Subí a la habitación tras haber estado "hablando" con mi hermano, ya cualquier contacto físico en mi contra provocaba una sensación de amargura. El tras eso se disculpo y entiendo que es algo natural pero no me resulta cómodo.
Al rato de estar tumbada en la cama escuche como alguien entraba en la habitación, sabia de sobra que era Cristian, su perfume y su forma de entrar son inconfundibles. Y me volví para mirarle.
-Primita ¿puedo entrar? -asentí- no puedes estar asi toda la vida. Por favor baja a desayunar algo, tienes que alimentar a tu cuerpo. No queremos que enfermes.
-Cristian si solo subes para eso te puedes ir. No voy a comer. Así que adiós.
-Por favor Madison. Se un poco madura y baja a comer algo. Luego cuando termines si quieres tener vuelves a subir y no te molestaremos, te lo prometo.
Bufé cansada de su insistencia y baje tras él. Al llegar al comedor me quedé bloqueada, solo de verle tenía ganas de llorar. Mire a Cristian y de nuevo a él.
Retrocedi lentamente alejándome de ellos, no sé cómo me había dejado engañar así.
-Pequeña ven. Te prometo que no permitiremos que te toque. Siéntate a desayunar con nosotros.
-Ismael. Esto es una encerrona, pensaba que no le dejarías entrar en casa después de lo que hizo.- Se levantó y se aproximó a mi- no me toques. Cristian no me esperaba esto de ti, pensé que me entendias y sabias que esto me duele.
-Maddie, yo no sabía nada. Llegaron después de subir yo a buscarte, si llego a saber que iban a estar aquí no te había hecho bajar. Yo no estoy de acuerdo con la idea de que esta sea la mejor forma de que superes tu miedo.
-Es cierto, Cristian ya había subido a la habitación cuando ellos llegaron, no sabía nada de esto.
-Princesa, desayunamos en la cocina si quieres.- asentí. -Vamos.
Fuimos a la cocina y me senté en una silla con Alex a mi lado y a los dos minutos se sentó también Cristian. Sonreí de lado al verle, pero no me sentía bien teniéndole conmigo en la cocina estando su esposa en el salón.
-Cristian agradezco que hayas venido y que apoyes que lo que están haciendo está mal, pero creo que debes irte con Laura, yo desayunaré un yogur y me subiré al dormitorio. - bese su mejilla- vamos, te veré luego cuando ellos se vallan.
-¿Segura pequeña? Que no me importa quedarme aquí contigo.
-Estaré bien, está Alex conmigo. Vete anda.
-Vale, me voy con los demás.
Besó mi cabeza con mucha ternura y salio de la cocina, me comí el yogur bajo la atenta mirada de Alex, al terminar subí al dormitorio como dije.
Cuando llegue arriba, cerré la puerta, me tumbe en la cama, pero el silencio que había me estaba estresando mucho. Me gusta la calma pero no ese silencio ensordecedor. Así que me levante y me vestí. Me puse unos vaqueros, una sudadera y unas bambas.
Después de vestirme salí de casa sin molestar a nadie, no quería a nadie cerca, necesitaba poder pensar a solas.
Monte en el coche y Roberto me saludo amablemente.-Buenos días señorita Madison, llevaba mucho tiempo sin verla. ¿A donde le llevo?
-Buenos días Roberto. Al cementerio por favor. Pero pasa primero por una floristería, debo comprar un ramo de flores.
Asintió y partimos hacia allí, llegamos y baje del coche, camine hasta donde estan enterrados mis padres y cambie las flores poniendo las nuevas. Me senté en la tumba de mis padres y cuando me quise dar cuenta estaba llorando como siempre que estoy allí. Me sentía culpable por llevar tanto tiempo sin ir, era casi un año desde la última vez.
Después de un buen rato se me pasó el sofocón y saque el móvil dándome cuenta que tenía 7 llamadas perdidas de mi hermano, Alex y Cristian. Eso solo podía significar problemas.
Primo Cristian.
-Hola Cristian, estoy en el cementerio, luego hablamos. No creo que tarde mucho en irme.
-Pequeña me tenías preocupado. En dos horas estoy allí para recogerte y traerte de nuevo a casa.
-Cristian por favor no vengas, quiero estar sola.
No me respondió al mensaje lo que significaba que mi petición sirvió de poco, acabaría viniendo igualmente.
Y como había dicho dos horas después estaba allí para recogerme, regaño a Roberto por traerme sin haber avisado a ninguno de ellos, pero le dije que no era necesario ponerse así. Que yo estaba bien y que yo había sido la que le había pedido que me trajera y él no tenía porque saber si estaban informados o no. Con el venían Héctor y Alex que me abrazaron al verme. Los aleje de mí, no quería que me tocarán.
-Madison, vamos a ir a ver a mi tía y a mi padre. Necesitas ayuda, esto no puede seguir así.
-Alex por favor, no me hagas esto. No quiero ir. Prometo intentar mejorar.
-Mi niña se que no te gusta la idea, pero es lo mejor. Necesitas que alguien te dé consejo y te intente ayudar en esto. No puedo permitir...
-¿Que es lo que no entiendes de no voy a ir? Es mi decisión.
Alex no insistió más. Sabía que no conseguiría nada discutiendo conmigo sobre este tema.
Volvimos a casa y entre, todos me abrazaron al verme. Laura y Ana no paraban de repetirme lo preocupadas que estaban por mí y lo mucho que se asustaron al ver que no estaba en casa.
-Madison ¿podemos hablar? Te prometo que no te haré nada. Tendré a alguien delante si es necesario.
-No, no quiero hablar contigo. No quiero ni escuchar tu voz.
-Por favor Madison, si no te parece bien lo que te diga me iré.
-Vale, vallamos al salón. Quiero que todos estén delante. Quiero que todos sepan lo mierda que eres.
Fuimos hasta el salón donde estaban todos sentados, nosotros también nos sentamos. Aitor me pidió disculpas por todo, por lo de aquel día, por lo que me había echo. Culpó al miedo, dijo que eso lo había controlado y que nunca quiso hacerme daño.
-Entonces, ¿me perdonas?
-No, querría hacerlo. Pero de momento no puedo. Lo siento. Te odio demasiado.
-Lo siento mucho de verdad. No quise hacerte daño, sentí mucho miedo a que pudieras denunciarme, a que se lo pudieras contar a alguien, a que al enterarse Álex o Ismael me quisieran dañar.
-Lo queremos hacer, pero mí hermana necesita calma y pegarte a ti no la va a dar mucha calma. Y eso por eso por lo que te estas salvando, pero no cantes libertad aún.
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Internado
Teen FictionMadison es una chica con 16 años que es mandada a un internado solo para mujeres desde sus 13, y el futuro que la aguarda no sabe como sera y nos cuenta su historia desde los 13 años (el accidente de sus padres) hasta su presente...