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-Está niña debería haber sido llevada al Campo cuando nació y aún no tenía nombre. Es lo que se hace.

-Continúa -dijo el Guardián Mayor.

-Era imperfecta. Y además no tenía padre. No debió ser conservada.

"Pero yo era fuerte. Y había viveza en mis ojos. Mi madre me lo decía. Ella no me dejo ir".

Nora cambió de apoyo para dar descanso a la pierna torcida, y recordando la historia de su nacimiento se preguntó si tendría oportunidad de contarla allí. "Yo apretaba el pulgar de mi madre con tanta fuerza... ".

-Todos hemos tolerado su presencia durante años -siguió Vandara-. Pero ella no ha contribuido. No puede cavar ni plantar ni escardar, ni siquiera atender a los animales domésticos como otras chicas de su edad. Va arrastrando esa pierna muerta en como un fardo inútil. Es lenta y come mucho.

El Consejo de Guardianes escuchaba con atención. Nora notó que se ponía colorada de vergüenza. Era verdad que comía mucho. Era verdad todo lo que estaba diciendo su acusadora.

"Puedo intentar comer menos. Puedo pasar hambre. Mentalmente iba preparando su defensa, pero sentía que sería débil y quejicosa ".

-Fue conservada , en contra de las reglas, porque su abuelo vivía aún y tenía poder. Pero hace mucho tiempo que él dejó de existir, y que le sustituyó un nuevo jefe con más poder y sabiduría...
 
Vandara se deshizo en elogios para reforzar su caso, y Nora miró al Guardián Mayor para ver si se dejaba influir por la adulación. Pero su rostro era impasible.

  -A su padre le mataron las fieras cuando ella aún no había nacido. Ya ahora su madre ha muerto -prosiguió Vandara-. E incluso hay motivos para creer que su madre pudo portar una enfermedad que ponga en peligro a otros...

  ¡No! ¡Ella fue la única que enfermó! ¡Miradme! ¡Yo estaba junto a ella cuando murió, y no estoy enferma!

-...y las mujeres necesitan él lugar donde estaba su barranca.No hay sitio para esta niña inútil. No se puede casar. Nadie quiere a una tullida. Ocupa espacio y gasta comida,y causa problemas de disciplina con los niños, porque les cuenta historias y les enseña juegos, y d ese modo alborota y molestan en él trabajo...

El Guardián Mayor hizo un gesto con la mano.

-Es suficiente -declaró.

Vandara fruncido él ceño, hizo una ligera reverencia y no dijo más.

El Guardián Mayor paseó la vista por la mesa, como pidiendo comentarios o preguntas a los otro once. Uno por uno le respondieron con gesto de asentimiento, pero nadie dijo nada.

  -Nora -dijo él guardián de pelo blanco-, como niña bisílaba, no tienes que defenderte.

  -¿No tengo que defenderme? Pero... -Nota tenía pensado hacer otra reverencia, pero con él apuro se le olvidó. Se acordó al momento, pero entonces le salió torpe y forzada.

Él movió la mano otra vez para indicarle que debía guardar silencio. Ella hizo un esfuerzo y le escuchó.

En Busca Del AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora