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Te colocas un labial de color rojo y un poco de perfume, tomas tu abrigo y tu bolsa antes de salir del departamento. Chris, tu novio, te ha invitado por la mañana a cenar, y claro aceptaste. Aunque los últimos días han sido muy extraños, parece que él quiere arreglar las cosas y disculparse con una cena.

Y sí, Chris ha parecido distante por varios días, no llega a tiempo, está muy distraído o simplemente puede pasar horas pegado al celular ignorándote. Tú trataste de acercarte a él, pero siempre ponía un pretexto para salir o apartarse. La idea de terminar con su relación de 3 años ha cruzado por tu cabeza, pero también quieres agotar toda posibilidad de arreglar todo.

El taxi te lleva a la plaza donde se quedaron de ver. Las luces y demás adornos navideños embellecen la gran avenida y el complejo de tiendas y restaurantes, las personas caminan tranquilamente ignorando el frío que se siente. Comienzas a buscar a Chris con la mirada, sin embargo, fracasas. Simplemente no está.

Tal vez hay tráfico o las grabaciones terminaron un poco más tarde de lo planeado, aunque no es muy común que Chris llegue tarde a este tipo de citas, usualmente él ya está cuando tú llegas. Pero decides esperar algunos minutos, pera luego recurrir a los mensajes y llamadas, los cuales son ignorados por el actor.

Frente a ti, pasan varias parejas, algunas abrazadas y otras tomadas de la mano, irradian amor y felicidad, la mirada que poseen es la principal muestra del amor que comparten. Esto hace que un nudo en tu pecho aparezca, tiene varios días que no salías con Chris y ahora él falta a la cita.

Intentas llamarle por última vez, aunque en esta ocasión el celular está apagado. Es suficiente, ya no vas a soportarlo más. Las lágrimas comienzan a acumularse en tus ojos, y no tardan en caer en forma de gruesas gotas por tus mejillas, el dolor que sientes es inmenso y la tristeza es peor.

Tratas de llorar en silencio, dejando escapar algunos hipos en tu intento de controlarte, con el dorso de su mano limpias las lágrimas, agradeces usar maquillaje a prueba de agua sino serías un mapache mal pintado.

Estás a punto de levantarte, cuando un niño de escasos 6 años se acerca ti con una rosa roja en su mano.

—No llore, señorita —murmura de manera inocente y te entrega la flor.

—Gracias, pequeño —le dices y él sonríe, luego corre hacia su madre que también te sonríe y siguen su camino.

Justo a una cuadra está una heladería que te encanta y ¿qué mejor para la tristeza qué helado? Sí, aunque haga frío lo necesitas. Mientras caminas, una pareja de adolescentes te entrega otra rosa roja y se alejan, pasa lo mismo a dos locales de la tienda de helados, pero esta vez es una pareja mayor.

Tu celular comienza a sonar, Chris te está llamando. Dudas en responder pero al final lo haces.

—Te ves linda con el vestido guinda debajo de ese saco negro —escuchas la voz de tu novio, te giras en busca de él pero no lo encuentras.

—¿Dónde estás? —preguntas un tanto molesta, no bastó llegar tarde, porque ahora debes aguantar una de sus bromas, y no te encuentras de humor.

—Pensaba llevarte helado pero viniste antes —dice y lo distingues saliendo de la heladería, ¡con las manos vacías!

Cuelgas mientras él camina hacia ti, tiene una sonrisa radiante, pero tu molestia sigue plasmada en tu rostro.

—Lamento la demora, tuve algunos contratiempos —comienza a disculparse, aunque no parece arrepentido y le cuesta mentir. Parece ignorar el hecho de que llevas tres rosas en tus manos y su preocupación parece ser otra.

—Basta —lo interrumpes —. Es suficiente, ya no quiero más excusas, he aguantado demasiado. Estas últimas semanas estuviste distante, ¿estás viéndote con alguien más?

