Especial: El Sol ☀
Nota: Cursilería pura
Chris era un nombre como cualquier otro, con sus ideas y convicciones, con sus defectos y virtudes, con sus metas y sueños. Con eso y una carrera de actor que lo colocó durante varios años como uno de los mejores pagados, y con una versatilidad que iba demostrando con cada cosa que filmaba.
Pero le faltaba algo.
Mejor dicho, alguien.
Algunos de sus amigos casados o con hijos, unos más realizando bodas o celebrando aniversarios, otros tantos en relaciones estables y duraderas. Y luego estaba él. El solitario del grupo y el típico tío divertido con el que todos los niños querían estar.
Pero todo cambió cuando Nathalia apareció en su camino.
Fue como un fuerte huracán que llegó para alterar todo, pero al mismo tiempo, era una brisa marina como la que acaricia tu piel luego de una tormenta.
Chris siempre escuchó la famosa expresión de "sentir mariposas en el estómago", pero él con toda seguridad, sintió una estampida de elefantes cuando la vio por primera vez.
Nathalia era todo y a la vez nada. Tenía aventuras extremas y días haciendo nada. Momentos donde aspiraba a gobernar el universo y otros en donde sólo quería una sincera sonrisa. Era compasiva y al mismo tiempo exigente. Le gustaba la perfección y pero también dejaba todo al destino. Simplemente era única.
El destino...
Chris creía en las coincidencias, pero no en el destino.
Nathalia creía firmemente que todo ya estaba destinado.
Aunque si entrabas a los pensamientos del actor, él juraba que había alguien por ahí, esperando por él, sólo faltaba que una coincidencia (o el destino) uniera sus caminos.
Fue un día de primavera, pero de esos raros en donde cae una fuerte tormenta que interrumpe los planes al aire libre.
Chris maldecía por haberle hecho caso a Scott e ir a pie a recoger un paquete a la casa de un amigo, por lo que justo ahora corría despavorido hacia el hotel en el que se estaba hospedando. En caso contrario, Nathalia saltaba en cada charco que veía sin importarle su calzado y las miradas de los extraños, estaba disfrutando de este pequeño regalo de la naturaleza.
Y luego la coincidencia (el destino) hizo de las suyas.
Chris chocó con la chica saltarina y está cayó al piso encima del actor. El ojiazul iba a disculparse apenado, pues siendo realistas, él tuvo la mayor parte de la culpa. Pero lo que ocurrió después lo desestabilizó por completo: ella empezó a reír.
La joven sentada a su lado soltó la risa más dulce y sincera que jamás escuchó. Era tan cristalina que hacía juego con la lluvia que se volvía una suave brisa. Chris no supo cuánto tiempo disfrutó del maravilloso espectáculo que fue escucharla y verla reír, porque ella reía con el cuerpo entero: agitando suavemente sus hombros, cerrando sus ojos, sobando su abdomen y echando la cabeza hacia atrás.
Todo era tan familiar que su corazón no dejaba de latir con una velocidad impresionante.
De ahí, él no tardó mucho en ofrecerle su ayuda por haber chocado con ella de una forma tan brusca. Y es que, si comparas la fuerza de un sujeto de más de un metro ochenta y la complexión de Chris, con el uno sesenta y el cuerpo promedio de la chica, te das cuanta quien se llevó el peor impacto.
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Oneshots 1 [Chris Evans]
Fiksi PenggemarLIBRO DE ONE SHOTS | COMPLETO Portada por: @namsblg