Capitulo 37

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Al llegar mi hermano a la habitación y ver el panorama se acercó corriendo a mí.

-Pero ¿que ha pasado? ¿Como te has hecho eso? ¿Te duele?

-Dice que no la duele. Y se lo ha hecho intentando escapar, se ha cortado con la verja, llama a mi padre para que venga a ver si hay que darle puntos o es sólo son heridas superficiales.

Al rato llegó Darío y como hace todas las veces pidió que salieran a mi hermano y a Alex para revisarme.

Me pregunto que había pasado y se lo conté, limpiaba las heridas mientras me escuchaba. Dijo que no eran necesarios puntos que evitará forzar las zonas para no abrir más las heridas pero nada más, que si me dolía tomara paracetamol.

Me levante de la cama y al irme a poner la camiseta me frenó.

-¿Que es lo que tienes en la muñeca? ¿Son heridas?

Voltee mis muñecas sin darle importancia a lo que me estaba diciendo, pero el sí se la da, se acercó y me las miró.

-¿Desde hace cuanto ocurre esto de nuevo?

-5 meses, cada 5 o 6 días. Me es necesario Darío no me mires así, sabes por lo que he tenido que pasar y lo necesitaba.

-Sabes lo que toca ¿no? La llamaré ahora mismo y mañana irás con ella. Pensé que lo habrías superado hace años, pero veo que no. Y ahora viene lo peor, sabes que se lo tengo que contar a mi hijo, es tu tutor legal y de todo lo que tenga que ver con tu salud estar informado ya que sigues siendo menor de edad.

-No le cuentes nada por favor. Tengo que partir hacia Italia lo antes posible.

-Maddie, lo siento mucho pero no podrás irte a Italia. Seguramente tendrás que hacer rehabilitación de nuevo.

Me miró con lástima y salió haciendo que pasasen mi hermano y Alex, les comentó lo de mis heridas y lo de mis cortes. Me miraban con cara de tristeza, prefería que no se hubiesen enterado.

-Mañana te acompañare yo a ver a la doctora y solucionaremos esto, como siempre lo has hecho.

No me hacía ninguna gracias ir a ver otra vez a la psicóloga. Es muy simpática pero no me gusta ir, me hace sentir culpable.

Me aleje de ellos y llamé a los chicos para decirles que no podría irme, que por favor cancelasen toda la gira hasta nuevo aviso.

Al día siguiente me levante y me fui junto a mi hermano al psicólogo. Por el camino mí hermano me preguntó como había llegado a esta situación pero no le di explicaciones, no tenía ganas de explicarle que estaba pasando. Cuando me llamaron, mi hermano beso mi frente y entre, cerré la puerta tras de mí y me tumbé en el sofá como cada vez que iba a verla.

-Madison, cuanto tiempo sin verte, pensé que ya no nos volveríamos a ver. ¿Que te ha traído aquí?

-No se para que me preguntas, Darío ya ha hablado contigo y estoy segura que te lo ha contado todo. Que te voy a decir ya que no sepas si sabes de sobra que me ha traído hasta aquí.

-Madison, voy a hacerte las tres preguntas básicas y luego unas pruebas, tengo la consulta médica aquí al lado. ¿Comes? ¿Vomitas? ¿Te cortas?

-Si, no y si. Begoña no soy bulímica ni anoréxica. Así que tranquilizate con ese tema.

Me levante del sofá y me llevó a la otra sala, me pidió que me desvistiera, miró con extrañeza mis heridas y luego me peso. 52,2.

-Madison, en una de las dos preguntas me has mentido en la primera o en la segunda.

-Que no te he mentido, estoy más delgada por las horas que pasó ensayando.

-No mientas, sabes que el deporte no provoca que peses extremadamente poco.

-Joder que pesados estáis todos con mí salud, tengo casi 17 años. Me voy.

Me vestí y me fui de la sala, haciendo que mi hermano me frenase.

-Maddie ¿que ha pasado? ¿A donde vas tan rápido?

-Nada. Voy a casa a coger la maleta para irme.

-Gracias Ismael por pararla. Tengo que consultarle al tutor legal de Madison un problema que ha surgido.

-Cuentamelo a mí y luego yo sé lo digo a Alex. ¿Que ocurre?

-Haber quiero internar a Madison en un centro especializado, tiene el peso muy por lo debajo de lo normal y lo de los cortes ya no la hace ningún favor. Vamos a hospitalizarla y controlar todos sus movimientos, intentaremos que vuelva a comer sin vomitar y deje de cortarse.

-¡Que yo no vómito! Ismael, ni se te ocurra. Juro que me vengaré como se te ocurra hacerme esto. Tate tu eres psicólogo, tu puedes tratarme en casa, no volveré a cortarme pero no permites que esto llegue tan lejos.

-Pequeña eso lo has permitido tú, no debiste hacerlo. Lo siento.

Ismael besó mi frente y ya sabía lo que significada eso. Significaba que aunque siguiera insistiendo me quedaría ingresada.

-Pequeña, yo controlaré tu evolución. Pero al ser mi familia no me permiten ejercer contigo ya que al tener lazos familiares no soy totalmente imparcial a la hora de evaluarte. Entonces Begoña se encargará de tú mejoría y de cuidar de tu salud junto a Darío.

Ismael hablaría con Alex del tema al llegar a casa, pero yo ya sabía que acabaría ingresada, su padre le convencería aunque a mí no me pareciera bien. Mí opinión no importaría.

Y así fue, Darío convenció a Alex de ingresarme por mi bien y por mi salud.

-Darío, eres mi suegro, el padre de mí novio y en el fondo te quiero. Pero en este momento no te puedo estar odiando más. Esto que me quieres hacer es cruel.

-Maddie de verdad que hacemos todo esto por tu bien, sabemos que no te hace ninguna gracia volver atrás y sufrir todo lo pasado pero es así, si avanzas rápido en un año estarás de nuevo haciendo tu vida normal.

-¿Un año?

-Mínimo. Ten paciencia y no pienses mucho en ello.

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