ha terminado.
-Hermana, piensa en lo que podría significar todo esto...
-¿No me has oído, Nevin?
La reina hizo un gesto de dolor repentino y Nevin olvidó toda su frustración para inclinarse hacia ella, preocupado.
-Setenme, ¿qué te pasa?
-Avisa a Alamanda, por favor.
-Sería mejor al médico...
-¡He dicho Alamanda!
-Está bien, está bien... iré a buscarla.
Nevin salió del despacho con las peores sensaciones, y no sólo por lo que presentía estaba a punto de sucederle a su hermana.
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El fuego y la mariposa
FantasyLa guerra ha terminado y como muestra de buena voluntad, el rey de Hesperia ha concedido la mano de su hija al hermano de la reina de Luminaria. Nevin, un aguerrido caballero curtido en mil batallas, no está emocionado por tener que desposar a la jo...