Últimamente, Chris y su esposa, Jackelin, se la viven discutiendo. Parece no quedar nada de la pareja que no le importaba demostrar su amor y dedicarse lindas palabras enfrente de todos. Las discusiones son más frecuentes, y culminan en largos silencios que pueden prolongarse por días.
Chris parece refugiarse en su trabajo, trata de permanecer el mayor tiempo posible fuera de casa, porque al estar dentro, no faltan los tontos pretextos que lo lleva a discutir con Jackelin. Ella pasa el tiempo en casa, pero justo cuando sabe que él llegará, busca a alguna amistad para tener una razón para evitarlo. Las noches se vuelven más frías, aunque en algunas ocasiones, la cama es testigo de sus intentos por solucionar las cosas, que sólo dura por aquel momento y a la mañana siguiente se transforma en la monotonía ya vivida.
Justo hoy, sin saberlo, ella ha quedado con una vieja amiga de la universidad que ha venido de visita a la ciudad, se está colocando su chaqueta y tomando su bolso, cuando Chris llega y se sorprende al verla lista para irse.
—¿Saldrás? —cuestiona sin saludarla, y darle una descarada mirada a su atuendo.
—Sí, quedé con una amiga —afirma.
—¡Claro, una amiga! —suelta él con ironía.
—¿Qué intentas decir? —Chris bufa y ella entiende sus pensamientos —. No puedo creer que no confíes en mí.
—Confío en ti, pero justo ahora, que llego, tienes que salir.
—¡Chris, por favor! Paso seis de siete tardes a la semana sola, desayuno y como sola, en ocasiones llegas a cenar. Erika me dijo que estaba en la ciudad, y en vista de que no llamaste para avisar, quedé con ella —le reclama molesta, se acerca a la puerta y la abre —. Nos vemos más tarde.
Y dando un portazo, sale de la casa, dejando a Chris hundido en sus pensamientos. Tal vez ella tenga razón y él no se esté comportando de la mejor manera, acepta que la ha abandonado en las últimas semanas y podría entender su soledad, y la necesidad de salir con sus amigas.
Jackelin trata de olvidar momentáneamente sus pleitos con Chris y concentrarse en ponerse al día con su amiga. Comen en una amena plática, y alargan su salida, pidiendo un café. La oscuridad envuelve el ambiente cuando ella llega a la casa, Chris se encuentra sentado en la sala con un libro entre sus manos.
—¿Cómo te fue? —le pregunta de nuevo, sin saludarla.
—Bien, Erika manda saludos —dice por cortesía.
—Gracias. Hay café, por si gustas —murmura.
—Te lo agradezco pero, todavía tomé un café con Erika, así que no tengo hambre. Iré a darme una ducha.
Llega a su habitación, toma su ropa y entra al pequeño cuarto conjunto, para darse aquella ducha. Se toma todo el tiempo necesario para darse los cuidados de aseo, deseando encontrar a Chris dormido u ocupado; pero cuando sale, él está sentado en la cama, con los codos sobre sus rodillas y sus manos cruzadas.
—¿Qué hice mal? —le cuestiona con la mirada baja.
—¿De qué hablas?
—El camino que ha tomado nuestra relación, sé que es mi culpa pero, ¿qué fue exactamente lo que hice? Trato de ser detallista para compensar mis largos viajes, organizar salidas en fin de semana para olvidarnos de este ajetreo, pero, ¿ahora?
—Lo dejaste de hacer, Chris. Eso fue lo que pasó.
Él se levanta y se acerca a su esposa, rodeando con uno de sus brazos su cintura y con su mano libre, tomando delicadamente su mejilla.
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Oneshots 1 [Chris Evans]
FanfictionLIBRO DE ONE SHOTS | COMPLETO Portada por: @namsblg