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Salgo del elevador con mis bolsas llenas de despensa, hasta el momento todo parece estar en orden y no hay peligro de que me tropiece, pero justo cuando paso cerca de una de las macetas que adornan los amplios pasillos, escucho que una de las bolsas se rasga y segundos después, latas y bolsas de comida caen al piso.

No me quejé cuando aquel auto me salpicó la parte baja de mis jeans y mis zapatos, mucho menos cuando aquella señora me quitó el taxi, pero esto es el colmo, mi mente positiva cae tal como lo hizo mi bolsa de gomitas y lo demás.

─¡Mierda! ─mascullo mientras me decido entre abrir la puerta y meter lo que llevo en los brazos y luego volver con dignidad por el resto, o tirarme a comer mis gomitas en pleno pasillo.

─¡Lenguaje! ─me reprimen, estoy lista para responder cuando mi mirada se encuentra con sus hermosos ojos y su encantadora sonrisa.

Chris trae una mochila colgando de su hombro, viene a quedarse. Tenemos algo, aunque según yo, no es algo formal, porque no hemos utilizado alguna etiqueta. Pasamos el fin de semana en la casa del otro, coqueteamos, nos tratamos como novios y al mismo tiempo somos grandes amigos.

─No estoy de buen humor, Evans ─le digo con indiferencia y me giro para abrir la puerta y dejar las bolsas que llevo. Ha ganado la primera opción.

Cuando pongo todo sobre la mesa y me dispongo a salir por lo demás, la puerta se cierra, Chris ya lo ha traído y lo coloca frente a mí, lo miro entrecerrando los ojos y luego veo las bolsas en la mesa, algo falta.

─¡Las gomitas! ─exclamo y abro la puerta, encontrando aquella bolsa de colores junto a la maceta asesina de bolsas de mandado.

Chris me observa con una sonrisa burlona una vez que vuelvo a entrar al departamento, camino hacia la cocina para lavarme las manos, abro la bolsa de gomitas y comienzo a comerlas.

─Yo quiero ─murmura con un puchero en sus labios.

─¡Oh, qué bueno! ─respondo con sarcasmo y tomo una gomita roja para comerla.

Chris intenta tomar una, pero recibe un manotazo de mi parte. Me mira sorprendido y le sonrío.

─Aleja tus manos sucias ─digo y continúo comiendo, resignado se levanta a lavarse las manos. Apenas vuelve me arrebata la bolsa ─¡Oye, son mías!

Comenzamos a correr esquivando muebles y chocando con algunos, hasta que lo acorralo, pero alza la bolsa y mi altura me deja en total desventaja, y por más que intento, es imposible recuperar mis golosinas.

─Dame mi bolsa ─le pido y él niega con la cabeza ─. Por favor.

─No, ahora son mías ─se burla y lo empujo ─, aunque podemos hacer un trato, un beso por tu bolsa de gomitas.

─¿Eso vale mi bolsa de gomitas? ─le digo incrédula.

─¿Ofreces algo mejor? ─alza una ceja y golpeo levemente su hombro.

Nos quedamos viendo a los ojos por varios minutos, hasta que me rindo y suelto un largo suspiro.

─Bien, acepto.

Con su brazo libre rodea mi cintura pegándome a su cuerpo, mis manos las coloco en sus mejillas con delicadeza; acerco mi rostro hasta tener sus labios casi sobre los míos, logrando que se agache un poco, lo suficiente para que de un salto le arrebate mi preciada bolsa de dulces.

Corro un par de metros antes de que sienta su brazo rodear mi cintura y nos hace caer sobre el sillón, él quedando abajo y yo golpeándome con su codo en el brazo, pero la bolsa de gomitas está intacta.

─Lo lamento ─se apresura a disculparse y acaricia mi brazo que ha recibido el golpe.

─No te preocupes, sobrevivimos ─digo y le ofrezco una gomita.

Nos acomodamos en aquel sillón, con nuestras piernas enredadas y mi cuerpo recargado sobre el suyo, uno de sus brazos rodeando mi cintura y el otro sosteniendo los dulces.

─¿No fue tu día, verdad? ─me pregunta.

─No, pero no quiero hablar de eso, ahora estoy mejor ─le afirmo y beso su mejilla, no me deja alejarme porque captura mis labios en un beso que se prolonga por varios minutos.

─Los sabores frutales quedan mejor en tus labios ─susurra y me vuelve a besar.

Una vez terminada esa larga sesión de besos, nos quedamos abrazados en aquel sillón hablando de cosas aleatorias, hasta que él se queda en silencio por un par de minutos.

─Sé mi novia ─dice en voz muy baja, que apenas si logro escuchar ─. Sé que no te he dado el lugar que mereces, eres más importante de lo que crees y estoy muy seguro de mis sentimientos hacía ti, te amo como eres, me encanta pasar ratos así a tu lado, disfrutar de cosas tan simples y convertirlas en algo grandioso sólo por estar juntos. Los momentos que paso contigo los disfruto demasiado, quisiera detener el tiempo para no apartarme de tu lado, te amo, princesa.

Mis ojos ya se encuentran llenos de lágrimas dispuestas a salir, acaricio su mejilla y lo beso, en respuesta de su repentina declaración.

─Acepto ─me da un corto beso ─, ahora, ayúdame a acomodar toda la despensa para preparar la cena ─digo con una sonrisa, él asiente y pasamos el resto de la tarde juntos.

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¡Llegamos al #30! Y también los OS están tan cerca de las 35,000 lecturas y los 2,000 votos. 🎉🎉 ¡Gracias! No imaginé que estoy llegara a tal magnitud, me siendo alagada. 😘😘

En fin, nos vemos o más bien, nos leemos en el próximo OS. 😎

Oneshots 1 [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora