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Apenas la puerta del auto se abre y me ofrecen la mano para ayudarme a salir, los flashes caen sobre mí haciendo que me dejen un poco confundida. Luego de un par de minutos caminando con ayuda, me acostumbro a las luces provenientes de las cámaras y comienzo a sonreír con timidez.

Sebastian Stan ofrecerá una gran fiesta por su cumpleaños, y aunque no tengo relación con el mundo artístico, somos grandes amigos desde hace varios años. Obviamente, los reporteros al enterarse de la gran celebración se dieron cita en las afueras del salón donde se llevará a cabo todo, y obtienen imágenes de cada persona que llega.

Su representante es quien se encarga de permitir el paso y me reconoce de manera instantánea, luego de un rápido saludo me deja entrar. Camino observando la elegante decoración hasta que noto al rumano hablando con otras personas, él de igual manera se percata de mi presencia y camina hacia mí.

─¡Feliz cumpleaños! ─exclamo rodeando su cuello con mis brazos mientras él envuelve los suyos en mi espalda.

─Gracias y también gracias por venir ─afirma y besa mi mejilla ─, amé el regalo.

─Sabía que lo harías, aunque no nos veamos en varios meses, te conozco muy bien ─afirmo ─. ¿Cómo no iba a venir? Si mandaste a un chofer exclusivamente por mí.

─No era una opción tu ausencia ─aclara.

─¿Por qué siento que algo hiciste? ─pregunto.

─Porque me conoces bien, pero me amas porque soy tu mejor amigo y me perdonarás todo, soy el chico del cumpleaños, merezco lo mejor ─se defiende abrazándome.

Hablamos unos minutos más hasta que más gente se acerca a saludarlo y yo busco un lugar para sentarme y bebe algo. Hay una ventana que da directamente hacia la entrada del salón, me parece patético estar sentada observando quién llega, pero no conozco a nadie así que no tengo opción.

Algunos fans se han aglomerado y los fotógrafos se multiplican. De pronto llega él, Chris. Claro que es él, no puedo confundirlo, aunque va completamente rasurado y con el cabello peinado al estilo de Steve Rogers, lo puedo reconocer a kilómetros de distancia. Me comienzo a sentir nerviosa.

Chris y yo nos conocemos por Sebastian, él nos presentó cuando lo acompañé al set de Capitán América: el primer vengador, tuvimos mucha química y comenzamos a salir. Oficializamos nuestra relación el mismo día de la premier, estuvimos juntos poco más de tres años, hasta que, por cuestiones de su agenda y mi trabajo, decidimos separarnos.

No terminamos mal, sino que mantuvimos una relación de amistad por algunos meses, sin embargo, nunca me sentí cómoda al respecto. Mis sentimientos por él seguían intactos. Así que poco a poco nos fuimos distanciando.

Él salió con varias chicas y tuvo una relación conocida, yo sólo tuve citas, pero no me sentía cómoda con ninguno de ellos. Siempre tuve el error de compararlo con Chris y todo se iba directo al fracaso.

Cuando me doy cuenta, Chris saluda con un abrazo a Sebastian, el maldito rumano hace contacto visual conmigo y sonríe de una manera cínica, se dirige hacia Evans y me señala. Lo mataré.

El rubio no pierde tiempo y camina hacia mí, me tengo que tomar de golpe el resto de mi bebida para darme un poco más de valor y pasar desapercibido mi nerviosismo. Puedo ver que la seguridad de Chris va desapareciendo a cada paso que camina, hasta que se queda de pie justo frente a mí.

─Hola ─saluda mirándome con sus intensos ojos azules.

─Hola, Chris ─respondo formando una media sonrisa.

Nos quedamos en total silencio, salvo por la música de fondo y las voces provenientes de la plática de los demás presentes. Por instinto bajo la mirada hacia mis manos, lo escucho aclarar su garganta.

Oneshots 1 [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora