Oneshots 1 [Chris Evans]

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Según Scott, él y sus hermanas, habían organizado una fiesta sorpresa para su mamá. Chris se encontraba grabando al otro lado del mundo, por lo que le sería imposible llegar, así que a ti como su novia, te tocaba ir en su representación.

Scott mencionó que sería una fiesta de gala, así que usaste un vestido largo de tu color favorito con un abrigo a juego, y te esmeraste en tu demás arreglo, además de que llevabas un bello presente para tu suegra. Manejaste hasta la dirección indicada por tu cuñado, pero no veías autos estacionados, nada que diera alguna señal de que más personas fueron invitadas.

Le enviaste un mensaje a Carly y ella te dijo que pasaras, que ellos estaban adentro y que no llevaban autos para no levantar sospechas. Así que estacionaste en la parte trasera y entraste a un bello salón decorado al estilo victoriano. No se escuchan voces, ni se percibe movimiento.

—¿Scott? —llamas y entras un poco más —. ¿Carly? ¿Shanna? ¿Alguien?

Pero no hay respuesta, das algunos pasos más y distingues que una sola mesa está puesta en todo el salón. Una música suave comienza a sonar, lo que te pone alerta. Te giras dispuesta a salir, pero cuando lo haces, chocas con alguien. No pasan más de 5 segundos antes de distinguir de quien se trata.

—¡Chris! —gritas y lo rodeas por el cuello. Escondes tu rostro en su pecho, mientras él rodea tu cintura con tus brazos —. ¿Qué es todo eso?

Él suelta una pequeña risa y besa tus labios, se ha afeitado. Con suavidad toma la pequeña caja que llevas en tus manos y la coloca en una mesa cercana.

—Déjame ayudarte —dice y te gira para poder quitarte el abrigo.

Te dejas llevar por su trato, es más delicado de lo usual y galante. Hasta ahora puedes percibir que lleva un esmoquin y que este le asienta perfectamente. Rodea tu cintura para comenzar a caminar en dirección a la mesa, una vez ahí te deja sentada en tu silla antes de que él vuelva con un plato de pasta. Permanecen callados hasta casi terminar el plato fuerte, salvo por algunas miradas, sonrisas y roces.

—¡Chris! ¿Pero qué es esto? ¿Cuándo llegaste? —murmuras con emoción.

—Es una cita y llegué anoche —afirma.

—¿Por qué no me dijiste?

—Era un sorpresa para ti, cielo —dice y se lleva los platos, volviendo con unas copas de helado de vainilla bañado en salsa de chocolate

—¿Entonces la fiesta de tu mamá?

—Una mentira para hacer que usaras un vestido largo sin cuestionar mucho. Debo admitir que tomaste una decisión excelente con ese vestido, te ves hermosa y agradezco que nadie más te vea así, porque me pondría muy celoso —afirma y ríen.

Platican un poco más antes de que él vuelva a levantarse para dejar las copas. Te encuentras sorprendida por este gran detalle, imaginas que es porque en un par de días cumplen un mes más de noviazgo; pero tus pensamientos se esfuman cuando sientes sus labios sobre tu cuello y hombro descubierto.

—¿Me concedes este baile? —cuestiona cerca de tu oído, con voz aterciopelada.

Te limitas a asentir y él se pasa delante de ti para tomar tu mano y conducirte a una parte libre del salón. Saca un pequeño control de la bolsa de su pantalón y sube el volumen de la música.

No sabes cuánto tiempo pasas bailando con él ni las canciones que han escuchado, simplemente estar rodeada por sus brazos, hace que pierdas la noción del tiempo. Terminas recargando tu cabeza en su pecho y él tarareando la música.

Te separa un poco de él y hace que gires, para luego volver a atraerte a su cuerpo y tomar tu rostro entre sus manos antes de besarte. Te pierdes entre sus labios hasta que sientes que una de tus manos se aleja, no le tomas importancia porque te encuentras disfrutando del momento.

Apenas sus labios dejan de tocarse él se arrodilla frente a ti. Tu ritmo cardiaco inmediatamente se acelera y sueltas un gran suspiro. Chris te mira a los ojos y sonríe antes de sacar de la pequeña caja un hermoso anillo.

—¡Sorpresa! —murmura y luego baja la mirada, sus ojos azules toman un brillo diferente —. Pensé esto por varios meses, no me refiero a mi decisión, sino a la manera de sorprenderte y no ser muy obvio. He hablado con mi familia y con la tuya, y todos están de acuerdo y nos desean lo mejor. Te amo, te amo como no tienes idea, llegaste a mi vida en el momento indicado, en el momento en que perdía mi credibilidad en el amor; y entraste en ella con esa actitud tan dulce, con tus ojos que alumbraban la oscuridad en que comenzaba a sumirme, con tu sentido del humor que alegra mis días; me sentí abrumado al principio por tu persona, eres perfecta para mí. Nunca pensé que conocer al amor de tu vida se sentiría así.

Él se detiene para tomar aire, aclarar su voz y limpiar el par de lágrimas que han salido de sus ojos. Tú también lloras, pero es lo que menos te importa.

—Luego, cada momento que compartimos juntos, buenos y malos, pero juntos. Ahora sé que no necesito nada más que estar a tu lado, juntos podemos superarlo todo, porque nos amamos. Eres esa pieza que me hacía falta, eres mi mejor amiga, mi confidente, mi compañera, mi novia, pero realmente sería aún más feliz, si tú aceptaras ser mi esposa. Quiero compartir el resto de mi vida contigo, quiero que formemos una familia, quiero envejecer a tu lado. ¿Qué dices, amor? —toma tu mano y besa el dorso de esta —. ¿Quieres ser la Sirenita de mi cuento?

Las lágrimas posiblemente han corrido parte del maquillaje, y apenas si puedes respirar por la emoción. Asientes con la cabeza y murmuras un "sí" con la poca voz que sale de ti.

Chris sonríe y te coloca el anillo para luego levantarse y besarte. Pasan varios minutos así, interrumpiendo el beso en momentos para tomar un poco más de aire.

—Te amo Chris, y claro que quiero ser la Sirenita de tu cuento, si tú quieres ser el príncipe Eric del mío —murmuras y él vuelve a besarte.

—Será un honor, cariño.

—Te amo, Evans.

—Te amo, princesa.

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Ando muy cursi. ♥ En fin, todo esto, es haciendo referencia a la película de Disney de la Sirenita, recordando que Evans tiene una ligera gran obsesión al respecto. ♥ 

Espero les guste, gracias por los votos y comentarios. ♥