-De modo que podemos dejar a un lado la aseveración de que es lo que hace -declaró Jacobo con rotundidad-.No tiene porque ser lo que se haga siempre.Es mi defensor.¡Quizá encuentre la manera de que me dejen vivir!
-¿Quieres hablar? -le preguntó él defensor.
Tocando él trapito,Nora negó con la cabeza.
El siguió adelante, consultando sus notas.
-"Era imperfecta. Y además no tenía padre. No debió ser conservada".
La segunda repetición dolía, porque era verdad. También le dolía la pierna. Nora no estaba acostumbrada a estar tanto tiempo quieta d pie. Intentó variar él apoyo para aliviar de peso él lado malo.
-Estas acusaciones son ciertas -dijo Jacobo, repitiendo con su voz tranquila lo que era obvio-. La niña Norte nació imperfecta. Tenía un defecto visible e incurable.
Los guardianes la miraban fijamente. También Vandara, con desprecio. Nora estaba acostumbrada a que la gente la mirase. Durante toda su infancia la habían señalado con el dedo.
Con su madre como maestra y guía, había aprendido a tener la cabeza alta. Así la tenía ahora,mirando a sus jueces a los ojos.-"Y además no tenia padre" -continuó Jacobo.
En la memoria de Nora resonó la voz de su madre explicándoselo. Era pequeña entonces, y no entendía por qué nunca había tenido padre.
"El no volvió de la cacería. Fue antes de que tu nacieras",le dijo su madre. "Se lo llevaron las fieras".
Jacobo repitió las palabras de su pensamiento, a su padre se lo llevaron las fieras -explicó.
El Guardián Mayor alzó la vista de sus papales, y volviéndose hacia el resto de la mesa interrumpió a Jacobo:
-Su padre era Cristóbal. Fue un cazador excelente, uno de los mejores. Algunos de vosotros seguramente lo recordareis.
Varios asistieron, y también su defensor asintió.
-Yo estaba en la partida de caza aquel día-dijo-. Yo vi cómo se lo llevaron.
"¿Tú viste cómo se lo llevaron a mi padre?". Nora no habia sabido nunca de los detalles de la tragedia. Solo sabía lo que su madre le había contado. Pero aquel hombre lo habia conocido a su padre. ¡Aquel hombre había estado allí!
"¿Tuvo miedo? ¿Tuvo miedo mi padre?". Era una pregunta extraña, espontánea, y Nora no la hizo en voz alta. Ella sí que tenía miedo.
Sintió el odio de Vandara como la presencia a su lado. Sintió como si se la llevaran las fieras, como si estuviera a punto de morir. Se preguntó cómo había sido ese momento para su padre.
-También aquí es de aplicación la tercera enmienda -declaró Jacobo-. A la acusación de que no debio ser conservada, yo respondo que, de conformidad con la tercera enmienda, se pueden hacer excepciones.
El Guardián Mayor asintió.
- Su padre fue un cazador excelente-volvió a decir. Los demás de la mesa, siguiendo su ejemplo, murmuraron expresiónes de conformidad.
-¿Quieres hablar?-le preguntaron. De nuevo ella negó con la cabeza. De nuevo se sintió, de momento, salvanda.-"Pero ella no ha contribuido"-leyó Jacobo-. "No puede cavar ni plantar ni escardar, ni siquiera atender a los animales domésticos como las otras chicas de su edad. Va arrastrando esa pierna muerta como un fardo inútil. Es lenta"-continuó, y Nora vio que se le insinuaba una sonrisa al concluir-:"y come mucho".
Calló un instante, y seguidamente dijo:
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En Busca Del Azul
Teen FictionLIBRO II 1-El dador de los recuerdos 2-En busca de azul