Sorpresa

877 96 4
                                    

Pov.Anastasia:
Ha pasado un mes desde que Peeta y Katniss se casaron. Se les ve muy felices y me alegro mucho por eso ya que se lo merecen.
Edward y Bella se han vuelto a comprometer y ya han empezado a preparar las cosas para la boda. Y yo con Christian me siento la mujer más feliz del universo. Lo amo con locura y sé que él también me ama por la manera por la que se preocupa por mi y los bebés o simplemente por el hecho de que quiere complacer cada uno de mis caprichos.
Ya me falta poco para que mis hijitos nazcan y ya no puedo ni esperar para tenerlos entre mis brazos.
En estos momentos estoy preparándome para salir con Chris a algún lado que por cierto no sé ya que el señor Mellark no quiere decirme.
Me puse unos pantalones negros algo anchos y una blusa azul holgada para que me entre mi enorme vientre.
Sinceramente he engordado mogollón desde que he estoy embarazada. Parezco un puto balón de playa.
Mi pelo me lo recogí en una coleta alta y como de costumbre nada de maquillaje.
-Mellark-lo llamé para que me ayudara a ponerme mis converse azules ya que con la enorme barriga no llegó ni a las rodillas.
En cuestión de segundo Christian ya estaba entrando por la puerta de nuestro dormitorio que fue testigo de tantas cosas.
-Dime amor-me incitó a hablar mientras se me acercaba.
-Ayúdame a poner las converse que con la bola de playa que llevó en la barriga no llegó a ponermelas-le pedí o mejor dicho ordené y antes de que terminará de hablar él ya estaba poniéndome los calcetines.
Cuando terminó de ponerme las converse se quedo de rodillas ya que yo estaba sentada en nuestra cama se acercó a barriga y empezó a hablar como hace siempre con nuestros hijos.
-Niños no os portáis mal con mamá y no pidáis mucho esta tarde-pidió el a nuestros futuros hijos-Tened piededad que soy yo el que tiene que lidiar con vuestra madre.  
-Oye-le repliqué cómo niña pequeña.
-Sabés que te amo cariño-me dijo él con una sonrisa inocente.
Lo cogí de la cara y junte nuestros labios en un dulce beso que él correspondió encantado.
-Yo también te amo mi niño-le dije cuando rompimos el beso.
-Lo sé princesa-me dijo él levantándose del suelo y ayudándome a levantarme a mi-Vamos.
Nada más decir eso entrelazo nuestros dedos y empezó a andar conmigo hacía la salida de nuestro apartamento.
Cuando llegamos hacía el R8 de Christian y él como todo un caballero me abrió la puerta del copiloto para poder subir no sin su ayuda ya que mi enorme vientre me dificulta el movimiento. Después de que yo suba al coche él lo rodeó para subir al sitio del copiloto y empezó a conducir.
Llevamos ya unos veinte minutos en el coche y aún no sabía a donde íbamos por lo que la curiosidad empezó a devorarme por dentro y decidí preguntarle a mi querido esposo.
-Amor-lo llamé en busca de su atención.
-Dime cielo-me incitó a hablar sin apartar la mirada de la carretera.
-¿A dónde vamos?-le pregunte
directa al grano.
-Ahh sorpresa-me dijo él sonriente.
-Dimeee por faaas-le pedí como niña pequeña.
-Pronto llegamos y lo sabrás-me dijo sonriente y después de eso el silencio volvió a reinar entre nosotros. Pero no era un silencio
incomodo sino uno muy cómodo.
Me giré y empecé a observar a mi marido con atención agradeciendo en mi interior a mi padre y suegro por darme la oportunidad de estar con un hombre como Christian.
Iba como siempre guapísimo con unos pantalones azul marino, una camisa negra, una americana por encima azul marino del mismo tono de los pantalones y para finalizar unas vans negras. Su pelo indomable estaba despeinado y rebelde como siempre haciendo que este más sexy si eso es posible claro.
-Anastasia Mellark deja de devorarme con la mirada-dijo él sin apartar la mirada de la carretera haciendo que me sonroje pero no aparté la mirada. Es mi marido tengo ese derecho así que puedo observarlo todo lo que quiera.
-Es que eres muy guapo-le dije inocentemente sacándole una de esas preciosas sonrisas suyas que hacían que sienta como que me derrito.
-Aquí la guapa eres tu mi amor-me alago dándome un beso en el dorso de la mano.
En unos minutos más llegamos delante de una preciosa mansión. Estaba desconcertada y no sabia que hacemos ahí pero confío en mi esposo.
Christian me abrió caballerosamente la puerta y me ayudó a bajar del coche. Cuando salí del coche nos empezamos a dirigir hacia la mansión pero antes de entrar Christian me vendó los ojos y empezó a guiarme hacía el interior.
Sentí que subíamos unas escaleras y andamos por un pasillo hasta que de repente Chris me detuvo.
Me quito el pañuelo con el que me había vendado los ojos y cuando miré al frente me quedé sin aliento.
Delate de mi había una preciosa habitaciones con las paredes del lado derecho pintadas de rosa pero del lado izquierdo de azul. Había en ella dos hermosas cunas hechas de madera buena. En las paredes había un montón de dibujos animados plasmados y en la habitación había mogollón d peluches y preciosos juguetes. Pero lo que más llamó mi atención fueron las fotos que había en las cómodas que había al lado de cada cuna. Había fotos de Christian y yo embarazada, ecografias de los niños que estuve buscando y que creí pérdidas y una foto de toda la familia unida el día de nuestra boda.
-Wow-dije sin aliento.
-Esta es nuestra nueva casa y esta será la habitación de nuestros hijos.
Espero que les guste y me lo comenten.
Si son fans de 50 sombras de Grey pasaros por mi historia Casada con el odioso Grey.
Gracias por leer.

Amor destinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora