Oneshots 1 [Chris Evans]

24.1

Todos tenemos a alguien que ha robado nuestro corazón, en mi caso tiene nombre y apellido: Chris Evans. Lo conozco desde que éramos niños, al ser hija única pasaba mucho tiempo en su casa jugando con él y sus hermanos, ellos me adoptaron como una más. Cuando llegamos a la adolescencia nos distanciamos, él se juntó con otros chicos y yo con más chicas, aunque seguí frecuentando a sus hermanas y hermano. Fue una época difícil, porque nos veíamos en la escuela, pero no hablábamos, hubo varias ocasiones que estuve tentada a hablarle, pero me acobardaba y huía.

Cuando entramos a escuela secundaria todo siguió igual hasta el último año, él cambió y comenzó a llamar la atención de las chicas, pero inexplicablemente se acercó a mí y retomamos nuestra amistad. Pasábamos la mayor parte del día juntos haciendo que nuestros compañeros crearan rumores acerca de una supuesta relación. Pero esto se hizo aún mayor cuando me invitó a nuestro baile de graduación.

Encontré un bello vestido largo de color azul, me esmeré en mi cabello y maquillaje, quedando irreconocible hasta para mis padres. A la hora acordada, él llegó a casa con un hermoso ramillete con flores azules, además de verse realmente guapo con ese traje. Mis padres tomaron infinidad de fotos y acudimos al baile, nos divertimos como nunca, y él me llevó a casa, aunque me costó lograr que aceptara que regresáramos a pie.

─¿Estás segura de esto? ─me preguntó cuándo apenas llevábamos una cuadra de camino.

─Sí, vamos ─lo apresuré, él no responde verbalmente, pero toma mi mano entrelazando sus dedos con los míos.

No decimos nada más, pero ambos sonreímos. Unos minutos después, su saco ya sobre mis hombros y seguíamos caminando de la mano.

─¿Te cuento un secreto? ─me preguntó y asentí con mi cabeza ─. Mamá me ayudó a elegir el ramillete, dijo que era el indicado para ti.

─Tú mamá no se equivoca, tiene muy buen gusto ─afirmé y miré aquel arreglo ─. Lo guardaré por siempre.

No hablamos más y llegamos a mi casa, me puso frente a él para mirarlo a los ojos.

─Gracias Chris, por todo ─susurré y él sonrió.

─El que debe agradecerte soy yo, me regalaste la mejor noche de mi vida ─afirmó y soltó mi mano para acariciar mi mejilla, me estremecí.

Sus ojos tuvieron un efecto hipnótico en mí, y de un momento a otro, ya nos estábamos besando. No era nuestro primer beso, pero sí el más importante. Mis manos descansaban en su cuello y las suyas envolvían mi cintura. No sé por cuánto tiempo esperamos este momento, pero lo hicimos, aceptamos nuestros sentimientos. Permanecimos abrazados y robándonos algunos besos por varios minutos, hasta que él tuvo que volver a su casa, a unas cuadras de la mía. Definitivamente era la mejor noche.

Tal vez ese sería el inicio de una bonita historia de amor, la amistad comenzó en la niñez y culminó con una pareja de enamorados que se prometen amor para siempre, pero no. Chris, en las vacaciones, descubrió su vocación como actor y se mudó a NY, yo me matriculé en la universidad para enfermería. No me buscó y yo tampoco lo hice, estábamos separados y sin mantener comunicación.

Pero el destino estaba empeñado en unirnos y aunque tardó un poco en hacerlo, lo logró.

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Está corto, lo sé, pero la buena noticia es que se dividirá en partes, no se cuántas, pero el final ya se creó en mi cabeza. Espero les guste la pequeña introducción, voten y comenten qué les pareció.