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Has quedado con tus amigos esta noche y los verás en un bar. Algo dentro de ti te dice que esta será una gran velada, por lo cual, decides utilizar aquel vestido negro que desde que lo compraste no te atreviste a usar. No era nada del otro mundo, pero el escote cuadrado era algo muy diferente a lo que habitualmente usabas. Después de arreglar tu maquillaje y cabello, te diriges al lugar.

No es un lugar muy concurrido así que rápidamente entras. La música relajante inmediatamente inunda tus oídos, un ligero olor a cigarro te envuelve. Parpadeas un poco para acostumbrar a tus ojos a aquella atmósfera, en ese momento una persona capta tu atención.

Un hombre en la barra se ha girado al mismo tiempo que entraste, es muy guapo. Una ligera barba adorna su rostro, que junto a su atuendo oscuro y su mirada penetrante, le da un aspecto de chico malo. Puedes distinguir que sus ojos no son del todo oscuros, pero la poca luz del bar no te deja descifrarlo.

Unos gritos que aclaman tu nombre te hacen apartar la vista de aquel sujeto y encontrar a tus amigos al lado contrario en una mesa

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Unos gritos que aclaman tu nombre te hacen apartar la vista de aquel sujeto y encontrar a tus amigos al lado contrario en una mesa. Sonríes y caminas hacia ellos.

Apenas te sientas ya tienes una bebida en la mano, y te unes a la plática con las chicas en la mesa. Tus amigos varones comienzan a lanzar bromas sin sentido y a reír a carcajadas. Discretamente diriges la mirada hacia el lugar donde se supone que estaba el chico guapo, continúa mirándote, instantáneamente sus miradas vuelven a chocar y él sonríe de lado. Bufa y toma un trago de la bebida que reposaba en la barra.

La música deja de ser tranquila y cambia a una que invita a todos a bailar, tus amigos se paran invitándote a seguirlos, pero te niegas porque aún queda un poco de coherencia en ti. Ellos se van al centro de la pequeña pista a seguir los pasos del baile.

—¿Puedo sentarme? —pregunta una voz gruesa y varonil. Diriges tu mirada en esa dirección y te encuentras con el chico de la barra, ¿cómo llegó tan rápido?

Es alto, unos hombros anchos sostienen la chamarra de cuero y la poca luz marca sus facciones varoniles.

—Claro, están mis amigos, pero fueron a bailar —aclaras con nerviosismo.

—No te preocupes —sonríe de manera coqueta, en ese momento distingues el bello color de sus ojos: azules —. Por cierto, mi nombre es Evans, Chris Evans.

—¿Cómo Bond, James Bond? —bromeas y escuchas su suave risa, él mueva la cabeza de un lado a otro en señal de que entendiste la cita. Le respondes también con tu nombre y estrechan las manos.

—Un lindo nombre para tan bella chica —menciona. Ese hombre te pone nerviosa con sólo mirarte, además de que su voz es cautivante y promete contar con un buen físico detrás de aquella gruesa chaqueta —. ¿Te parece ir conmigo a la barra y dejar que te invite un trago? —ofrece.

Dudas un momento, pero giras la vista hacia tus amigos, quienes en su poco de lucidez, tienen el pulgar arriba en señal de aprobación. Al parecer no estan tan ebrios como parecen, pues estuvieron al tanto del chico que se acercó a ti.

—Claro, Chris —aceptas y el ofrece su mano para ayudarte a levantarte de la silla, te acomodas el vestido y entrelazas tu brazo con el suyo, caminan hacía la barra. Él gira un poco la cabeza para mirarte y sonríe.

Cuando llegan a la barra, él espera a que subas al banco alto y te acomodes, y luego se sienta. Llama al barman con una mirada junto con una señal con la mano.

—¿Algo en especial? —pregunta girándose hacia ti.

Respondes el nombre de tu trago favorito, Chris sonríe y pide uno para cada uno. El barman se aleja a prepararlos y ustedes se quedan solos.

