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-Yo sabia que no tendría más hijos -explicó- A tu padre se lo habían llevado las fieras. Varios meses antes se fue acazar y no regresó. Así que yo no volvería a ser madre,es lo mejor -añadió- con el tiempo me habrían, dado un huérfano para que lo criase. Según te tenía en brazos, y ya entonces, cuando tu espíritu aún no había llegado, y con una pierna torcida qué significaba que nunca podía correr, ya entonces tenía brillos en los ojos. Yo veo en tus ojos de algo grande, y tus dedos eran largos y bien formados.

-Y fuerte. Mi manos eran fuerte- añadió Nora con satisfacción. Había oído la historia muchas veces, pero siempre que la oía se miraba aquellas manos fuentes con orgullo.

Su madre se echó a reír.

-Tan fuertes que se agarraban con ferocidad a mi dedo pulgar y no lo soltabas. Sintiendo aquel apretón no podía dejar que te llevasen  simplemente dije que no.

-Se enfadaron.

-Si, pero yo me mantuve firme. Claro que mi padre vivía aún. Era viejo entonces tetrasilabo y había sido jefe del pueblo Guardián Mayor, durante muchos años. Se le tenía respeto. Y tu padre también habría sido un jefe muy respetado si no hubiera muerto en caceria. Ya estaba escogido para guardián.

-Dime el nombre de padre-pidió Nora.

Su madre sonrió a la luz del fuego.

-Cristóbal-dijo-. Ya lo sabes.
-Pero me gusta oírlo. Me gusta oírlo decir.
-¿Quieres que continúe?

Nora asintió.
-Te mantuviste firms.No cediste-recordo a su madre. - De todos modos me hicieron prometer que no serias una carga.
-Y no lo he sido verdad. ¿verdad que no?

-Claro que no.Tus manos fuertes y tu cabeza sabia compensan por la pierna tullida. Fuiste una ayudante robusta y segura en el taller de tejido;todas las tejedoras lo dicen. Y una pierna torcida no tiene ninguna importancia frente a tu inteligencia,¡Las historias que cuentas de niños,las cosas que inventas con palabras y bordas hilos!
¡Como bordas! No se parece en nada a todo lo que yo he visto hacer. ¡No tiene ni comparación con lo que se hacer yo!-su madre hizo una pausa y se rio-. Ya basta. No me hagas cantar tus alabanzas.
Acuerdate de que eres una niña, y muchas veces testadura:esta misma mañana,Nora,se te olvidó limpiar la barranca, aunque lo habías prometido.

-Mañana no se me olvidará-dijo Nora soñolienta, arrimandose a su madre,arrimandose al jargon, donde dormían y buscando una postura más cómoda  para la pierna torcida-. Lo prometo.

          * * *

Pero ahora no habia nadie que la ayudase. No le quedaba familia y tampoco en el pueblo era una persona muy útil. Su trabajo de todos los días habia consistido en ayudar en el taller de tejido, recogiendo las hilachas y los sobrantes;pero la pierna torcida le restaba valor como trabajadora, e incluso como futura compañera de un hombre.

En Busca Del AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora