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─Te ves preciosa ─me dice Chris cuando abro la puerta de mi departamento.

─Gracias ─respondo y me ruborizo, a pesar del tiempo que tenemos saliendo, sus palabras siguen haciendo eco en mí ─, también te ves muy guapo.

Y no miento, este hombre podría usar una bolsa y se vería igual de guapo.

Él se acerca lo suficiente para dejar un corto beso en mis labios, gesto que deseo que dure más, pero nuestra reservación espera. Cierro la puerta y salgo tomada de su brazo, Chris se dedica a acariciar mi mano mientras llegamos a su auto, que espera por nosotros.

Durante el viaje, él me cuenta su día y yo hago lo mismo, últimamente hemos tomado la costumbre de salir a cenar los viernes, además de las citas de improvisto que tenemos a lo largo de la semana.

Llevamos por más de seis meses saliendo, primero con la etiqueta de "amigos" pero, los amigos no se besan como nosotros, al menos no en la mayoría de los casos. Nuestra relación ha sido más cercana, sin embargo, no tenemos un nombre que nos defina, salvo los apodos ship que han hecho nuestros amigos.

El restaurante al que llegamos es muy bello, no es demasiado ostentoso y eso me agrada. Chris da su nombre y de inmediato nos conducen a una mesa en la parte del jardín, hay una distancia considerable entre una y otro, brindando un ambiente más íntimo. Pedimos la especialidad de la casa, mientras comenzamos a charlar.

Las copas de vino nos mantienen relajados, nuestros roces accidentales se hacen más frecuentes, coqueteamos de manera descarada y él casi pasa sobre la mesa un par de veces para poder besarme.

Nos traen el postre, que he pedido que compartamos, consiste en un delicioso pastel de chocolate con helado, todo hecho por el chef, y algunos frutos rojos. Chris corre su silla hasta colocarla a mi lado, toma una cucharada de nuestro postre y la acerca a mis labios.

Por un segundo lo miro llena de incredulidad, pero su dulce sonrisa hace que reciba aquel bocado. Tomo la pequeña cuchara y hago lo mismo, él sonríe cuando recibe aquel trozo de pastel. Continuamos así hasta que terminamos con el postre.

El brazo de Chris me rodea por los hombros y mi cuerpo se encuentra recargado en el suyo, permanecemos en silencio mientras retiran los platos sucios y sirven un poco más de vino.

─¿Estás tratando de embriagarme? ─bromeo y él carcajea ─. Sabes que no es necesario.

─Lo sé, preciosa ─responde y se acerca a mí para dejar un suave beso en mi cuello ─, sé que con más de esos terminas rendida ante mí.

─¿Estás seguro? ─le reto con una ceja alzada.

─Nena, tengo muchas pruebas al respecto ─afirma acariciando mi mejilla.

─Te aprovechas de que eres sexi ─respondo y acaricio su barba que apenas comienza a crecer.

─Es probable ─murmura y se recarga en mi hombro.

Mis sentidos están al tope por lo tranquila que me siento, por ello, las suaves y juguetonas caricias de Chris no pasan desapercibidas por mi cuerpo.

─Sé mi novia ─musita de pronto, dejándome sorprendida.

─¿Qué?

─Sé mi novia, quiero llamarte mía ante todos y poder presumir de ti siempre que tenga la oportunidad ─dice y besa el dorso de mi mano.

─Pensé que ya era tu novia ─respondo y beso su mejilla, él ríe levemente ─, aunque es claro que acepto.

Sonríe y me besa, primero es un beso lento y lleno de amor, sus manos juegan un papel importante acariciando mi rostro. Pero aquel beso toma un rumbo distinto y de inmediato pide la cuenta.

Mientras caminamos a la salida, viendo su lenguaje corporal intuyo que desea que nos apresuremos a llegar a su departamento o al mío, sin embargo, cuando vamos de camino a su auto, Anthony Mackie le llama invitándonos a una fiesta. Noto que él trata de negarse, pero al final termina aceptando.

─Qué bueno que no nos vestimos para un restaurante elegante, no me hubiese gustado llegar con vestido largo a una de las reuniones de Mackie ─le digo recargando mi cuerpo en el auto.

─Te verías preciosa de todas maneras ─responde acorralándome con su cuerpo.

La calle no está para nada concurrida, lo que nos permite tener cierto toque de privacidad. Se acerca para besarme, un beso largo y con toques apasionados, sus manos rodean mi cintura y una de ellas baja por mi espalda hasta posarse sobre mi trasero, suelto un respingo que lo hace reír en mis labios. Continuamos besándonos varios minutos hasta que nos vemos en la necesidad de separarnos.

─Vamos, que si seguimos así terminaremos por no ir con Mackie ─murmura abriéndome la puerta del copiloto.

─No queremos que nos vaya a buscar y a interrumpir como la última vez ─le respondo mientras él abre, lo escucho reír.

─Nunca me había vestido tan rápido ─menciona en medio de su risa.

─Fue la cosa más incómoda del mundo ─agrego y él pone el auto en marcha.

Un par de minutos después llega un mensaje a su teléfono, que me pide leerle.

─Es Anthony ─digo y comienzo a leer ─, "Tienen 20 minutos para llegar antes de que vuelva a irrumpir en el departamento de alguno de ustedes, par de adolescentes hormonales. Con amor, Mackie".

─No olvides que lo dijo con amor ─recalca el actor riendo.

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1-2-3 por un final hilarante (otra vez).

Espero que les guste este OS, gracias por leer lo que escribo <3

Oneshots 1 [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora