Capítulo 33

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Han pasado 2 meses y medio desde que me mudé con los chicos y Ana, se ha convertido en mi mejor amiga. No he vuelto a hablar con Alex, ni lo voy a hacer, cuando este dispuesto a pedir perdón hablaremos, Laura llamaba casi todos los días me intentaba convencer de que debía volver y hablar con él las cosas. También me dejó claro que Álex había perdido totalmente él rumbo, se había vuelto insoportable, pero me daba igual, no iba a ceder.

Hoy tengo que volver a casa y no estoy segura de si quiero, estoy muy bien aquí, me quieren y me cuidan como si fuese una reina, además tengo un trabajo que adoro. Estoy feliz de mi regalo para Laura ya que va a ser el mejor que reciba, la regalaré el reencuentro con Ana, eran las mejores amigas y ahora ellas son mis dos mejores amigas.

Preparé la maleta con ayuda de Ana, solo metí dos pantalones, tres camisetas y las zapatillas. Me acompañaron al aeropuerto para despedirnos ahí.

-Maddie que tengas un buen viaje y en dos días nos vemos. Llamame cuando llegues, estaré atenta del móvil.

-Lo haré, no te preocupes, en cuanto me baje del avión te llamo para asegurarte que he llegado bien.

Besó mi mejilla y me abrazaron todos. Me subí al avión y partimos hacia Madrid, me puse los cascos y empecé a escuchar música que llevaba descargada en el móvil.

Al llegar a Madrid la azafata me despertó y baje del avión. Empecé a andar por el aeropuerto en busca de los chicos o del chofer para recogerme. Me senté en un banco a esperar mientras hablaba con Ana sobre que ya había llegado, también la dije que no había nadie para recogerme, que me habían dejado abandonada en el aeropuerto.

Después de 3 horas esperando llegaron Cristian y Laura. Colgué a Ana y la dije que la llamaría en la noche. Estaba enfadadisima por hacerme esperar, si me hubieran dicho que iban a tardar tanto había llamado a un taxi o al chófer para ir a casa.

Fui con ellos, les di un beso en la mejilla a cada uno y nos subimos al coche.

-Mad. ¿Estás enfadada?

-No. ¿Por qué debería estarlo? Solo llevo tres horas esperando en el aeropuerto.

-Siento haber llegado tarde, estábamos preparando todo lo de la boda y nos olvidamos de que debíamos venir a recogerte. Perdonanos prima.

No contesté sólo le mire a través del espejo retrovisor, sonreí como disculpandoles y nos fuimos a casa. Por el camino me fueron contando como había ido rodo, aunque estaba al tanto de muchas cosas por haber seguido en contacto con Laura.

Al llegar entre en casa y corrí a la habitación de mi hermano, estaba durmiendo, mire la hora, las 12:15. Pues ya era hora de despertarse, me senté sobre su espalda y le tape sus hermosos ojos, se despertó y empezó a hacerme preguntas, no le contesté sabía que por la voz me reconocería, así que no podía hablar. Prometió no girarse, cogió una de mis manos y la acercó a su nariz, la olió.

-Eres mi pequeña bailarina profesional.

Me volteo y comenzó a hacerme cosquillas y después de unos segundos frenó y me abrazó fuertemente con un par de lágrimas en los ojos, Ismael me las secó y siguió abrazandome.

-Te echaba muchísimo de menos, estos dos meses han sido raros sin ti.

Después de un rato nos levantamos de la cama y bajamos otra vez al salón, allí estaba Alex.

-Buenos días señor Alexander -me dolió mucho decirle eso, jamás le llamo por su nombre completo- ¿que tal va todo por estas tierras?

-Por favor Madison puedes venir conmigo a la habitación, necesito hablar contigo.

Asenti poco segura, se me haría muy duro hablar con él, le echaba de menos y simplemente el hecho de verlo me volvía débil. Entramos en la habitación y cerró la puerta.

-Pequeña, quiero que te quedes aquí, te lo pido por favor. Ya me has demostrado que eres capaz de hacer las cosas solas. Pero te pido por favor que te quedes.

-Pídeme perdón y me quedaré. Mi oferta es la misma.

-No pediré perdón por algo que no tiene sentido. Fue una tontería, una discusión de enamorados.

-Fue una tontería para ti, pero para mí no es. No te hice nada malo y te pedí perdón por irme, ahora sólo te pido que lo hagas tú. Lo único malo que hice aquella tarde fue decirte que necesitaba tiempo y tú al contrario de lo que te pedí, te enfadaste y te alejaste de mí. No estas siendo para nada justo.

Salí de la habitación llorando, abracé a mi hermano y le pedí que nos fuésemos fuera, no quería seguir viendo ni escuchando a Alex. Se sentó en el columpio y yo con él, empezó a balancearse lentamente mientras me acariciaba él pelo con mucha suavidad, me quedaba dormida sobre él, es tan hermoso, mi hermano es todo lo que necesito en la vida para ser feliz. Le adoro.

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