—¿Qué? ¡No! Yo sería incapaz de engañarte, sólo tuve cosas que hacer.

—¿Cosas más importantes que nosotros? Chris, llevo dos semanas desayunando y cenando sola, a veces salíamos a comer o al menos te veía por la tarde, ¿qué pasa?

—Nada —dice simplemente.

—¿Nada? —le reprochas con dolor —. ¿Esto te parece nada? Chris, me puse este vestido en pleno invierno, sólo para verme bonita para ti, quería tener una noche especial a tu lado y sales con que esto es nada.

—Amor...

—No, Chris, ya no puedo más. Creo que debemos terminar esta relación, darnos un tiempo.

Evans palidece de inmediato y se pone nervioso, intenta tomar tu mano pero la apartas.

—¿Es lo que quieres?

—Es lo que quieres tú, yo te amo como no tienes idea, pero tienes cosas más importantes.

El desvía la mirada hacia atrás de ti, asiente aún lleno de nervios y te mira con una sonrisa, lo cual te parece tonto.

—Entonces sólo hazme un último favor.

—¿Qué?

—Nos daremos un tiempo si gustas, pero hazme un favor —repite y lo miras confundida —. Voltea.

Renuente te giras y te encuentras con que las luces provenientes del gran edificio a tus espaldas están apagadas. Pero en menos de 5 segundos, algunas luces se prenden formando una frase que te quita el aliento: "Will you marry me?"

Tu corazón parece detenerse, pero tus manos al igual que tu cuerpo comienzan a temblar. Las lágrimas de nuevo amenazan por caer, pero esta vez son de emoción, te giras hacia Chris y lo encuentras arrodillado con una cajita abierta sobre sus manos.

—Lamento darte unas semanas horribles, pero estuve muy estresado y nervioso, siento que pagaras eso —asientes con la cabeza al borde del llanto —. ¿Sabes por qué son esas rosas? Por cada año maravilloso que pasamos juntos, cada uno lleno de buenos y malos momento, pero que fueron nuestros. En estos tres años aprendimos a amarnos con nuestros defectos y virtudes, nos complementamos, cariño, tú me complementas. Tomar esta decisión no fue difícil, porque desde el momento en que te conocí supe que eras la indicada, lo complicado fue buscar la manera de sorprenderte, y sé que te gustan los detalles, así que tuve que pedir permiso a los dueños del edificio y coordinar a nuestras familias y a algunos amigos, ¿sabes lo difícil que es que Robert, Sebastian y Mackie enciendan las luces al mismo tiempo?

Ríes ante el comentario de Chris. Él toma con delicadeza tu mano y da un delicado beso sobre el dorso de esta, menciona tu nombre completo, cada sílaba con dulzura y cariño.

—¿Te casarías conmigo? —Ahora él también parece a punto de llorar —. Prometo hacer lo posible por darte todo lo que te mereces, de alegrar tus mañanas y enamorarte cada día.

—Ya lo haces, Chris —le dices llorando —. Y sí, acepto.

Tu ahora prometido sonríe y te coloca el anillo, se incorpora para abrazarte y besarte, para girar contigo en brazos. La gente aplaude emocionada y los videos comienzan a ser publicados en internet. Las luces del edificio se apagan y varios minutos después bajan todos los participantes, todos los llenan de felicitaciones. Todos se dirigen hacia un restaurante que ya tenían reservado para celebrar.

—Lamento querer terminar —murmuras arrepentida cuando se alejan un poco de todos.

—No te preocupes, fue mi culpa por el comportamiento que tuve —te besa y continúa hablando mientras te abraza pegándote a su cuerpo —. Pero olvidemos eso y sólo pensemos en que pronto nos convertiremos en marido y mujer.

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Ando inspirada. ♥ Espero les guste y también espero no tardar mucho con el siguiente. Gracias por leer, votar y comentar, ¡ya son +12,000 lecturas! ♥ 

Oneshots 1 [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora