Cuando desperté vi que estaba en la habitación del hospital. Mire a mi alrededor hasta que conecte con la mirada de mi hermoso primo. Sonreí y el me devolvió la sonrisa para luego aproximarse y besarme la frente. Retiré la mascarilla de oxígeno de mi cara.
-No te la quites pequeña. Que susto nos distes. ¿Que tal estas? ¿Te duele algo?
-No te preocupes, me siento bien. Un poco cansada y ahogada, pero no me duele nada.
Estuve hablando con el hasta que llegaron todos, igual que hizo Cristian anteriormente besaron mi frente, excepto Alex que me dio un suave beso en los labios haciéndome sentir en una nube. Pero todo lo bonito acaba, Darío llego a los pocos minutos con una bandeja de comida, no tenía apenas hambre, pero en el fondo no quería discutir con nadie. Me pusieron la bandeja en la mesa y la abrieron, olía bien. Era sopa, merluza, ensalada y fresas. La sopa vale y las fresas también pero no pensaba por nada del mundo comer pescado y ensalada. Mucho que la aguanto en casa y no protesto pero aquí ni de coña, no me lo iba a comer.
Comencé a comer la sopa, sabía bien, pero cuando llego el momento de la merluza empezó la discusión.
-Madison por favor comete el pescado. Tiene hierro y lo necesitas.
-No me lo voy a comer. Así que no insistas. ¡No me gusta!
-Hermanita, cometelo, no quiero tener que enfadarme.
-Que pesados sois. No es no. - sin darme cuenta golpee la bandeja provocando que la poca sopa que había, el pescado y las fresas se cayeran. - has visto lo que habéis provocado.
Alex me miro con mala cara y yo a él aun peor. De verdad quería comerme las fresas.
Dario llego a la habitación a los pocos minutos al escuchar el escándalo que teníamos montado, nos pidió silencio y ahí fue cuando se dio cuenta donde habían acabado toda la comida. No tenía cara de haberle gustado la imagen de toda la comida tirada por el suelo. Me disculpe con él, ya que esa no había sido mi intención en ningún momento.
-No quería que esto pasará Darío, ha sido un accidente, te lo prometo.
Me levante de la cama y comencé a recoger todo con las pocas fuerzas que tenía. Lo puse todo encima de la bandeja e intente incorporarme para entregarsela, mis piernas flaquearon un poco de nuevo, pero con ayuda de Ismael conseguí ponerme de nuevo de pie, mi respiración era entrecortada. Me daba rabia estar tan débil, solo el estar de pie me cansaba. Me senté en la cama y regule mi respiración antes de poder hablar.
-Toma Dario, lo siento mucho.
-Tranquila pequeña. No pasa nada. Con el pescado no hay solución, pero ¿quieres que lavemos las fresas y te las comes?
Asenti y me tumbe en la cama otra vez. Dario volvió a ponerme otra vez la mascarilla que me proporcionaba oxígeno, recordandome que no debía quitarmela, lavo las frutas y las puso de nuevo delante mía con una media sonrisa.
-Madison cuando termines las fresas, vuelves a colocarte otra vez el oxígeno. En un rato paso de nuevo a verte.
Asentí y me comí las fresas, echaba de menos ese sabor. Al terminar volví a colocarme otra vez el oxígeno.
La tarde paso rápidamente, disfrute mucho de la compañía de mi familia, Alex pidió disculpas por hablarme así, al igual que mi hermano. Cristian, Laura y los demás jugaron un rato conmigo, aunque no fueran más de una o dos horas ya que tenía demasiado sueño.
A la mañana siguiente quise salir a dar un paseo por el hospital, camine despacio por todo el edificio, pero al pasar por una de las salas donde había un montón de niños jugando y riendo me acorde de las chicas, del internado, decidí que cuando saliera de aquí iría a verlas. Hace ya mucho que no voy, y la prometí a Nayara que iría a verlas pronto.
Sentí unas manos en mi espalda, me voltee y ahí estaba Aitor, me aleje de su tacto rápidamente, no quería que por nada del mundo ese chico me tocará, que gracias a él estoy viva si pero que por su culpa estoy aquí también.
-Lo siento, no quería asustaste ¿Que haces por aquí?
-No pasa nada. He salido a dar un paseo y al ver a todos estos niños y niñas me he acordado de cuando yo iba al Internado. Quiero ir a ver a las chicas allí, las dije que iría y no he vuelto ya sea por trabajo, olvidarme, boda, o simplemente por no haber estado en España.
-Mad, si te saco de aquí ¿me perdonas y olvidamos lo pasado?
Negué con la cabeza, fui a tocar su hombro con mi mano, pero rápidamente me arrepentí y volví a la habitación. Aitor se cree que es tan fácil olvidar algo como lo que ocurrió. Al principio iba bien, ya casi le había perdonado. Pero al intentar chantajearme me ha demostrado que no quiere mi amistad y perdón si no deshacerse del peso que le conlleva lo que hizo y eso es algo que le va a tener que acompañar toda la vida.
Me tumbe en la cama, necesitaba descansar un poco. Llevo bastante tiempo de pie.
Después de un rato en la habitación llegaron todos, Dario también venía y eso podía ser bueno o malo. Se aproximó a mí y me sonrió de medio lado. Mire a mi hermano y a Alex que forzaron también una sonrisa, pero eran falsas.
-Chicos ¿que pasa? Estáis todos muy raros.
-Madison, lo primero que te pido es que no te alterés, que intentes mantener la calma lo máximo posible. Después de hacerte unas cuantas analíticas, pruebas... Queremos que te quedes ingresada un par de semanas porque hemos encontrado algo que nos descuadra un poco en tus pruebas.
Vi como en los ojos de Alex brillaba la furia y la rabia. No estaba entendiendo nada de lo que estaba pasando. Hasta que algo rondo mi mente. No lo creía posible, ya que...
ESTÁS LEYENDO
Internado
Teen FictionMadison es una chica con 16 años que es mandada a un internado solo para mujeres desde sus 13, y el futuro que la aguarda no sabe como sera y nos cuenta su historia desde los 13 años (el accidente de sus padres) hasta su presente...