E D U N| TERMINADA.

Veintinueve

ADVERTENCIA: Este capítulo contiene contenido explícito. Las escenas que leerán a continuación son sumamente fuertes y un poco traumantes. No es recomendado para  menores de 17 años.

(Si lo lees siendo menor de la edad anteriormente recomendada, es bajo tu yugo responsabilidad)

~*~
POV'S CALEB.

Parker miraba hacia la carretera mientras pasábamos por las calles de Londres. Mis fosas nasales se expandían debido a mi agitada respiración y me encontraba molesto ya que estaba seguro de que hoy necesitaría a Hunter para completar nuestro objetivo. Me encabronaba la idea de él postrado en una cama ya que después de todo es mi mejor amigo y estaba seguro de que a él también le gustaría participar en nuestra venganza contra Pacífico. Aun así, me calmaba la idea de saber que en unos días  ya podría nuevamente reintegrarse.

Kattie estaciono bruscamente a unos metros de la humilde casa y apago el auto. Tras unos segundos en silencio bajo la ventana para asomar su vista, luego de un rato volvió a adentrarse.

-Andando-murmuro al tiempo que salía disparada hacia afuera, los demás chicos fueron bajando uno por uno para rodear el auto en mi protección. Tome mi arma entre las manos para acomodar una cantidad de balas en ellas y luego de ponerme un chaleco antibalas baje más despacio.

-¿Quién vive acá?-preguntó Eleanor observando la zona.

-Isabel Blanco-respondí tranquilamente-Madre de Inmaculada. Es hora.

Caminamos con sigilo hacia el frente de la casa donde ya hacia la gran limusina de Inmaculada Blanco y por ende unos guardias los cual supuse que se encontrarían con ella adentro. Hice una seña a los chicos para que siguieran andando. Ellos rodearon cada esquina de la casa buscando algún lugar para poder entrar.

-Lo haremos a la antigua-dije provocando que ellos me observarán sorprendidos.

Caminamos hacia la puerta y tocamos. Oímos unos pasos que se acercaban poco a poco y sonreí, la venganza estaba cerca. La puerta se abrió y apareció un chico moreno frente a ella. En ese instante, Alice dio un paso hacia atrás mientras el chico nos escaneaba perplejo con la mirada.

Yo aún no caía en cuenta hasta que escuche como Eleanor susurraba sorprendida:

-Alexander...

Sonreí al ver que la bala había caído justamente en el pecho de el hombre que hace un minuto me disparaba, gire la cabeza rápidamente y comencé a correr junto con Andy.

-Tenemos que hacer algo-gruñó él deteniéndose-Son unos 27 y nosotros solo 4. Bueno, 3, Hunter probablemente esta muerto.

-Podremos manejarlo-sonrío Alexander recargando su arma-podrán ser una multitud, pero si no sabes cómo usar esto-meneo lo que traía en las manos frente a nuestros ojos-están acabados.

-Nos darán por el culo-comento Andy frustrado.

-Nunca le hemos tenido miedo a la muerte-dije en tono seco-y no temeremos ahora.

-¿Qué tienes en mente?.

-Haré un trato con Pacífico. Solo él y yo, jugaremos a muerte.

Alexander rió-¿Intentarás matar al blanco?

-¿Me estás retando?-gruñí.

Negó suavemente con la cabeza-No. Solo digo, hay que tener los cojones suficientes para hacerlo.

-Los tengo y bien puestos-asegure-Escucha, desde un principio vinimos acá con ese objetivo. ¿Lo sabes, no?.

-Si. Solo pensé que no llegaríamos tan lejos.