-¿Deseas hablar? -preguntó a Nora por tercera vez. Por tercera vez ella negó con la cabeza. Estaba cansadísima.
-Podéis sentaros -dijo el Guardián Mayor a Nora y Vandara-. Se os servirá un almuerzo.
Nora agradecida,se derrumbó sobre el banco más próximo y se frotó con una mano la pierna, que le latía. Vio que Vandara, al otro lado del pasillo central,saludaba con una reverencia
-"¡se me ha vuelto a olvidar!¡Me debería haberme inclinado!" -antes de sentarse con gesto impasible.El Guardián Mayor bajó los ojos a sus papeles.
-Hay cinco cargos más -dijo. Los examinaremos y dictaremos sentencia después de comer.
Vino el ujier con él almuerzo y puso un plato delante de Nora. Ella vio y olió pollo asado pan recién con semillas por encima. Hacía días que sólo comía verduras crudas, y muchos meses que no probaba él pollo. Pero aún le parecía oír la voz aguada de Vandara con su venenosa acusación:"Come mucho".
Temiendo las posibles consecuencias de exteriorizar él hambre que tenía, a fuerza de voluntad se limitó a comisquear un poco del tentador almuerzo. Después aparto él plato medio lleno y bebió agua de la taza que le habían traído. Cansada, todavía hambrienta y asustada, acarició él trapito de su bolsillo y esperó a la siguiente ronda de acusaciones.
* * *
Los doce guardianes habían salido por una puerta lateral, para dirigirse a un comedor privado. Al cabo de un rato de descanso. El juicio, dijieron, se reanudaría cuando la campana tocara dos veces. Vandara se levantó y salió de la sala. Nora guardó un momento;luego se fue hasta la puerta, recorrió el largo vestíbulo y salió del Edificio del Consejo.
En el mundo no había cambiado nada. La gente iba y venía, trabajaban en sus cosas y discutía a gritos. Oyó alboroto en el mercado:las mujeres daban voces quejándose de los precios y los vendedores contestaban a voces también.
Los bebés lloraban,los niños reñían, los perros vagabundos gruñían y se amenazaban peleándose por los desperdicios.
Mat pasó corriendo con otros niños. Al ver a Nora titubeó, se detuvo y se acercó.
-Tenemos trucos para ti -bisbiseó-. Yo y otros niñus hemos hechu un monton. Luego empezamus la barranca si tu quieres -hizo una pausa, curioso-. Si te hace falta barranca quieru decir. ¿Qué pasa ahí adentro?
Así que Mat estaba enterado del juicio. No era de extrañar;no se le escapaba más de lo que pasaba en el pueblo. Nora se encogió de hombros aparentando indiferencia. No quería que notase que estaba muy asustada.
-Hablan y hablan-dijo.
-¿Y está ésa? ¿La de la cicatriz hurrible?
Nora sabía a quién se refería.
-Sí. Es la acusadora.
-Es dura es Vandara. Diz que mató a su hiju. Diz que le hizo comer la adelfa. Diz que se sentó con él y le tuvo agarrada la cabeza hasta que se la comió, y eso que él no quería.
Nora no conocía aquella historia.
-Se averiguó que fue un accidente -recordó a Mat, aunque ella tenía sus dudas-.
También otros niños han comido adelfas. Es un peligro dejar que una planta venenosa crezca en cualquier lado. Deberían arrancarlas todas para que no estén al alcance de los niños.Mat meneó la cabeza.
-Ha de haberlas para que aprendamus -señalo-. Mi madre diome una bofetada cuando la toqué. Pensé que partíame el cuellu, de la bofetada que me dio. Así aprendí lo de la adelfa.
-Bien, pues el Consejo de Guardianes juzgó a Vandara y dijo que no había sido culpa suya-repitió Nora.
-Pues dura sí que es. Diz que por la hurrible herida. Que el dolor hízola cruel.
"A mí el dolor me hizo orgullosa", pensó Nora, pero no lo dijo.
-¿Y cuándo acabas?
-Hoy, más tarde.
-Hemos de trabajar en tu barranca. Mis compás ayudarán.
-Gracias Mat -dijo Nora-. Eres un buen amigo.
Él puso cara de vergüenza.
-Has de tener una barranca -y se dispuso a salir corriendo tras los otros-. Y nos contarás las historias, ya verás. Has de tener donde contarlas.
Nora, sonriendo,le vio alejarse a toda velocidad. La campana que había en lo alto del Edificio del Consejo tocó dos veces, y Nora volvió a entrar.
* * *
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En Busca Del Azul
Teen FictionLIBRO II 1-El dador de los recuerdos 2-En busca de azul