Internado

Capítulo 59

Mi mejor amiga moría horas después de haberla subido a la planta. Todos estábamos sentados a su alrededor, era momento de abrir las cartas, cada uno abrimos la nuestra y comenzamos a leerlas. Leí cada una de las palabras que ponían en ese papel mientras las lágrimas corrían por mis mejillas, tenía un nudo en la garganta, no podía con esto, ella es mi mejor amiga, mi aliada, mi princesa. No me queria creer lo acababa de pasar delante de mis narices, no era posible. Ella debía seguir luchando por su vida, pero no lo hizo. Quiero decir la que no voy a viajar si no es con ella, no lo haría. No podía. Bese su mejilla ahora blanca y salí del dormitorio para poder llorar tranquilamente. Todo acababa aquí.
Narra Aitor.
Rocio murió horas después de que la subieran a planta, leí la carta junto a Héctor ya que su carta y la mía estaban unidas. Queria morirme ella se disculpaba por no haberme dado un hijo, se disculpaba con Héctor por las palabras que le dijo y el solo negaba mientras lloraba. Yo me negaba a ver la realidad, la miraba y esperaba que abriera sus hermosos ojos.
Aitor: Princesa no habrá nadie como tú. Pero intentaré hacer lo que me pides. Te quiero.
Salí tras Héctor y nos abrazamos en la puerta entre lagrimas. Nos negabamos a que esto fuera real.
Narra Ismael.
Abrí la carta que mi hermana había dejado para mi, Ana y mi hija. Me senté junto a ella y leí la carta en voz alta para que ella escuchara todas las palabras, las lágrimas no dejaban de correr por nuestras mejillas y ya me costaba leer cuando solo llevaba la mitad, se me hizo muy duro. Tras leer bese los labios de Ana y seque sus lágrimas.
Ismael: Yo también te necesito, por favor vuelve. No te vallas yo te quiero.
Bese su mejilla y me levante de la silla, abrace por los hombros a Ana y deje que ella se desahogara tranquilamente.
Narra Ana.
No me creía lo que acababa de escuchar, no era posible, no era verdad. Ahora que la había recuperado ella se volvía a alejarme de mi, y esta vez era definitiva. Esta ve, no iba a volver como lo hizo la anterior vez.
Me solté de Ismael y camine hasta ella, abrace su cuerpo entre mis brazos y llore fuertemente, la pedía que volviera pero eso no era posible. Todo había acabado. Volví con Isma pero antes acaricie la cara de mi amiga y bese su hermosa frente.
Narra Laura.
Tras haber leído la carta Ismael, abrí yo la nuestra, la leímos los dos en silencio sentados juntos, yo tras leer esas palabras llore, lo sabía. Y aún así nos dejó, había dejado a una...perdon a dos niñas sin su tía, sin esa persona que apoyaría todas sus locuras. La que le enseñaría que la vida no era color de rosa, que a veces puede ser gris, pero que siempre se puede superar. Aunque ella no pudo. Hablaré a mi hija de como era Rocio, de como nos conocimos de como nos queríamos, de que para mi fue como mi hermana y de todas nuestras aventuras.
Encondi mi cabeza entre mis piernas mientras lloraba. Pero no me esperaba lo que pasaría segundos después. Ella tenía razón.
Narra Cristian.
Leí la carta junto a Laura, cada una de sus palabras dolían un poco más que la anterior, me dolía saber que Laura estaba embarazada y ella no vería esto, que ella que siempre que amo tener una sobrina no iba a vivirlo. Me sentía mal por esto, debí haberme dado más prisa.
Laura lloraba desconsolada. Y me dolía verme así. No sabía como sentirme realmente estaba feliz por Laura pero destrozado por mi prima, ella que lo fue todo para mi, la cual me acompaño en todo momento, la que me presentó al amor de mi vida. La necesito.
Cristian: ¡Nooooooo! ¿Por que lo tuviste que hacer? ¿No eramos suficiente para ti? ¿No podías pedir ayuda? Primita, vuelve. No me dejes, no ahora. Por favor.
Sentí los brazos de Laura agarrarme y alejarme del cuerpo de mi prima, pero tuvo que pedir ayuda a Ismael para alejarme de ella. Me sacaron de allí y me llevaron hasta la puerta y ahí me intentaron calmar.