—Y bien, ¿cómo es que nunca te había visto aquí?—te pregunta, apoya las manos sobre la barra y las entrelaza.

—Es la primera vez que vengo a este bar. Mis amigos y yo vamos a otros más al centro, pero ellos ya conocían este sitio y me invitaron —explicas. Él asiente con la cabeza —. ¿Y tú? ¿Qué puedo saber yo de ti?

—¿Qué quieres saber?

—¿Qué haces? ¿Por qué te gusta este bar?

—Soy actor. Descubrí este sitio hace un par de meses, un amigo me trajo y me gustó el ambiente. Tiene sus momentos locos, pero me agrada —explica con seguridad.

Les entregan sus bebidas y ambos toman un trago, Chris te mira con una sonrisa tierna y pasa su pulgar por la comisura de tus labios.

—¿Qué pasa? ¿Tenía algo? —le preguntas asustada.

—No, tranquila. Sólo quería un pretexto para acariciar tu mejilla —confiesa y su mirada expresa ternura.

Sonríes y bajas la mirada, pareces una colegiala respondiendo a sus coqueteos. Pasan un rato más charlando y con ello beben una bebida más, esta vez él la ha elegido, y es un poco más fuerte que la anterior. Tratas de tomarla despacio para sentir menos su efecto.

Chris te cuenta un par de anécdotas de su trabajo,y le respondes de la misma manera. Pasan cerca de una hora charlando,acompañado de miradas y roses discretos.

—¡Ya nos vamooooos! —grita tu amigo, el que se encuentra más ebrio. Es llevado por otros dos que lo abrazan para evitar que caiga —. Deshpídete deh tu amiguito y vam-vamos-vayámonos.

—Te esperamos afuera —te dice una de tus amigas con una sonrisa.

Chris se levanta y repite la acción para ayudarte a ponerte de pie. Hasta ahora notas lo alto que es, porque a pesar de llevar tacones, tienes que elevar un poco la cabeza para encontrarte con sus esferas azules.

—¿Podrías darme tu número? Me encantaría volver a verte —pide con una mirada tímida. Como buen actor conoce que gestos le favorecen y lo hacen ver más guapo.

—Claro —él te pasa su celular y agendas el número,apenas se lo entregas el tuyo comienza a sonar.

—Para que lo tengas guardado y no se confunda con el de tus otros pretendientes.

—¿Qué pretendientes? —preguntas con burla. Llevabas un par de meses sin tener una cita siquiera.

—¿Cómo no vas a tener uno? Eres una mujer guapa,inteligente y muy dulce —dice. El calor sube a tu rostro y agradeces el poco de luz que no permite ver tu posible sonrojo —. Puedo asegurar que eres tan dulce y buena que me perdonarás esto.

—¿De qué ha....? —no terminas de formular la pregunta cuando toma una de tus mejillas con su mano y se acerca hasta que sus labios están sobre los tuyos. Aquel contacto dura unos tres segundos, pero es suficiente para despertar todos tus sentidos sedados por el alcohol.

—Lamento eso pero debía hacerlo —se disculpa y acaricia su nuca en señal de nerviosismo, lo cual te enternece —. Espero y eso no arruine los puntos que llevaba a mi favor.

—No te preocupes, están intactos y tienes uno extra—afirmas sonriendo y luego te arrepientes de tan atrevida contestación. Él alza una ceja incrédulo y luego suelta una pequeña risa.

Chris paga la cuenta, y te acompaña al estacionamiento del bar donde sólo quedan la mitad de tus amigos. Sonríen al verte, para luego darte la espalda en fingiendo darles "privacidad".

—Hasta luego, hermosa —dice él y se acerca para besar tu mejilla. Sientes su pequeña barba chocar con tu piel, lo cual te hace estremecer. Al mismo tiempo el olor de su colonia te invade y hace que inhales más profundo.

—Hasta pronto, Chris —te despides con una sonrisa en tus labios.

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Espero sea de su agrado. Voten y comenten si es que les gustó. ♥

-EvansGirl


Oneshots 1 [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora