Oneshots 1 [Chris Evans]

11

—¡Dorito, feliz cumpleaños! —le grita RDJ a Chris cuando este entra al salón donde le celebrarán su cumpleaños, Sebastian lo ha llevado a modo de engaño.

—¡Hombre, gracias! —dice y le devuelve el abrazo.

Los demás miembros del cast y demás personal se acercan a felicitarlo. Él sonríe ante tales muestras de cariño, y eso no es todo, twitter y facebook está lleno de felicitaciones para el actor.

—¿Ya felicitaron a Aaron? —les cuestina Lizzie con una sonrisa socarrona para todos.

—¡Claro! ¿Acaso no lo viste venir, Lizzie? —le responde Renner devolviéndole la sonrisa.

Traen el pastel con un gran escudo del Capitán América en el centro, muchos bocadillos y diversas bebidas. Alguien pone música y junto a las amenas pláticas comienzan a poner el ambiente en la pequeña fiesta.

En un momento del final de la tarde, Chris se escapa de todos los presentes y se dirige hacia un pequeño balcón. Con el gran espectáculo de la puesta de sol, llama a la persona con la que también le gustaría compartir este día.

—¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz! —le cantas apenas contestas, escuchas su risa y también rompes a reír.

—Gracias, linda —dice y aclara su voz.

—¿Estás en una fiesta? Escucho música —preguntas —. Aleja a Robert del chocolate, por favor, recuerda lo que pasó la última vez.

—Lo haré —de nuevo ríe —. Aunque creo que ya es demasiado tarde. Hace un rato repartieron el pastel y era de chocolate relleno de chocolate.

—¡Huye, amor! —le dices en broma —. Me alegra que te la estés pasando bien, te lo mereces, y ustedes son una gran familia.

—Sabes que me hubiera gustado que tú también estuvieras aquí a mi lado.

—Lo sé, pero en dos semanas te alcanzaré y pasaremos juntos todo tu tiempo libre. Será demasiado que querrás que me regrese.

—Sabes que eso nunca pasará. Te extraño mucho.

—Yo también, Evans —suspiras.

—No sabes cómo deseo que al terminar el día de la grabación, tú estés esperándome. Me conformo con poder estrecharte en mis brazos.

—¿Y por qué no lo haces? Voltea —susurras.

El corazón de Chris comienza a latir aceleradamente y se gira. Pero no hay nadie detrás de él.

—¿Volteaste? —Dices carcajeando, apenas si se entiende tu pregunta de la risa —. ¡Chris, lo siento! No pensé que voltearías —aclaras con hipos de risa.

Tu novio comienza a reír ante tu cruel broma, pero se siente decepcionado al tenerte a cientos de kilómetros de distancia.

—Lamento la broma, amor —murmuras arrepentida.

—No te preocupes, aunque por un momento pensé que de verdad estabas detrás de mí, que tal vez te escaparías del ajetreo de la ciudad para venir a la locación —puedes escuchar la tristeza en su voz.

—Pronto lo haré amor, además, tengo una cosa muy importante que decirte —dices con aires de emoción.

—¿Qué cosa?

—Que siempre fue Team Stark —dice Robert una vez que te arrebata el celular.

—¿Downey? —cuestiona y entra de nuevo al salón buscando al susodicho, los encuentra peleándose por el celular.

—Hola, amor —dices por el teléfono cuando se lo quitas al actor.

Chris termina la llamada y camina hacia ti para abrazarte, tal como te lo había dicho en la llamada. Te apartas de él para tomar su rostro entre sus manos para acercarlo a ti y poder besarlo.

—¡Qué gran sorpresa! —exclama emocionado —. ¿Cuándo llegaste?

—Hace unas horas, la aerolínea Downey es la peor del mundo —te mofas de su amigo.

—Pero dan té y galletitas —se defiende —. Sabía que no iba a ser un buen cumpleaños si no tenías a esta chica a tu lado, así que como tu buen amigo que soy, no Bucky, la traje para ti —explica.

—Gracias, de verdad. Es uno de los mejores cumpleaños de todos —afirma y vuelve a besarte.

—¡Asco! Guarden más para la noche, ahora hay mentes inocentes a las que pueden perturbar —dice y se aleja.

—Tu broma realmente fue cruel —dice.

—Perdón por ilusionarte que estaba detrás de ti, fue idea de Robert.

—No, me refiero a que eres Team Stark —acaricia tu mejilla.

—No era una broma, cariño —alza una ceja y examina tu rostro.

—Entonces creo que debo hacerte cambiar de opinión, y para ello, recurriré a algunas tácticas de convencimiento —rodea tu cintura y deposita un delicado en tu cuello, muy cerca del lóbulo de tu oreja.

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 ¡Bonita noche!