Capítulo 4

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Daniel:

En la oscuridad del sendero.

Con el olor penetrante creciendo a cada paso. Un olor difícil de describir, un hedor de putrefacción con humedad y otras cosas. El olor me marea por varios minutos, hasta que termino por acostumbrarme. Un pequeño sendero de concreto pegado a la pared curvada del sistema de alcantarillado es lo único que me separa del sendero de agua café y negra, inmóvil, en el centro del túnel. Camino lento, alumbrando frente a mí antes de dar cada paso.

Un silencio inquietante rodea el lugar, me aterra y me vuelve temeroso, me siento observado, seguido, y al mismo tiempo me pregunto sí es Evan el que me está siguiendo. Ilumino detrás de mí, pero no hay nada, y a pesar de eso el sentimiento sigue presente.

«Vamos Dan, no pierdas la cordura» —me repito mientras avanzo cada vez más temeroso.

La soledad y el silencio me rodean a cada paso, me envuelve y me aterra. Llego a una intersección y no sé si seguir el camino que llevaba o desviarme. En ese momento, escucho el sonido del agua agitándose, giro rápidamente, iluminando delante de mí, detrás y a un lado. No veo nada. Y una vez más, el agua se agita, es el sonido característico de cuando lanzas una roca al agua, o cuando caminas lento entre ella. Busco, pero no encuentro nada.

«No tienes armas, no tienes nada, mejor regresa ahora»

Me giro rápidamente y choco de frente con el cuerpo de un hombre. Caigo piso y la lámpara se aleja de mí. Alzo la mirada y distingo poco a poco sus rasgos.

—Hola hermanito —dice Javi agachándose frente a mí—. ¿Ya me extrañabas?

—Estás muerto —le digo lo más seguro que puedo.

—Siempre me dices eso cada vez que vengo, deberías dejar de mentirme a mí, siempre estaré vivo mientras tú me quieras aquí.

—Yo no te quiero a aquí.

—Y también deberías dejar de mentirte a ti mismo.

— ¡Déjame en paz! —grito y me pongo de pie lo más rápido que puedo mientras dirijo mi puño a su rostro.

Pero él se va. Mi puño choca contra el muro de concreto y caigo una vez más al suelo.

— ¿Cuándo dejarás de ser tan patético, hermanito?

Giro mi vista y veo cómo avanza detrás de mí, hasta acercarse una vez más a mí.

—Siempre lo fuiste, tan patético, tan débil, tan inútil, debiste haber muerto hace mucho, pero aquí estas. Nunca debí ser tan consecuente contigo. Te quería, ¿sabes? Aunque a veces no lo demostraba, pero te quería. Hasta el momento en el que decidiste lanzarme un granada.

— ¡Lárgate! ¡Déjame en paz! —estoy a punto de llorar, pero algo más me distrae.

Una carcajada suena detrás de mí, giro la vista y observo a Erik de pie, recargado en la pared.

—Débil, inocente, patético, idiota —dice Erik.

— ¿Qué quieren de mí? —me recargo contra la pared y junto mis rodillas al pecho mientras lloro.

—No somos más que tu imaginación, y queremos lo mismo que tú quieres —Javi se acerca a mi rostro y me habla como si me contará un secreto—. Romperte.

Se ponen de pie y comienza a alejarse, pero en ese momento se detiene y voltea a mirarme de reojo.

—Dan, una última cosa... No estás solo.

Alzo la vista y ambos han desaparecido, dejándome solo, en medio de la oscuridad y el silencio. Entonces una vez más, escucho el golpeteo en el agua. Más fuerte, más cercano a mí. Tomo la lámpara que estaba a unos metros de mí y alumbro al agua, pero sigo sin ver nada.

— ¿Evan? —susurro.

Otra vez, el sonido del agua. Esta vez veo las ondas en el agua, pero no veo que las causó. Me acerco al borde e ilumino el agua, pero no encuentro nada inusual. Pero el sonido sigue, y cada vez más presente. Entonces, decido entrar. Me siento en el borde, mis zapatos y piernas se mojan del agua oscura.

« ¿Qué demonios haces? »

«No tengo idea».

Decido que es mala idea, pero cuando quiero ponerme de pie me resbalo y termino cayendo al agua. Saco mi cabeza tan pronto como puedo, el agua me llega hasta la cintura, y cuando me acerco al borde, siento algo rozando mis piernas.

Tomo la linterna tan pronto como puedo y recorro el lugar con la luz.

«Dan, una última cosa... No estás solo».

Coloco el haz de luz justo debajo de mí. El agua oscura se vuelve en un café y observo una silueta negra y larga justo debajo de mí.

Antes de que pueda reaccionar, la sombra sale y me jala, hundiéndome dentro del agua.

La última esperanza Parte 2: Resistencia (The last hope #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora