XIV. Espíritu de lucha

922 114 63
                                    

Capítulo 42

Finalmente habían llegado.

A unos metros de distancia se encontraba la puerta a la fortaleza, aquel lugar que les había parecido un infierno por años. ¿Qué ocultaba detrás de sus puertas? ¿Cómo eran las cosas ahí? ¿Serian cómo se les habían imaginado?

El latido de sus corazones acelerado, el sudor descendiendo levemente por sus rostros, conteniendo las ganas de salir huyendo, controlando el pánico que creció dentro de cada uno de ellos.

«Esto es una misión suicida —dijo Aarón en el camino».

Claro que lo era, Eddy no iba a negarlo, mucho menos Leah, que conocía más de travesías y viajes, sin embargo su espíritu de lucha los guío toda la noche hasta poder llegar a donde se encontraban en este momento. Lucharían de ser necesario, asesinarían de ser necesario. Harían lo que necesitarán con tal de salir victoriosos en su misión suicida.

Parecía que la suerte les estaba sonriendo, por el simple hecho de que no se encontraron en ningún momento a alguna sombra o esfera en el camino. ¿Qué les habrá pasado? ¿Qué habrá pasado con Gabriel?

—Entonces —dijo Aarón disimulando su miedo—... Hagámoslo.

—No olviden el plan —dijo Eddy mientras extendía su mano hacia Leah, esperando que le entregue su rifle. Ella lo observó con duda, sus ojos claros lo miraban con incertidumbre, pero finalmente cedió y se quitó el rifle de la espalda, lo acarició por última vez, como si de un ser querido se tratara y se lo entregó, después le dio las municiones que le quedaban.

—Cuídalo mucho, es lo único que me queda de mi padre —dijo Leah, con tristeza en su voz.

—No hace falta que lo menciones, lo cuidaré bien —contestó Eddy Mientras colocaba aquel rifle en su espalda—. Tendrán mi apoyo si algo sale mal, lo saben, ¿verdad?

—Contamos con ello —dijo Aarón y comenzó a avanzar acompañado de Leah de la mano, era la hora, el plan debía comenzar.

Era una misión suicida, todos lo sabían. La posibilidad de que salieran vivos y lo lograrán era muy baja, la posibilidad de que les creyeran era casi inexistente. A pesar de eso, ellos seguían ahí, debían conseguir entrar, era lo único que necesitaban, una vez adentro no iban a necesitar nada más que buscar por el grupo e intentar huir como fuera.

Eddy comenzó a subir piso tras piso de aquel edificio a varios metros de la fortaleza con ventanas lo suficientemente grandes para poder apuntar desde ahí, para poder crear una distracción, la distracción que iban a necesitar. Llegó al piso, colocó el rifle en posición, colocó su ojo en la mira y comenzó a seguir el recorrido de sus amigos desde la distancia.

—Podemos lograrlo —se susurró así mismo. Tal vez debieron crear un plan más elaborado, pero de que serviría, al final del día, las cosas siempre salen mal, con eso contaban. Un poco de caos dentro de la fortaleza les daría el tiempo suficiente para llegar al grupo y sacarlos de ahí. ¿Cuál sería la distracción? Eddy seria la distracción.

Tal vez no iba a salir con vida de ahí, pero la idea no le importaba en ese momento, porque el espíritu de lucha ardía con más fuerza que nunca en su interior.

El espíritu de lucha.

El mismo que tenía Eddy. El mismo que tenía Evan. Sentado en aquel piso metálico, con Dan descansando en sus piernas, no hacía más que ideas de cómo salir de ahí, de cómo asesinar a Kyle, no iba a dejar que se saliera con la suya, no después de lo que le hizo. Su cuerpo aún sentía el dolor de los golpes, el dolor del brazo, le habían dado medicina para calmarlo, pero ahora el efecto comenzaba a pasar y con eso, el dolor crecía. Fuera del contenedor escuchó como es que alguien se acercaba, no le dio importancia hasta el momento en que la puerta de su contenedor se abrió y un grupo de hombres entró. Dan estaba confundido e inmediatamente los hombres lo alejaron de Evan, empujándolo, después sujetaron a Evan de los brazos, lo pusieron de pie y sin que Evan pudiera hacer algo, lo sacaron del contenedor. Dan corrió en su dirección, gritando que lo dejaran, sin embargo los hombres lo dejaron dentro del contenedor. Dan golpeó con fuerza el contenedor, no lo pudo haber perdido, no de nuevo. Ahora ya no podía hacer nada, de nuevo, como siempre.

La última esperanza Parte 2: Resistencia (The last hope #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora